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Cerrando la tanda de noticias económicas que comentábamos la semana pasada con los datos de pobreza multidimensional, el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) publicó las cifras de desempleo. Se confirman al mismo tiempo la buena noticia de que la economía colombiana parece haberse recuperado a niveles prepandemia y la señal de alerta por una posible desaceleración.
Es notable, como ha dicho el mismo presidente de la República, que uno de los sectores que más han jalonado la ocupación sea el agropecuario. Sin embargo, seguimos con una informalidad altísima, con una brecha de género inaceptable y con 2,7 millones de personas sin trabajo. Persiste el dilema colombiano de cómo abordar de manera estructural el empleo. Los resultados compartidos por el DANE son positivos: mientras en abril del año pasado teníamos una tasa de desempleo nacional de 11,2 %, en abril de 2023 bajó a 10,7 %. Tal vez más importante, se trata de una cifra que no veíamos desde el 2019, por lo que se confirma que Colombia regresó a los niveles prepandemia, como ya lo anunciaba el dato de pobreza multidimensional. Piedad Urdinola, directora del DANE, dijo: “Vemos una recuperación lenta”, pues “el mercado laboral termina de ajustarse después de pandemia y se recupera el empleo en grupos de edad y por género”.
Durante el confinamiento un gran interrogante era cuánto tiempo nos íbamos a demorar en regresar a la situación anterior al COVID y ya tenemos la respuesta: tres años después podemos volver a la discusión pendiente de cómo reducir el desempleo sin tener encima el lastre de la pandemia. Ahora, el dato es agridulce. Primero, porque Colombia no es que estuviera muy bien antes de la pandemia. Tener 2,7 millones de personas sin empleo es un gran problema para un país que quiere romper con sus desigualdades históricas. Además, persiste la terrible brecha de género: el desempleo en hombres fue de 8,4 % mientras que en las mujeres se ubicó en 13,9 %. La informalidad también sigue siendo muy alta, aunque viene en descenso. El total nacional de personas en la informalidad quedó en 55,8 %, inferior al 58 % de abril del 2022, pero todavía representa más de la mitad.
No se trata, claro, de fomentar el pesimismo. Es una buena noticia que en Colombia el desempleo se siga reduciendo. El problema es que la discusión que quedó en pausa durante la pandemia necesita reanudarse: ¿cómo hacemos para bajarlo de dos dígitos?, ¿qué medidas se pueden tomar para aplicar un enfoque diferencial en los planes de empleo?, y, claro, ¿qué hará la reforma laboral, enfocada en el sector formal, con la economía popular que sigue en su mayoría en la informalidad? Bienvenida la recuperación a los niveles prepandemia, pero ahora es momento de dar el siguiente gran paso en la lucha contra el desempleo y la pobreza.
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