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Condiciones dignas para los profesionales de la salud 


24 de julio de 2024 - 05:00 a. m.
Bajo la lógica de que los médicos necesitan soportar condiciones extremas por su nivel de responsabilidad, se ha normalizado la explotación.
Bajo la lógica de que los médicos necesitan soportar condiciones extremas por su nivel de responsabilidad, se ha normalizado la explotación.
Foto: Lucas Alzate

La tragedia de Catalina Gutiérrez Zuluaga, residente de cirugía de primer año de la Pontificia Universidad Javeriana que fue víctima de suicidio, puso en evidencia un país con pocas herramientas para discutir de salud mental. Adicionalmente, las denuncias que se han visto en redes sociales en estos días muestran cómo la educación de los médicos en Colombia sigue reinscribiendo lógicas hostiles, plagadas de violencia verbal y psicológica, ante unas autoridades que ofrecen promesas de buena voluntad, pero no parecen tener la capacidad de real de cambiar la cultura que ha salido a flote.

La conversación que estalló en torno a la pérdida de Gutiérrez Zuluaga está llena de frustración. Ana María Soleibe, presidenta de la Federación Médica Colombiana, estuvo en City Noticias y puso la situación en términos crudos. Enseñar medicina en Colombia, explicó Soleibe, se hace en medio de “una estructura de formación basada en el poder del conocimiento”. Entonces, continuó, “hay una asimetría del conocimiento que le da derecho del maltrato del otro sobre ese médico que se encuentra en formación”. Sus comentarios son coherentes con lo que leímos en redes sociales y también recibimos en El Espectador. Bajo la lógica de que los médicos necesitan soportar condiciones extremas por su nivel de responsabilidad, durante décadas se ha normalizado el acoso, la explotación y los malos tratos. La excusa es que, al tener en sus manos las vidas humanas, es fundamental que tengan que pasar por el infierno para entrenarse. Sin embargo, en el proceso se destruye la salud mental de los involucrados y se crea un ambiente que tiene poco sentido humano.

Medición tras medición, los trabajadores de la salud tienen alta prevalencia de problemas en salud mental. Lo mencionamos durante la pandemia, cuando ellos fueron la primera línea contra el COVID-19 y en el camino sufrieron muchísima presión. Un estudio del Centro de Excelencia en Investigación en Salud Mental (CESISM) de la Universidad CES entrevistó a 711 profesionales de la salud colombianos. El 35,4 % de los médicos reportó ansiedad; el 26,7 %, depresión y el 13 %, insomnio. La naturaleza de su trabajo, sumado a una cultura de explotación, lleva a esas cifras tan elevadas. Eso mismo lo reconoció Carlos Gómez, decano de la facultad de Medicina de la Javeriana, quien dijo que “estoy ciertamente seguro de que la carga es muy fuerte en Medicina, en todas las facultades de Medicina de Colombia, del mundo y de la Javeriana”. De poco sirve, no obstante, aceptar que hay un problema si no se toman medidas estructurales profundas para solucionarlo. Durante años los residentes se han quejado de sus condiciones laborales, de la manera en que son tratados, de las dinámicas perversas dentro de las especializaciones en el país. Nada ha pasado. Ahora que el Ministerio de Educación ha prometido investigar lo ocurrido en la Javeriana, debería reclutar al Ministerio de Salud y al del Trabajo para promover una reforma que busque condiciones más dignas para todos los profesionales de la salud. Sin intervenciones profundas, los incentivos para los malos tratos seguirán presentes.

¿Está Colombia lista para esta conversación? Porque la crisis es mucho más amplia. El año pasado, el Ministerio de Salud y Protección Social aplicó una encuesta con el Centro Nacional de Consultoría a 3.430 personas mayores de 18 años. El 66,3 % de los colombianos dijo haber tenido problemas de salud mental y el 34,6 % dijo que el sistema de salud mental era malo o muy malo. Otro 40,6 % dijo que lo consideraba regular. Tenemos que empezar por mejorar las herramientas de acceso a la ayuda tan necesaria.

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Ernesto(78567)26 de julio de 2024 - 03:37 p. m.
Se me hace que el editorial es un champú, un lavado de conciencia. Cuál fue su actitud frente a la pretendida reforma a la salud del gobierno Petro y su ministerio, encabezado por la Dra. Carolina Corcho? Y eso que tenía todo el respaldó del gremio y un médico columnista de respeto como el Dr. Galindo o Medina. Y la crisis provocada por las mismas EPS por si corrupción y falta de controlar inversiones ?
alberto(rx4s9)25 de julio de 2024 - 04:27 a. m.
Al graduarse e iniciar a trabajar el mercado laboral en salud el 90% de los contratos es por prestaciòn de servicios, sin ningùn tipo de beneficio de prestaciones. Yo me retirè hace 2 meses de una clìnica en donde estuve 25 años en contratos OPS y salì sin cesantìas ni nada. La vacaciones me salìan caras, al tener q suspender el contrato ( y no recibir honorarios) durante esetiempo. Bueno no todo fuè malo; en la reuniòn de despedida con pollo asado y torta me regalaron una cajita de bombones.
Jose(30161)25 de julio de 2024 - 02:54 a. m.
Cobran carísimo, maltratan física y sicológicamente la dignidad de los estudiantes, son acosadores sexuales, los explotan laboralmente con extensas jornadas y elevado número de pacientes Y LO PEOR, EXIGEN QUE EL ESTADO LES APORTE ALTISIMAS SUMAS DE DINERO Y POR ESO HACEN "JUGADITAS" POLITIQUERAS PARA ATACAR LA REFORMA A LA EDUCACION Y NO PERDER ESAS PREBENDAS. NO ES JUSTO.
Jorge(wx8vt)24 de julio de 2024 - 11:42 p. m.
El bienestar, la obtención de satisfaccion con la labor y el poder disfrutar con el logro de metas de un aprenduzaje difícil y exigente, deben darse en el proceso de formación médica. El trabajo en condiciones contractuales dignas, en ambientes cálidos y con relaciones interpersonales propias del colegaje valorativo de cada uno y de respeto es necesario. La conciencia de pertenecer o ingresar a la comunidad médica global nos debe hacer humanistas y humanitarios.
Mar(60274)24 de julio de 2024 - 10:57 p. m.
Pero esos maltratos y humillaciones, vienen de vieja data, una médica contó en la W que hace 15 años entró a la residencia y fue tratada de una manera cruel y despiadada, imposible que las directivas no supiera esto. Igual a los miles de casos de pedofília de la iglesia católica, en El País de España salió publicado antier, como los altos prelados y los papas, entre esos Juan Pablo II como por 50 años encubrieron al pedófilo y drogadicto Marcial Maciel el fundador de los Legionarios de Cristo.
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