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El legado de humildad y justicia social del papa Francisco

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22 de abril de 2025 - 05:00 a. m.
El papa Francisco comprendió que la Iglesia católica necesita cambios estructurales. Su trabajo queda inconcluso en un momento de transición global.
El papa Francisco comprendió que la Iglesia católica necesita cambios estructurales. Su trabajo queda inconcluso en un momento de transición global.
Foto: Divisione Produzione Fotografica/Vatican Media.
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El papa Francisco dejó un esencial legado histórico. Su paso por el Vaticano fue un hito para la Iglesia católica, tanto por los cambios que adelantó como por las semillas de transformación sembradas para el futuro. Su ejemplo personal de humildad como pastor del catolicismo, su compromiso radical con los pobres, los marginados y los que más sufren, así como la búsqueda de la paz, el diálogo interreligioso y la inclusión no serán olvidados. En un mundo en transición hacia un futuro incierto, con mandatarios que con sus acciones contradicen este legado, se hace necesario que su sucesor no solo mantenga, sino que profundice, lo adelantado por Jorge Mario Bergoglio.

Desde el momento en que asumió el papado, en 2013, Francisco entendió que era el momento de cambios esenciales para la Iglesia católica. El simbolismo de comenzar las transformaciones por él mismo fue el primer gran paso frente a sus antecesores. La humildad en su estilo de vida, vivir en un modesto apartamento en un edificio vecino, su calidez en el trato, que lo acercó a sus fieles, así como su sentido del humor abrieron el camino para los cambios que se iniciaron. Bajo el lema de lograr una iglesia pobre para los más pobres, llegó con su mensaje a millones de fieles alrededor del mundo durante las visitas que llevó a cabo a más de 60 países, entre ellos Colombia, en 2017.

Por su permanente trabajo, Francisco recibió la oposición de los sectores más conservadores de la Iglesia católica, en especial en Estados Unidos, que lo consideraban un populista de izquierda. Las críticas también se escucharon del ala más progresista, que esperaba que las transformaciones fueran más aceleradas y profundas. Debió navegar entre esas dos corrientes entendiendo que cambios tan significativos son parte de un proceso que no se da de un día para otro. Temas como el de la pederastia y el silencio cómplice del Vaticano, la posibilidad de que mujeres fueran ordenadas, la situación de la comunidad LGTBI frente a la Iglesia y la transparencia en el manejo de las finanzas vaticanas hicieron parte de las tareas inaplazables.

A pesar de los avances que logró con respecto a las sanciones para sacerdotes involucrados en casos de pederastia y la creación de una comisión de investigación en la Santa Sede, los resultados no fueron tan rápidos como él hubiera deseado. La posibilidad de ordenación de mujeres seguirá siendo un tema demasiado complejo, que genera fuertes reticencias. En ese campo sí inició un proceso de incorporación de mujeres a posiciones importantes dentro del Estado Vaticano, que, así sea en el campo administrativo, va abriendo el camino hacia mayores responsabilidades. Con respecto a la comunidad LGTBI, dio ejemplo al decir que quién era él para juzgar a otros, abrió la puerta incluso para quienes son pareja del mismo sexo, pero se opuso al matrimonio entre dichas parejas. Otro tema donde no hubo ninguna concesión fue el del aborto.

Otro de sus legados fue la expedición de dos encíclicas para la posteridad: Fratelli Tutti, sobre la fraternidad y la amistad, y Laudato Si (Alabado seas), por el respeto y la preservación del medio ambiente. En este último aspecto, el medioambiental, sentó un gran precedente al ser el primer pontífice que asume una actitud vertical frente este tema vital. Por todo lo anterior, Francisco deja unas enseñanzas y el inicio de un cambio que debería ser irreversible en una institución tan tradicionalista como la Iglesia católica.

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Conoce más

 

Sara Maria Fonseca Cuervo(d89ha)23 de abril de 2025 - 12:43 a. m.
La Iglesia católica lleva siglos aferrada es estructuras y conceptos conservadores recalcitrantes, de manera que,como dijo el mismo Papa Francisco: "Reformar a Roma es como limpiar la Esfinge de Egipto con un cepillo de dientes".
Alberto Rincón Cerón(3788)22 de abril de 2025 - 10:26 p. m.
Acertada visión.
Claudia Rincón(33549)22 de abril de 2025 - 09:49 p. m.
Ningún legado positivo del papa, no elevo la mujer en la iglesia ordenándola, permitiendole celebrar los sacramentos como los hombres, no persiguió la pederastia, el esquema de refugio separando los curas acusados o bajo sospecha de sus jurisdicciones sigue vivo, no acepta el aborto, jerarcas varones eclesíasticos decidiendo sobre el cuerpo femenino y la reproducción, nada cambio. Homosexualismo y reconocimiento de parejas y derechos, nada. Que legado ni que diablos.
  • Mar(60274)23 de abril de 2025 - 12:09 a. m.
    Claudia, totalmente de acuerdo con usted. No entiendo como mujeres apoyan a alguien que las desprecia y desvaloriza, tanto que se inventan muñecas imaginarias llamadas "vírgenes" para desconocer a las mujeres reales, de carne y hueso.
Eduardo Galeano López(34409)22 de abril de 2025 - 09:24 p. m.
Mas criminal Rueda Aparicio el seudo cardenal colombiano, quien paga un grupo de abogados para que defiendan y encubran a los curas pederastas y a las monjas abusadoras sexuales. Un horror, un crimen, el nivel del pecado lo ha borrado ese mentado cura.
usucapion1000 .(15667)22 de abril de 2025 - 04:29 p. m.
El Papa Bergoglio sembró la semilla que profundizará raíces, ojalá de frutos y no se estanquen o se marchiten. Y sobre todo que el clero gringo no vuelva a empoderarse de la iglesia, con lo que le pasó en el efímero papado de Juan Pablo I, supimos de qué pasta estaba hecho ese clero ambicioso, mercantilista y sin límites.
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