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En medio de justos reclamos de estudiantes por la situación financiera del Icetex, el ministro de Educación, Daniel Rojas Medellín, decidió responder como tuitero. El resultado fue nefasto. La salida en falso del servidor público llevó incluso a una indirecta por parte del jefe de la cartera de Hacienda, Ricardo Bonilla, y a enrarecer aún más una conversación compleja sobre por qué los desembolsos para los créditos educativos tienen un retraso. Si el objetivo es asfixiar la entidad mientras se favorece la gratuidad de la matrícula en universidades públicas, ese debate debería darse con transparencia y claridad. Sin embargo, el gobierno de Gustavo Petro ni siquiera ha sido capaz de aprobar una reforma a la educación en el Congreso, por lo que todo lo que está pasando cobra aún más relevancia.
Hay dos alarmas encendidas en torno al Icetex. La primera es que estudiantes que tienen un crédito con la entidad reportaron que hay atrasos en los pagos, lo que a su vez genera problemas con sus universidades y complicaciones a la hora de matricular el próximo semestre. En total, no se han girado $432.000 millones para que el Icetex garantice el estudio de los 200.000 estudiantes que tienen un crédito activo. Sobre esto, el ministro Rojas dijo que el dinero estaba garantizado, aunque ha reconocido la demora en el giro.
La segunda alarma es sobre 2025, pues no está claro qué presupuesto habrá para los créditos y condonaciones de créditos. El Icetex necesita unos $1,5 billones, pero los críticos señalan que no ha sido prioridad dentro del Ministerio de Educación y que los recursos se han redireccionado a pagar la gratuidad en la matrícula de las universidades públicas. Según la Asociación de Representantes Estudiantiles de la Educación Superior (Acrees), “que no se dispongan en el presupuesto general de la nación los recursos necesarios para esta convocatoria representa una grave amenaza para las instituciones de educación superior (IES) privadas y para los golpeados bolsillos de las familias del país, especialmente las más vulnerables y de clase media”.
Aquí es donde la respuesta del ministro deja mucho que desear. En su cuenta de X escribió: “Jajajaja, ¿y cómo se supone que quiero marchitar una entidad que ni siquiera pertenece a nuestro sector? Les falta decir que también quiero marchitar la NASA”. Extraña postura, pues el mismo ministro Rojas es el presidente de la junta directiva del Icetex. Adicionalmente, si bien es cierto que el Ministerio de Hacienda gira los recursos, estos son asignados, tramitados y establecidos por el Ministerio de Educación. Lo propio dijo el ministro Bonilla: “Educación pide PAC al Ministerio de Hacienda y Crédito Público, le asigna el PAC y el Ministerio de Educación es el que lo distribuye”. Ante esa compleja realidad, extraña la actitud burlona del ministro.
No es comprensible, cabe agregar, la hostilidad a la financiación de matrículas en universidades privadas. Bien que el Gobierno haya aprobado la gratuidad en las públicas, pero bajo la ley actual el sistema educativo se nutre también del valioso aporte de las privadas. En eso el Icetex es una pieza clave. Si el ministro y el Gobierno desean cambiar eso, la discusión se debe dar en el Congreso, no desentendiéndose de las necesidades presupuestarias.
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