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Horacio Serpa, un auténtico liberal

03 de noviembre de 2020 - 03:00 a. m.
Serpa fue un librepensador, luchador social y, muy especialmente, un militante decidido por la causa de la paz. Foto: Óscar Pérez / El Espectador
Serpa fue un librepensador, luchador social y, muy especialmente, un militante decidido por la causa de la paz. Foto: Óscar Pérez / El Espectador
Foto: Óscar Pérez

La mejor manera de describir un talante liberal es la del recién fallecido político santandereano Horacio Serpa Uribe. Su nombre despierta el fervor de sus copartidarios, por su actitud frentera, leal, jugada a favor de la paz, su visión social que lo colocó a la izquierda de su partido, su sentido del humor y ese carácter popular que lo sintonizó con sus electores. En medio de la polarización existente, y como a todo político, desde la otra orilla ideológica se le descalifica por su papel dentro del Proceso 8.000 y por la desmentida acusación de su supuesta participación en el magnicidio de Álvaro Gómez Hurtado.

Serpa ocupó todas las dignidades importantes a lo largo de medio siglo, faltándole tan solo la Presidencia de la República. Dentro de sus muchas actividades y realizaciones, lo que mejor lo define es haber sido una persona con una profunda convicción democrática, librepensador, luchador social y, muy especialmente, un militante decidido por la causa de la paz, a la que dedicó la mayor parte de su vida. En este sentido, tuvo la satisfacción de ver concretada la firma de la paz con el M-19, el Epl y las Farc. Sin embargo, y a medida que un cáncer lo minaba físicamente, también vio con gran preocupación cómo el posconflicto venía haciendo agua por culpa de la violencia contra los líderes sociales, los desmovilizados de las Farc y los ataques desde el Gobierno y el Centro Democrático.

Nacido en Bucaramanga e hijo de un tinterillo y una maestra, como decía con orgullo, estudió Derecho y muy pronto se inclinó por la política, de la mano de Alfonso López Michelsen y el Movimiento Revolucionario Liberal. A diferencia de algunos de sus contemporáneos, que decidieron empuñar las armas, Serpa canalizó sus ideas sociales dentro de la institucionalidad. Su maestro político en Santander, Alfonso Gómez Gómez, lo nombró alcalde de Barrancabermeja en 1970, donde se dio a conocer al crear el Frente de Izquierda Liberal Auténtico (FILA). De allí pasaría a la Cámara, en 1974, y luego al Senado en 1986. Fue un duro crítico del Estatuto de Seguridad de Julio César Turbay y denunció la aparición de los primeros grupos paramilitares en su región. Por su conocimiento y experiencia personal en el Magdalena Medio, Belisario Betancur lo incorporó a su comisión de paz.

Más adelante, en 1988, Virgilio Barco lo instó a asumir la Procuraduría, tras el asesinato de Carlos Mauro Hoyos, cargo del que se retiró para tomar el manejo de su movimiento, tras el atentado a su jefe político Ernesto Samper. En 1991, junto a Antonio Navarro Wolff y Álvaro Gómez Hurtado, presidió la Asamblea Nacional Constituyente, que dio vida a la nueva Constitución. Al finalizar fue nombrado por César Gaviria como comisionado de Paz para los diálogos en Tlaxcala (México). En 1994 fue jefe de debate de Samper y asumió como ministro del Interior, siendo el principal escudero del presidente por el Proceso 8.000, al cual fue también vinculado. Una vez absueltos por el Congreso, cargó sobre sus hombros lo que denominó como una infamia, al ser señalado por la familia de ser coautor intelectual, junto con Samper, del magnicidio de Álvaro Gómez Hurtado. La reciente aceptación de culpabilidad por parte de las Farc le permitió descansar de esta acusación.

Intentó tres veces llegar a la Presidencia, pero el fantasma del Proceso 8.000, así como haber defendido la paz, se lo impidieron. Tuvo un paso por la diplomacia, en la embajada ante la OEA en Washington en el primer gobierno de Álvaro Uribe, y regresó al Senado para apoyar la paz en la administración Santos. En 2014, en Santander, fue criticado por haber avalado la candidatura de Didier Tavera a la Gobernación, luego de haberle hecho graves señalamientos unos años atrás, lo que lo distanció de su amigo Alejandro Galvis Ramírez, dueño de Vanguardia Liberal.

La respetada voz de Horacio Serpa va a hacer mucha falta en Colombia. Hacemos llegar nuestro abrazo fraterno a Rosita de Serpa, a sus hijos y demás familia.

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Assia(26182)03 de noviembre de 2020 - 09:39 p. m.
Un homenaje acertado para un político liberal que utilizó la franqueza para decir las cosas sin temor. Extrañaremos su "mamola" y su trabajo incansable por la paz. Bien por el Editorial de hoy.
Alberto(3788)03 de noviembre de 2020 - 09:18 p. m.
De acuerdo. La postura vil, rastrera y miserable de la flía Gómez y seguidores empeñados en verlo en la cárcel es una absoluta Infamia.
DORA(2370)03 de noviembre de 2020 - 07:38 p. m.
Otro habría sido nuestro destino si Horacio Serpa hubiera logrado llegar a la presidencia, pero el partido liberal prefirió apoyar al impresentable Uribe y aquí estamos, sin partido, llenos de vergüenza y el país en la inmunda.
  • Assia(26182)03 de noviembre de 2020 - 09:33 p. m.
    De acuerdo con su comentario, Dora.
Rodrigo(5842)03 de noviembre de 2020 - 05:18 p. m.
La insistencia de Serpa por llegar a la presidencia propició la elección de dos gobernantes malos: Andrés y Pastrana y Uribe Vélez alias Matarife # 82.Con enorme ventaja Uribe ha sido el peor.
Caliche(62305)03 de noviembre de 2020 - 03:57 p. m.
El defensor del Elefante. Así lo recordará la historia.
  • Assia(26182)03 de noviembre de 2020 - 09:35 p. m.
    Y a usted, Carlos Mario, se le recordará como "el defensor" de Matarife.
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