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La izquierda razonable gana las elecciones en Uruguay

26 de noviembre de 2024 - 05:00 a. m.
Uno de los temas complejos que deberá atender, que ha venido creciendo en el país sin que se le preste la atención debida, es el de la inseguridad y el narcotráfico.
Uno de los temas complejos que deberá atender, que ha venido creciendo en el país sin que se le preste la atención debida, es el de la inseguridad y el narcotráfico.
Foto: EFE - Sofía Torres
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El candidato del Frente Amplio (FA), Yamandú Orsi, ganó en segunda vuelta presidencial en Uruguay frente a Álvaro Delgado, representante de una coalición de partidos de centro-derecha. Orsi fue seleccionado por el expresidente José Mujica y defendió la recuperación económica, enfrentar la inseguridad, mejorar la seguridad social y duplicar los esfuerzos para combatir la pobreza. Con el retorno de la izquierda al poder, este hombre transaccional y pragmático asegura una continuidad en los temas internacionales prioritarios para un país con una democracia madura que no se ha dejado contagiar por los giros populistas y autoritarios de otros lugares de la región y del mundo.

Los temas, dentro de una campaña sin mayor emoción, se centraron en mantener la estabilidad macroeconómica, lograr una mejora en la distribución del ingreso, concentrándose en las personas que viven en situación de pobreza, un 10 % de la población, con especial énfasis en los niños menores de seis años. El Frente prometió lograr un crecimiento económico mediante el fomento a la inversión y un aumento de la productividad. Para lograrlo, y mandar un mensaje de tranquilidad a los mercados, el candidato ganador nombró a un economista de centro-izquierda, Gabriel Oddone, con esta responsabilidad. La propuesta en campaña del FA fue la de reformar el sistema de protección social para atender los efectos negativos de la pobreza.

Uno de los temas complejos que deberá atender, que ha venido creciendo en el país sin que se le preste la atención debida, es el de la inseguridad y el narcotráfico. Sin estar dentro de las más altas de la región, Uruguay tiene una tasa de homicidios de 11,2 por cada 100.000 habitantes. El incremento del narcotráfico ya ha hecho estragos en otros países latinoamericanos, que llegó también a Argentina, Paraguay y Chile. La pobreza ha generado una deserción escolar de menores que se sienten atraídos por otras formas de actividad, entre ellas la del tráfico de drogas. En la periferia de Montevideo, donde se concentran las barriadas más pobres, las bandas que se enfrentan por el narcomenudeo son el principal factor de violencia. Como lo mencionan algunos analistas, la época en que Uruguay era una isla a la que no permeaban ciertos problemas acuciantes de los países vecinos ya no existe más. Para el efecto se ha propuesto crear un Sistema Integral de Lucha contra el Crimen Organizado y el Narcotráfico.

Uruguay, con 3,5 millones de habitantes, continúa siendo un ejemplo para las Américas por su estabilidad y la institucionalidad de sus dirigentes. La alternancia del poder, desde el retorno a la democracia a mediados de los ochenta, se dio inicialmente entre los partidos Blanco y Colorado, con 200 años de historia, y luego con el ingreso de la coalición de izquierda del Frente Amplio. Luego de Tabaré Vásquez, el momento de mayor solidez democrática se dio con la llegada de Pepe Mujica, quien había sido guerrillero tupamaro y estuvo preso cerca de 13 años entre los setenta y ochenta. Su gobierno fue una combinación de crecimiento interno e internacional, tanto en materia de comercio como en su política exterior, y una probidad e integridad de Mujica que le ganaron el respeto y su lugar en la historia. Ese respaldo es el que le permitió a Orsi triunfar el domingo anterior con un 52,08 % de los votos.

En sus palabras tras conocer el triunfo, el presidente electo aseguró que será “el presidente que convoque una y otra vez al diálogo nacional (…) abrazar el debate de ideas. Así se construye una república democrática”. A partir del 1° de marzo, cuando asumirá el poder, tendrá mayoría en el Senado, pero deberá negociar en la Cámara, donde no lo logró. En materia internacional ha expresado que continuará con la tradición de una política exterior de Estado con una cercanía ideológica con los gobiernos de Lula da Silva en Brasil, Gabriel Boric en Chile y Gustavo Petro en Colombia.

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Orlandal(56030)Hace 13 minutos
Una cosa es gobernar Uruguay, un país estable con tres y medio millones de habitantes, mucho menos que los de Bogotá, que gobernar Colombia, un país que no se ha recuperado de la Guerra de los Mil Días por culpa de los mismos con las mismas, y descalifican a Petro insinuando que es un izquierdista radical cuando es un conservador progresista.
Fabio(23081)Hace 1 hora
La izquierda siempre ha sido razonable pero razonable para algunos es que le haga pasito a la derecha para que no se molesten, que no toque sus privilegios.
Julio(83619)Hace 1 hora
Con el triunfo del F.A, gana Uruguay y pierde el círculo de traquetos cercanos a LaCalle Pou.
ERWIN(18151)Hace 1 hora
Gano la democracia.
Olegario(51538)Hace 1 hora
Cuánta diferencia de ese señor con el de acá. Afirmó querer gobernar para TODOS los uruguayos, no para su partido. El populista de aquí gobierna para el "pueblo", los once millones de incautos que votaron por semejante paquetazo chileno.
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