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La pandemia no atendida de la salud mental

02 de diciembre de 2021 - 05:00 a. m.
Las cifras son abrumadoras y lo más angustiante es que en Colombia, en la práctica, todas estas personas no tienen a dónde acudir. / Foto: Pixabay
Las cifras son abrumadoras y lo más angustiante es que en Colombia, en la práctica, todas estas personas no tienen a dónde acudir. / Foto: Pixabay
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Estamos más deprimidos y estamos más ansiosos, y lo peor es que, como siempre, incluso desde antes de la pandemia, no tenemos las herramientas adecuadas y necesarias para enfrentar esas dos realidades. Un estudio de la revista médica The Lancet comprueba lo que ya hemos visto en distintos aspectos de la vida colombiana: el COVID-19, con sus tragedias, sus crisis de desempleo, sus confinamientos y sus cierres de escuelas y universidades, empeoró nuestra salud mental. La pandemia no atendida es la de la salud mental y seguirá cobrando vidas hasta que haya cambios estructurales en nuestra sociedad.

Las cifras son abrumadoras. Ya veníamos cargando una crisis de trastornos depresivos y de ansiedad. Los cálculos “normales”, con esas comillas gigantes debido a lo absurdo de toda la situación, indican que en el mundo en 2020 hubiésemos tenido 193 millones de casos de trastorno depresivo. En cambio, por la pandemia, tuvimos 246 millones de casos de depresión. Lo mismo pasó con la ansiedad: esperábamos 298 millones de casos, pero se reportaron por lo menos 347 millones. Con un añadido angustiante: es probable que esas cifras sean una subestimación del problema, dado que la abrumadora mayoría de los trastornos se sufren en silencio, escondidos, y pasan sin ser diagnosticados.

Las raíces de la ansiedad y la depresión son complejas, pero parten de algunas certezas. Sabemos, por ejemplo, que ciertos eventos vitales, como perder el trabajo, no tener medios de subsistencia o pasar mucho tiempo encerrados son detonantes de trastornos. También entendemos que a veces las razones no son tan aparentes y responden a aspectos biológicos, a situaciones personales de antaño y a la dificultad para enfrentar ciertas situaciones. Por eso, era de esperarse que los confinamientos, la crisis económica y todo lo que vino con el COVID-19 empeorara la situación.

Las mujeres fueron las más afectadas, porque sobre ellas recayó lo peor de la pandemia: fueron las que más empleos perdieron y no se han recuperado, se vieron encerradas en sus casas con parejas maltratadoras, tuvieron que encargarse de sus hijos que no podían ir al colegio y, además, sobrellevaron todas las tareas típicas de cuidado que vienen con las enfermedades. Se reportaron 52 millones de casos adicionales de ansiedad y 35 millones de depresión mayor diagnosticadas, en comparación con 2019. En Colombia, por cierto, la tasa de desempleo en mujeres sigue siendo el doble de aquella en hombres.

Después les siguen los jóvenes. Los picos de estos trastornos alcanzaron su punto máximo entre las personas de 20 a 24 años: 1.118 casos adicionales de trastorno depresivo mayor por cada 100.000 habitantes, y 1.331 casos adicionales de trastornos de ansiedad por cada 100.000 habitantes. Cerrar universidades y puestos de trabajo fue una fórmula letal para ellos.

Lo más angustiante es que todas estas personas no tienen a dónde acudir. En Colombia hay un supuesto cubrimiento en salud mental con el sistema de salud, pero la realidad es mucho más compleja. Los profesionales de la salud se quejan de malos pagos y jornadas insuficientes para atender problemas complejos; los pacientes reclaman citas en tiempos irracionales ante un sistema hostil; la educación emocional en colegios, universidades y espacios laborales es casi nula, y los prejuicios siguen llevando a que las personas no busquen ayuda. Esas fallas son estructurales. Estamos en mora de encontrar la vacuna para esa pandemia.

¿Está en desacuerdo con este editorial? Envíe su antieditorial de 500 palabras a elespectadoropinion@gmail.com.

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Alberto(3788)02 de diciembre de 2021 - 09:10 p. m.
De acuerdo. Si el sistema de salud en el país es muy malo, el área de salud mental es paupérrima, perversa.
Flor(3922)02 de diciembre de 2021 - 09:08 p. m.
Por lo menos, el 90% de estos problemas de salud mental, son causados por el desempleo, la falta de acceso a la educación y, en fin, la exclusión de las oportunidades para los jóvenes y las mujeres.
Héctor(15733)02 de diciembre de 2021 - 03:34 p. m.
Qué situación más dolorosa. La pandemia sacó lo peor de la especie: no hay especie, hay fragmentos hostiles entre sí.
George(98053)02 de diciembre de 2021 - 12:43 p. m.
"Revelan la identidad de 43 curas denunciados por pederastia y abuso sexual en Colombia. La investigación también menciona al arzobispo Ricardo Tobón Restrepo, a quien se acusa de "encubrir" a varios de los pederastas de la Arquidiócesis de Medellín.". Noticias que encuentro en otros medios internacionales y en Colombia no publican.
Atenas(06773)02 de diciembre de 2021 - 11:46 a. m.
Ahhh, no, pero esa 'pandemia' es generalizada, no sólo de aquí. De hecho, el agobio propio de la vida, como el sabernos mortales x inusitadas causas y circunstancias, es pa muchos un duro lastre de llevar, y la pandemia nos lo refregó en la cara. Y los desajustes emocionales q' de allí dimanan no difieren entre regiones, véase USA y Europa. Es "el duro oficio de vivir" dijo C. Pavese.
  • George(98053)02 de diciembre de 2021 - 03:27 p. m.
    El idiota de Atenas compara USA y la UE con este platanal o Polombia. Todas las estupideces que tiene uno que soportar en estos foros de ignorantes que no tienen ni idea de donde están parados.
  • George(98053)02 de diciembre de 2021 - 12:26 p. m.
    El oficio de vivir es duro, pero en Colombia es un suplicio o martirio. Para un joven soportar y padecer veinte anos de gobierno uribista, donde el que sigue ha sido peor, hace que a cualquiera se le quiten los deseos de vivir. En el mundo hay problemas, pero en Colombia estos son mas graves o peores.
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