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La situación generada por la rápida propagación del COVID-19, o coronavirus, ha aumentado la preocupación mundial por lo que podría convertirse pronto en una pandemia. Cada día que pasa más casos y países se van sumando a la lista de afectados por lo que comenzó en enero como un virus mortal en China. Ante la creciente lista de fallecidos y de infectados por esta enfermedad, es muy importante una acción concertada en el ámbito internacional y, por supuesto, unas políticas públicas claras y eficientes en caso de que llegara a afectar a Colombia.
Frente a estas situaciones de crisis internacional, siempre es prudente hacer un llamado a la cordura y a la calma, para no caer en el pánico. Sin embargo, y a pesar de no tener aún casos en América Latina, cualquier previsión que se tome es poca. Después no habrá tiempo para lamentarse. Tedros Adhanom Ghebreyesus, director de la Organización Mundial de la Salud (OMS), cree que ante la dificultad de su contención pronto será una pandemia. Con respecto al caso de Colombia, el Gobierno ha asegurado que están previstos los protocolos correspondientes y, frente a los compatriotas en riesgo, se envió un avión de la FAC a China para repatriar a 13 personas, así como a tres extranjeros miembros de sus familias.
Las cifras conocidas no dejan de ser preocupantes. Corea del Sur tiene más de 1.000 personas contagiadas y 10 muertes. En Irán hay datos contradictorios, pues el gobierno confirma 16 fallecidos, pero un diputado habla de 50. En Italia hubo un rápido crecimiento en muy pocos días, con 10 muertos y más de 300 infectados. Además, hay casos reportados en Afganistán, Irak, Bahréin y Kuwait, lo que eleva a 35 el número de países donde está presente el COVID-19 y cerca de 90.000 infectados. De otro lado, se solucionó en Japón el caso de un crucero, con más de 3.000 pasajeros y tripulación, que estuvieron en cuarentena por cerca de dos semanas, reportando más de 600 casos a bordo. China, el país donde se originó el brote, registra la mayor cantidad de muertos (2.715) y de infectados (78.064). El gobierno ha impuesto severas medidas de aislamiento para los habitantes de las regiones afectadas y, adicionalmente, anunció la completa prohibición del comercio y el consumo de animales salvajes, dado que de allí se presume que salió el brote.
De otro lado, las consecuencias económicas afectarán irremediablemente al gigante asiático, pues el Fondo Monetario Internacional (FMI) limita el crecimiento de China al 5,6 % este año, lo cual tendrá una repercusión en la economía global, pues el Fondo calcula que el crecimiento mundial se reducirá en torno al 0,1 %. Según su directora, Kristalina Georgieva, la crisis “podría poner en peligro” la recuperación mundial. En Europa, y atendiendo al hecho de la aparición del brote en Italia, han caído las bolsas, con especial impacto en Milán, París y Fráncfort. De otro lado, el célebre Carnaval de Venecia fue suspendido este año.
De acuerdo con la OMS, lo más sano que puede hacerse a nivel interno en cada país es mantener una permanente vigilancia epidemiológica y poner en práctica las medidas de salud pública que se consideren convenientes. De otro lado, está la planificación sanitaria para que los diversos sitios de atención primaria y hospitales estén preparados para enfrentar este tipo de situaciones. También es esencial, en la medida en que aparezcan los primeros brotes, contar con campañas y mecanismos de comunicación para los ciudadanos.
En los últimos 20 años se han presentado casos similares de epidemias con altas tasas de mortalidad, como el SARS (2002), la gripe aviar H5N1 (2003-2006) o el MERS (2012). La diferencia con lo que está sucediendo ahora es que en ese momento no se convirtieron en una amenaza mayor, dado que la transmisión entre personas no era tan eficaz. En el caso del COVID-19, sí lo es. Este hecho es el que genera mayor preocupación e incertidumbre.
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