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La transición energética no se logra a los trancazos ni solo con lindos discursos


27 de octubre de 2024 - 05:00 a. m.
El gobierno Petro está atrapado en la encrucijada de tener un diagnóstico acertado, pero carecer de un suficiente principio de realidad para aterrizar su ideología.
El gobierno Petro está atrapado en la encrucijada de tener un diagnóstico acertado, pero carecer de un suficiente principio de realidad para aterrizar su ideología.
Foto: MARGARITA

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Acción de Ecopetrol en bajos históricos, atisbo de racionamiento de gas en el Caribe y el presidente de la República, Gustavo Petro, aprovechando la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Biodiversidad para reiterar que Colombia no firmará nuevos contratos de exploración. Si bien quienes predicen un apocalipsis energético exageran para buscar réditos políticos, el gobierno Petro está atrapado en la encrucijada de tener un diagnóstico acertado de los problemas locales y globales, pero carecer de un suficiente principio de realidad para aterrizar su ideología. Se resienten en el proceso los recursos de los colombianos y queda la duda de cómo se sustituirán los ingresos que cada vez serán menores por explotación de hidrocarburos.

La pérdida de valor de Ecopetrol es angustiante. El presidente Petro ha dicho que los problemas de la acción se deben a la fluctuación en los precios internacionales del petróleo, lo que es parcialmente cierto. Sin embargo, el Gobierno se ha dado muchos disparos en el pie con la principal empresa del país. Desde echar para atrás a último momento un auspicioso contrato para hacer fracking en Estados Unidos, que estaba a punto de ser firmado, hasta mantener en su dirección a Ricardo Roa, investigado por un presunto mal manejo de las finanzas de la campaña presidencial. La renuncia de dos miembros de la junta directiva apuntaron a lo que es un secreto a voces: que la Casa de Nariño impone sus deseos en la petrolera por encima de consideraciones prácticas.

En un momento, el presidente Petro le dijo a Roa que Ecopetrol debería empezar a pensar en la inteligencia artificial. Otra muestra de la paradoja: con la mirada en el futuro, el Gobierno descuida el presente de la empresa. Mientras Brasil fortalece su petrolera nacional reconociendo que nuestros países en desarrollo necesitan estos ingresos, la estrategia colombiana ha sido el marchitamiento, aunque se diga lo contrario, mientras se habla de una transformación a energías limpias que va lenta y es costosa.

En esencia, es un problema de principio de realidad. Esta semana el presidente Petro dijo: “Yo no quiero contratos de exploración porque yo sé que esa firmita de contratos nuevos de exploración lo que entraña, dentro de 10 años o 15, es que todos los aquí presentes, nuestros hijos, nuestros nietos, quedan expuestos a la muerte total de la especie humana”. El fin es loable, pero contrasta con la realidad, tanto por el aporte residual que Colombia hace a la emergencia climática como por el hecho innegable que nuestra economía no se ha diversificado. En entrevista con El Espectador, Orlando Velandia, presidente de la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH), dijo que “nuestra meta es avanzar en transición energética, pero sin sacrificar la seguridad energética”. Diagnóstico acertado, pero con ejecución incierta.

El problema del gas lo muestra. Es cierto que la escasez no empezó en este gobierno, pero en la práctica vamos a terminar importando. La mala noticia es que el gas será igual de contaminante, sea externo o local. Porque nuestro sistema sigue dependiendo de energías sucias. El director de la ANH pide considerar que “al reemplazar el gas la demanda disminuye”. Sin embargo, eso toma tiempo y el país está en la incertidumbre, con planes poco claros y ejecución deficiente. Necesitamos consensos, proyectos que trasciendan al gobierno de turno y, en el proceso, apoyarnos en la economía que ya tenemos establecida.

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OS(42236)Hace 3 horas
Tiene razón EL ESPECTADOR. Loable el sueño de #Petro de una transición energética acelerada pero insensata la forma de su aplicación. Justamente los hidrocarburos deben financiar esa transición pero también se debe subir impuestos a vehículos particulares a gasolina y exonerar a los eléctricos de menos de 100 millones y a paneles solares.
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