Por fin una gran noticia sobre el fútbol profesional femenino. Después de años y años de ligas a medias, rogar por recursos, recibir el desdén de los dirigentes de varios clubes, chocarse con ideas caducas como que “no hay público”, Colombia podrá contar con una Liga de Fútbol Femenina más larga, ojalá con más equipos, y con varios costos cubiertos. El Gobierno Nacional, a través del Ministerio del Deporte, entendió que si vamos a viabilizar el fútbol profesional femenino como proyecto de vida es necesario que haya una inversión de recursos considerable. Con el anuncio que se hizo ayer, parece que estamos avanzando en la dirección correcta.
Hace pocos meses escribíamos con frustración. Era el eco de los reclamos expresados por las futbolistas profesionales. A pesar de los grandes resultados a escala nacional e internacional, de la Copa Libertadores obtenida por un club colombiano y de que la selección Colombia femenina siempre sorprende en las canchas, la inversión no estaba ahí. Una liga de dos meses, sin garantías laborales, es una burla. Eso sin contar los casos de acoso y estigmatización en varios clubes del país contra las futbolistas. No entendíamos cómo desaprovechamos el talento y la disciplina que hay en Colombia.
Ahora, no es que todo eso se haya arreglado, pero desde el Ministerio del Deporte se envió un mensaje inequívoco. Hay “¡$3.000 millones para apoyar el fútbol profesional femenino en 2022!”, dijo el ministro Guillermo Herrera. El anuncio se hizo en conjunto con Fernando Jaramillo, presidente de la Dimayor; y Ramón Jesurún, presidente de la Federación Colombiana de Fútbol (FCF). Jaramillo fue claro: “Es un reconocimiento al talento de nuestras jugadoras, al esfuerzo que han hecho durante más de seis años para seguir jugando, a pesar de todas las adversidades. Esperamos que este estímulo nos lleve a tener excelentes resultados”.
Con el dinero, que será administrado por el Comité Olímpico Colombiano, se espera que haya dos ediciones de la liga el año entrante, que el calendario sea todos contra todos, y que se apoyen los gastos de traslado y logística. ¿Será suficiente incentivo para que más clubes inviertan en el fútbol femenino? Así debería ser.
Colombia será sede de la Copa América Femenina. Lo mínimo era poder demostrar que nuestra liga profesional está en una trayectoria creciente. El interés del público está, la disciplina está, el talento está y el potencial también. Ha hecho falta un compromiso financiero constante acompañado del sector privado. Esperamos que esto sea un cambio en el paradigma para tantas futbolistas que solo requieren el respaldo para poder brillar con más fuerza.
Cali y Santa Fe están en la Copa Libertadores Femenina que acaba de empezar. No es casualidad que sean dos de los clubes que más recursos y tiempo han invertido en los procesos de profesionalización. Ahora que el Ministerio del Deporte se sumó al presupuesto general, deberíamos seguir sus ejemplos para mejorar la calidad de la liga.
¿Está en desacuerdo con este editorial? Envíe su antieditorial de 500 palabras a elespectadoropinion@gmail.com.
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Por fin una gran noticia sobre el fútbol profesional femenino. Después de años y años de ligas a medias, rogar por recursos, recibir el desdén de los dirigentes de varios clubes, chocarse con ideas caducas como que “no hay público”, Colombia podrá contar con una Liga de Fútbol Femenina más larga, ojalá con más equipos, y con varios costos cubiertos. El Gobierno Nacional, a través del Ministerio del Deporte, entendió que si vamos a viabilizar el fútbol profesional femenino como proyecto de vida es necesario que haya una inversión de recursos considerable. Con el anuncio que se hizo ayer, parece que estamos avanzando en la dirección correcta.
Hace pocos meses escribíamos con frustración. Era el eco de los reclamos expresados por las futbolistas profesionales. A pesar de los grandes resultados a escala nacional e internacional, de la Copa Libertadores obtenida por un club colombiano y de que la selección Colombia femenina siempre sorprende en las canchas, la inversión no estaba ahí. Una liga de dos meses, sin garantías laborales, es una burla. Eso sin contar los casos de acoso y estigmatización en varios clubes del país contra las futbolistas. No entendíamos cómo desaprovechamos el talento y la disciplina que hay en Colombia.
Ahora, no es que todo eso se haya arreglado, pero desde el Ministerio del Deporte se envió un mensaje inequívoco. Hay “¡$3.000 millones para apoyar el fútbol profesional femenino en 2022!”, dijo el ministro Guillermo Herrera. El anuncio se hizo en conjunto con Fernando Jaramillo, presidente de la Dimayor; y Ramón Jesurún, presidente de la Federación Colombiana de Fútbol (FCF). Jaramillo fue claro: “Es un reconocimiento al talento de nuestras jugadoras, al esfuerzo que han hecho durante más de seis años para seguir jugando, a pesar de todas las adversidades. Esperamos que este estímulo nos lleve a tener excelentes resultados”.
Con el dinero, que será administrado por el Comité Olímpico Colombiano, se espera que haya dos ediciones de la liga el año entrante, que el calendario sea todos contra todos, y que se apoyen los gastos de traslado y logística. ¿Será suficiente incentivo para que más clubes inviertan en el fútbol femenino? Así debería ser.
Colombia será sede de la Copa América Femenina. Lo mínimo era poder demostrar que nuestra liga profesional está en una trayectoria creciente. El interés del público está, la disciplina está, el talento está y el potencial también. Ha hecho falta un compromiso financiero constante acompañado del sector privado. Esperamos que esto sea un cambio en el paradigma para tantas futbolistas que solo requieren el respaldo para poder brillar con más fuerza.
Cali y Santa Fe están en la Copa Libertadores Femenina que acaba de empezar. No es casualidad que sean dos de los clubes que más recursos y tiempo han invertido en los procesos de profesionalización. Ahora que el Ministerio del Deporte se sumó al presupuesto general, deberíamos seguir sus ejemplos para mejorar la calidad de la liga.
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