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No solo existen los niños, niñas y adolescentes LGBTI y abundan sus testimonios, sino que se ha demostrado que actitudes como la de Rodríguez los llevan a ser excluidos, matoneados, y a sufrir internamente, en silencio, solos, temerosos de los prejuicios de sus mayores.
Decir que los niños, niñas y adolescentes LGBTI no existen es la estrategia adoptada por padres en todo el mundo que, al hacerlo, abandonan a sus hijos y los condenan al clóset. Pero que se tapen los ojos y repitan que eso no existe es lo mismo que si dijeran que la Tierra es plana: por más que lo insistan hasta el infinito, la realidad no va cambiar.
Esta es la clase de voces que el gobierno de Iván Duque está escuchando. Cuando su administración presentó el PND, con un capítulo dedicado a desarrollar políticas para combatir la discriminación contra las personas LGBTI, cedió ante las peticiones del partido de Rodríguez (Colombia Justa Libres) y saboteó la iniciativa. No borró a las personas LGBTI, pero las incluyó en el mismo saco con otros “grupos históricamente marginados”, lo que, en la práctica, niega el hecho de que cada población tiene requisitos específicos que deben ser atendidos por aparte.
Dirán que en el documento persiste la sigla LGBTI, pero eso es un canto a la bandera. Sin presupuesto ni políticas diferenciales no hay progreso.
Es extraño que la administración Duque ceda ante los caprichos oscurantistas de Colombia Justa Libres. ¿Creerá acaso el Gobierno que no hay daños que se desprendan de la ausencia de política diferenciada para la población LGBTI? Si es así, está equivocado.
El mismo Banco Mundial, en múltiples estudios realizados alrededor del planeta, concluyó que “la exclusión basada en características intrínsecas como la orientación sexual o la identidad de género tiene efectos negativos sobre el desarrollo económico, y constituye un obstáculo fundamental para lograr los dos objetivos de poner fin a la pobreza extrema e impulsar la prosperidad compartida”. En otras palabras, el país entero pierde por lo costosa que es la homofobia.
La discriminación contra las personas LGBTI ha hecho que sea una población más vulnerable al desempleo, a los obstáculos para acceder a la economía formal, a la vivienda. Es decir, es un grupo que necesita políticas que permitan su desarrollo. ¿No se supone que ese es el principal objetivo del PND que el Gobierno está promoviendo?
No volvamos a discusiones incoherentes y dañinas, como si la Tierra fuera plana, y construyamos más bien un país donde todos los colombianos puedan desarrollar sus proyectos de vida en igualdad.