Tenemos que actuar, se acaba el tiempo

Nos tienen bajo advertencia: el tiempo se está acabando con velocidad. Como si todavía faltase más evidencia, la Organización de las Naciones Unidas publicó un informe donde anuncia que los esfuerzos contra el cambio climático no están siendo suficientes y que la ventana de acción está cerca de cerrarse. ¿Por qué en Colombia seguimos sin construir un consenso político serio sobre este tema?

El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), el órgano de las Naciones Unidas encargado de evaluar los conocimientos científicos relativos al cambio climático, publicó un informe especial que debería llevar a la toma de decisiones inmediatas en todos los países, incluyendo Colombia.

El estudio, que fue elaborado por 91 autores de 40 países y contó con la colaboración de centenares de científicos, encontró que las medidas que se han tomado hasta ahora son insuficientes.

Aunque el mundo pareció unirse para firmar los compromisos del Acuerdo de París, que se trató de un excelente primer paso con un valor simbólico innegable, es momento de enfrentar la realidad: no va a ser suficiente. Si seguimos en el ritmo que vamos, el mundo se calentará 3,0 °C, por encima de los 2,0 °C proyectados. Tenemos que actuar.

Hacia el 2040, el mundo alcanzará un calentamiento global inducido por el hombre de 1,5°C. Ese desenlace ya es inevitable, pero todavía podemos hacer que de ahí no empeore la situación.

Las consecuencias no son menores. La diferencia entre un calentamiento de 1,5°C y uno de 2,0°C “tendría beneficios claros para las personas y los ecosistemas naturales y podría ir acompañada del afianzamiento de una sociedad más sostenible y equitativa”, escribió el panel. Todavía estamos a tiempo de reducir la frecuencia de los climas extremos, el aumento del nivel del mar y otras consecuencias que amenazan la vida de cientos de millones de personas.

El problema es que los países no han hecho lo suficiente. Simplificando un tema que es complejo, lo que necesitamos es reducir a cero la tasa de emisiones de dióxido de carbono; es decir, que la cantidad de CO2 que emitimos sea igual a la cantidad que logramos eliminar. Eso tiene implicaciones monumentales pues debemos modificar muchas industrias, incluyendo en particular la generación de energía y la ganadería.

Por eso, es frustrante que en Colombia este tema no vaya más allá de servir como un comodín político. Se habla de compromisos y se adoptan los mismos discursos internacionales, pero a la hora de la verdad siempre prima la idea de que necesitamos recursos ahora, así eso en el largo plazo signifique afectar la sostenibilidad del país.

El problema es que dejar para después ya no es una opción. No podemos esperar más. La transformación de la economía nacional tiene que comenzar ya y ser impulsada desde el Gobierno, no sólo para enfrentar el cambio climático, sino para ser competitivos en un mundo que va a cambiar muchísimo por esos mismo ajustes que se irán acelerando.

¿Dónde está el liderazgo político para actuar? ¿Por qué el cambio climático no está en la prioridad del debate público? ¿Qué debemos hacer para que todos los involucrados entiendan la urgencia? Insistimos: el tiempo se está acabando.

¿Está en desacuerdo con este editorial? Envíe su antieditorial de 500 palabras a yosoyespectador@gmail.com.

Nos tienen bajo advertencia: el tiempo se está acabando con velocidad. Como si todavía faltase más evidencia, la Organización de las Naciones Unidas publicó un informe donde anuncia que los esfuerzos contra el cambio climático no están siendo suficientes y que la ventana de acción está cerca de cerrarse. ¿Por qué en Colombia seguimos sin construir un consenso político serio sobre este tema?

El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), el órgano de las Naciones Unidas encargado de evaluar los conocimientos científicos relativos al cambio climático, publicó un informe especial que debería llevar a la toma de decisiones inmediatas en todos los países, incluyendo Colombia.

El estudio, que fue elaborado por 91 autores de 40 países y contó con la colaboración de centenares de científicos, encontró que las medidas que se han tomado hasta ahora son insuficientes.

Aunque el mundo pareció unirse para firmar los compromisos del Acuerdo de París, que se trató de un excelente primer paso con un valor simbólico innegable, es momento de enfrentar la realidad: no va a ser suficiente. Si seguimos en el ritmo que vamos, el mundo se calentará 3,0 °C, por encima de los 2,0 °C proyectados. Tenemos que actuar.

Hacia el 2040, el mundo alcanzará un calentamiento global inducido por el hombre de 1,5°C. Ese desenlace ya es inevitable, pero todavía podemos hacer que de ahí no empeore la situación.

Las consecuencias no son menores. La diferencia entre un calentamiento de 1,5°C y uno de 2,0°C “tendría beneficios claros para las personas y los ecosistemas naturales y podría ir acompañada del afianzamiento de una sociedad más sostenible y equitativa”, escribió el panel. Todavía estamos a tiempo de reducir la frecuencia de los climas extremos, el aumento del nivel del mar y otras consecuencias que amenazan la vida de cientos de millones de personas.

El problema es que los países no han hecho lo suficiente. Simplificando un tema que es complejo, lo que necesitamos es reducir a cero la tasa de emisiones de dióxido de carbono; es decir, que la cantidad de CO2 que emitimos sea igual a la cantidad que logramos eliminar. Eso tiene implicaciones monumentales pues debemos modificar muchas industrias, incluyendo en particular la generación de energía y la ganadería.

Por eso, es frustrante que en Colombia este tema no vaya más allá de servir como un comodín político. Se habla de compromisos y se adoptan los mismos discursos internacionales, pero a la hora de la verdad siempre prima la idea de que necesitamos recursos ahora, así eso en el largo plazo signifique afectar la sostenibilidad del país.

El problema es que dejar para después ya no es una opción. No podemos esperar más. La transformación de la economía nacional tiene que comenzar ya y ser impulsada desde el Gobierno, no sólo para enfrentar el cambio climático, sino para ser competitivos en un mundo que va a cambiar muchísimo por esos mismo ajustes que se irán acelerando.

¿Dónde está el liderazgo político para actuar? ¿Por qué el cambio climático no está en la prioridad del debate público? ¿Qué debemos hacer para que todos los involucrados entiendan la urgencia? Insistimos: el tiempo se está acabando.

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