Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Para empezar a dibujar este panorama artístico, necesitaremos un lienzo que sea marca país, este debe ser pluriétnico y multicultural, fíjese en la marquilla que diga it's Colombia, not Columbia. Prepare su lienzo con una mezcla de pintura diluida en mares y ríos con tonos azules y verdes, agregue una capa de colores cálidos a las 6pm para un buen atardecer. Proceda a seleccionar los pinceles con los que pintaremos tres carreras artísticas, muy prometedoras y de diferentes zonas del país.
Para crear nuestro marco de madera, usaremos un cincel de una casa matriz libanesa, pero de mango hecho en la costa atlántica, debe tener 30 años de uso y preferiblemente que su nombre sea Kassem Tehfe.
Este cincel, antes era solo un lápiz, que firmaba cheques de compra y venta de bienes raíces, pero recientemente encontró en el arte, el molde perfecto para darle forma a su nueva carrera como artista de la madera. Junto a su equipo Vanessa Yusunguaira, Khoder Mohamed, una profesional en mercadeo y diseño y un empresario amante de las finanzas, forman Home Atelier (@HomeatelierColombia).
Un lugar en la calle 59 de Barranquilla, donde la carpintería artesanal se combina con técnicas modernas y materiales como el vidrio, el metal, las piedras y sobretodo la resina epóxica, material trabajado bajo una técnica única que evidencia la capacidad artística de estos jóvenes, usada par dar vida a piezas y espacios únicos, respetando todos elementos naturales.
Su eslogan “Mimetismo Natural”, es perfecto para describir ese efecto camaleónico que logran con sus creaciones, las cuales se caracterizan por el fino trato que se le da a las vetas o venas propias de la madera, la cual naufraga a las orillas de las playas barranquilleras y es transformada en arte evitando así su tala indiscriminada.
Las obras de estos tres artistas y empresarios, han pasado de transformar casas y restaurantes colombianos, para llegar a países como Canadá, donde sus clientes y reconocimiento empiezan a crecer como las raíces de los árboles.
Ahora para nuestro primer trazo, usaremos un pincel proveniente de la isla de San Andrés, este debe ser de nombre Juan Villarreal, debe ser de familia paisa, pero debe haber vivido en la isla durante más de 20 años, para así tener una influencia isleña marcada en cada obra que realiza.
Su vocación y amor por el arte lo heredó de su familia por formación. Comenzó a pintar desde la niñez y para ese entonces solo era un hobbie, aunque estudió administracion de empresas, ha tenido una fuerte cercanía con el arte y los negocios y desde hace un tiempo los ha unido para darle inicio a su carrera como Jota Art (@jota_art). Carrera que lo ha llevado a exponer obras desde Medellín, hasta, Alemania y en donde con cada personaje, comida típica o paisaje que pinta, plasma su realidad insular y la da a conocer al mundo con orgullo. En días pasados fue orgullo isleño y por supuesto de todo el país, cuando después de 30 horas dejó plasmado en las paredes del consulado colombiano en Miami, una obra tributo a la cultura y biodiversidad de nuestro país. Varias especies como la ballena jorobada y el jaguar, hicieron parte junto a la orquídea de este homenaje que definitivamente nos representa como nación.
Para terminar nuestra pintura, debemos ubicarnos en el centro de nuestro cuadro para esto, es necesario usar una capa de pintura proveniente de Bogotá, debe ser de 34 años y graduado de artes y diseño industrial, su nombre debe ser Andrés Moreno y debe tener de experiencia casi 10 años, creando proyectos de arquitectura diferentes y arriesgados bajo el nombre de Gestalt (@gestalt). A su vez, salido de todos los parámetros, este bogotano ha ido creando un sello personal que hora le permite explorar el diseño, desde su segunda marca Hot Chill (@hotchill), con la que recientemente expuso en Art Basel, una de las ferias de arte más importantes de USA, la cual le ha servido de plataforma para mostrar obras, como sus famosas mesas en forma de cassette o sus perros hechos en fibra de vidrio, en honor a su bulldog francés. Su estilo a la hora de transformar espacios y crear piezas de diseño, dejan claro su influencia citadina y su versatilidad a la hora de crear obras apetecidas por cualquier tipo de público local o extranjero.
Sin duda estos son pequeños trazos que han empezado a dar forma a un paisaje muy positivo, que pinta cada vez mejor la realidad del arte en nuestro país, el cual ante los ojos de los viajeros de todo el mundo, posee una amplia diversidad racial y cultural, como uno de los grandes atributos con los que contamos.
Esta multiplicidad étnica es gracias al mestizaje marcado desde la época de la conquista y eso hace que nuestras manifestaciones artísticas sean igual de diversas.
Detenerse a mirar un atardecer, admirar su reflejo en el espejo, ponerle color al gris de una ciudad, descubrir que lo sublime de la vida está en la rutina, es talento de pocas personas, que tienen la sensibilidad de detenerse y darse cuenta de ellos, pero sobretodo el talento está en usar esos detalles de inspiración para crear arte de calidad de exportación, como lo hacen estos tres artistas, que desde diferentes zonas del país, han demostrando que esas diferencias arraigadas a la multiculturalidad que tenemos, son los elementos que nos unen a la hora de contar sobre nosotros ante el mundo.