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Para tener conocimientos del cultivo del maíz es preciso leer la hermosa poesía de Gregorio Gutiérrez González, quien en una amena prosa y poética nos narra cómo es el cultivo del maíz en la tierra antioqueña.
Sobre el origen del cultivo del maíz en Colombia no se tiene referencia histórica, puesto que su aparición y consumo van cogidos de la mano desde el momento mismo en que los primeros aborígenes poblaron estas tierras.
La Federación Nacional de Cereales “Fenalce” agrupa en mayor parte los productores de maíz que hoy en día se extienden por la mayor parte del país, pero muy especialmente por los departamentos de Meta, Valle, Tolima, Cundinamarca y Antioquia, con sus variedades de maíz blanco y amarillo, sin embargo, la Federación de cerealistas hace ingentes esfuerzos para aumentar su producción, puesto que el consumo siempre es mayor y es preciso acudir con frecuencia a los contingentes de importación.
El maíz para consumo humano es de vital importancia en la dieta de los colombianos, puesto que de allí se producen las arepas y otras delicias culinarias, como las harinas para diferentes variedades de envueltos y recetas de cocina.
Sin embargo, existe el maíz utilizado para fabricar concentrados para animales, que es donde está el punto de quiebre para saturar los mercados, muchas veces se autorizan importaciones que no corresponden a la realidad de faltantes en los mercados internos, produciéndose una sobreoferta y arruinando la producción nacional.
El maíz requiere de una temperatura de 25 a 30 grados, bastante incidencia de la luz solar, su cultivo debe estar bien alimentado por aguas así sean lluvias, puesto que le permiten mantenerse en su estado de conservación natural.
Se adapta a todo tipo de suelos, pero es muy importante que antes de proceder a su siembra se haga el estudio correspondiente con la práctica de los germinadores, que nos da una idea concreta de lo que va a ser el comportamiento del cultivo en general.
Las semillas para el cultivo del maíz deben ser específicas mas no estructurales, es decir, que para cada terreno o sitio donde vaya a sembrarse debe procederse a consultar con los expertos, puesto que no todas las semillas del maíz son adaptables en todos los terrenos.
El marco institucional del maíz está regulado por el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, que como función primordial y de acuerdo a las normas técnico-sanitarias debe velar en todo momento por la calidad de producción y por que en lo que sea posible se utilicen los abonos orgánicos.
Un buen maíz para consumo humano debe tener la siguiente tabla proteínica: humedad: 12,0 – 13,0; almidón: 65,0 – 70,0; azúcares: 1,0-2,0; proteína: 10,0 -11,0; grasa: 4,0 – 5,0; fibra: 2,0- 2,5; ceniza: 1,0 - 2,0. Estos parámetros no son regulatorios, pero sí se deben tomar como punto de referencia para obtener una producción lo más acertada posible.
Es apenas lógico que el maíz, como todo cultivo, está sujeto a una serie de plagas que hay que combatir con los plaguicidas u otros fertilizantes que permitan combatirlas, pero lamentablemente los costos son bastante elevados y muchas veces los pequeños y medianos productores se ven precisados a dejar perder sus cultivos, puesto que no disponen de los recursos necesarios para adquirirlos.
Pero también el maíz está expuesto a una serie de animales transeúntes como las loras, ardillas, entre otros, que cuando detectan su cultivo lo invaden, puesto que el maíz tierno les es un manjar exquisito, pero esto lo combaten los cultivadores colocando a la entrada del sembrado un espantapájaros.