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Muchos historiadores consideran a Fernand Braudel como el más grande en su oficio durante el siglo XX. En su vida personal vivió épocas difíciles, como cuando estuvo durante cinco años en un campo de detención de soldados franceses en Alemania durante la Segunda Guerra Mundial. Tal vez por esa razón buscó estudiar una historia de ritmo más pausado, que se alejara de los acontecimientos que diariamente registraba la prensa, pues consideró que esos eventos eran como la espuma que se agita sobre la superficie del mar. Por eso quiso estudiar una historia que se moviera con un ritmo lento, pero que se puede percibir: la historia social, en donde se observa lo que les pasa a los grupos humanos.
Desde esa perspectiva registró una historia cuyo paso es casi imperceptible, la del hombre en relación con su entorno físico: la geohistoria. De esa manera podía dedicarse a analizar las transformaciones que no quedan consignadas en la prensa, pero que permiten ver los avances más profundos de las sociedades y economías.
Por estos días de polarización desenfrenada, los invito (como Braudel) a alejarnos de la espuma de las olas y sumergirnos en el fondo de las corrientes marinas para descubrir nuevas características de nuestra sociedad. Me refiero a uno de los indicadores socioeconómicos más utilizados en la actualidad para medir el grado de bienestar biológico de las poblaciones a lo largo del tiempo: la estatura de las personas.
En un estudio en donde analizamos la estatura de los colombianos —con la información que registra la cédula— como determinante socioeconómico, encontramos que en un período de 15 años la altura de las personas se incrementó a tasas cercanas al promedio histórico: un centímetro por década para el caso de los hombres y un poco menos para las mujeres.
¿Cuánto fue el aumento? Los hombres nacidos en el año 2000 y que, por tanto, alcanzaron sus 18 años en 2018, registraron un promedio de estatura de 1,72 metros; 1,42 centímetros más que los nacidos en 1985 que cumplieron 18 en 2003, cuya estatura era de 1,70 metros en promedio.
Para el caso de las mujeres la diferencia fue de 0,97 centímetros entre las que cumplieron 18 años en 2003 y 2018. Se utilizan como referencia los 18 años, que es la edad hasta que crece la inmensa mayoría de personas.
Hay que señalar que en un trabajo que publiqué hace unos años encontré que las mujeres nacidas en 1905 median en promedio 1,50 metros y los hombres 1,60. En contraste, los nacidos en 1985 midieron 1,58 y 1,70 respectivamente. Es decir, aumentos de 1,25 centímetros en promedio por década para hombres y de un centímetro para mujeres. Los logros del período 1985-2000 son buenos aunque más bajos, al registrar un aumento de 0,95 centímetros por década para los hombres y 0,65 para las mujeres.
Los aumentos en estatura son importantes, pues mejoran la salud de las personas a lo largo del ciclo de vida, entre otras ventajas.
¿Hasta qué estatura vamos a crecer los colombianos? No lo sabemos, pero a juzgar por los holandeses, que miden en promedio 1,83 los hombres y 1,73 las mujeres, todavía nos falta un trecho por crecer, pero lo estamos logrando. Este tiempo de la historia social nos recuerda un optimismo que no encontramos en los eventos que a diario registra la prensa.