No confundamos. El dilema no era si cubrir o no, si dar despliegue o no a la llegada de la muy pobre primera ración de vacunas. Contar el hecho, el primero verificable en medio de tanto anuncio fútil y tanta propaganda política evasiva, no amerita debate.
El reclamo ciudadano a medios y periodistas, especialmente audiovisuales, pasa por la inconformidad con el criterio, tono, encuadre y tratamiento de esa información, en la que esos colombianos protestantes en redes y conversa pública no se sintieron representados, como pasa en casi todos nuestros conflictos, en especial desde la perspectiva de las víctimas de la pandemia.
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