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Sin duda, acceder a Internet es cada vez más una necesidad de nuestra época, entre otras cosas, porque se ha convertido en una herramienta necesaria para el ejercicio de derechos humanos.
En su informe a la ONU de 2011 Frank La Rue, Relator especial para la libertad de expresión, afirmó que el rol de Internet en la superación de la brecha digital era instrumentalmente necesario y como tal debía plantearse que se reconociera como derecho fundamental. Por esa época les conté que dos congresistas, Gaviria y Galvis, presentaron en ese sentido una propuesta legislativa que finalmente no prosperó. Hace poco el senador Pedraza presentó nuevamente una propuesta legislativa con ese propósito. Propuso aprobar un acto legislativo para modificar al artículo 20 de la Constitución y consagrar el acceso a banda ancha de internet como derecho fundamental. Esta semana el proyecto cayó en el Congreso.
El tema es sumamente importante y es una lástima que no se discuta con mayor profundidad. Creo que el proyecto no era ideal pero podía ajustarse para plantear la necesidad de que el Estado garantice el acceso a Internet como un mecanismo de protección del ejercicio de derechos que cada día dependen más de ese acceso. Esta disposición obligaría al Estado no solo a mejorar la provisión de banda ancha (y lo que creemos que es banda ancha pues es vergonzoso que en Colombia aceptemos que menos de 2k lo sean), sino también a facilitar mecanismos de acceso, especialmente para poblaciones más vulnerables. Acceso a internet como derecho no es solo conexión en casa, sino garantizar que exista a través de bibliotecas, casas de cultura, museos, etcétera. Este derecho supone enfrentar las deficiencias tecnológicas y las humanas. La superación de la brecha digital exige acompañamiento integral. Senador Pedraza, muchos compartimos su meta, solo creemos que debe ajustar la ruta, no se desanime.
Ñapa. Mucho bombo recibe el anuncio de 10.000 becas para que jóvenes del Sisben vayan a la Universidad. Sin duda es una gran noticia. Pero no deja de ser agridulce al confirmar que la política educativa del país es subsidiar demanda y no oferta; miles de becas para cualquier universidad mientras se desfinancia a las universidades públicas.