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Por Vanessa Cardona Gómez *
Hace unas semanas Trump retiró gran parte de sus tropas ubicadas al norte de Siria y que luchaban junto con los kurdos contra el Estado Islámico (EI). Estados Unidos entrenó a los kurdos, les dio armas y les brindó ayuda aérea contra los radicales islámicos de tal manera que ahora, cuando el EI está casi derrotado, los kurdos planeaban obtener mayor autonomía, poder y terreno como recompensa. El resultado fue diferente, y los kurdos sienten que Estados Unidos los abandonó dando carta blanca a que Turquía los invada. ¿Por qué Estados Unidos le da este beneficio a Turquía? ¿Qué pretende Turquía? ¿Por qué tras tanta defensa de EE. UU. en Siria ahora decide retirar ciertas tropas? Y lo más importante: ¿cuál es la nueva estrategia de Estados Unidos?
Recordemos que Siria está geoestratégicamente ubicada y que por esta razón le interesa a todos las potencias. Es un país con agricultura, industria textil, alimentaria, metalúrgica, pero lo más importante, cuenta con grandes reservas de gas y petróleo, y derechos de paso petrolero foráneo por los oleoductos que tiene el país. Adicionalmente, su ubicación es ideal para el paso entre Oriente y Europa. Aquel que controla Siria tiene poder sobre rutas mercantiles y sobre la salida de los recursos claves de Medio Oriente hacia Europa.
Respecto a Turquía, la retirada de Estados Unidos en el Norte de Siria es considerada como una oportunidad. Por un lado, enfrenta a los kurdos, que los considera como grupo terrorista, y por otro lado obtiene control de la frontera que le permitiría ganar territorio para el gran número de refugiados que tiene: Turquía es considerada por Acnur como el país con la mayor cantidad de refugiados en el mundo. Por lo tanto, es muy probable que esta nueva perspectiva de Turquía ocasione un conflicto internacional. No obstante, con el fin de tranquilizar el panorama en Siria y que los kurdos no se sintieran abandonados, Trump y Erdogan pactaron un alto al fuego de 120 horas sin sanciones económicas a Turquía. Y ahí es cuando debemos preguntarnos: ¿realmente este era el apoyo que los kurdos esperaban?
Lo anterior nos deja claro que la actuación de EE. UU. genera un mayor sentimiento de abandono en los kurdos, sintiéndose ofendidos y utilizados. También es cierto que Estados Unidos no podía apoyar la creación de una nación kurda. Y por último, es evidente que la estrategia de EE. UU. ha cambiado y ahora los kurdos no son de su interés.
Desde hace unos años EE. UU. ha intentado reducir su estrategia de combate a nivel internacional intentando evitarla. Trump se ha esforzado por utilizar una estrategia más defensiva que ofensiva, y precisamente esto es lo que intenta hacer en esta zona del mundo. Siria no debe ser prioridad en su gasto económico teniendo en cuenta que la guerra inicial de Siria ha terminado, el autodenominado Estado Islámico se ha reducido, incluso Al Qaeda, y por lo tanto el terrorismo se ha venido desarticulando; además, entienden que el desarrollo de democracias liberales en esta zona del mundo es muy poco probable. De esta manera, Trump entiende a Siria como un objetivo secundario y se plantea un nuevo objetivo fundamental: para la contención de Rusia y China y, sí, para la contención de Rusia, ¡Turquía es ficha clave!
Por lo tanto, para la estrategia de contención de Rusia, Estados Unidos cuenta con dos aliados estratégicos en Europa del este —por el norte a Polonia y por el Sur a Rumania—, pero requiere de Turquía para que dicha estrategia sea reforzada en el Mar Negro. Por otro lado, Rusia también busca llamar la atención de Ankara, pero para Turquía, Moscú tiene una política exterior impredecible que incluso puede llegar a ser amenazante. Estados Unidos les brinda mayor seguridad política y económica, no tienen intereses territoriales e incluso les favorece la idea de una Turquía más independiente que pueda contener a Rusia en un futuro.
* Internacionalista.