La formadora de educadores, comprometida con prevención y mitigación del consumo de psicoactivos

Leonardo Fabio Martínez Pérez
29 de marzo de 2019 - 05:00 a. m.

El consumo de sustancias psicoactivas (SPA) constituye un problema social y educativo que debemos atender con prioridad y responsabilidad social. Los efectos en la salud, la calidad de vida y el bienestar humano prenden las alarmas en los distintos establecimientos educativos en los cuales se intensifica el consumo de alcohol, tabaco, marihuana y otras sustancias sintéticas de alto riesgo para la vida saludable.

Al reconocer el consumo como un problema de alta relevancia social, debemos establecer las causas sociales, culturales, psicológicas y emocionales asociadas al mismo, de tal manera que podamos comprender este fenómeno de forma amplia y compleja para así hallar estrategias de prevención, mitigación, reducción y, en el mejor de los casos, superación estructural de la adicción a SPA, por cuanto provoca efectos neurológicos importantes, altera drásticamente el comportamiento social y emocional de las personas, desestructura familias, tiene el potencial de generar prácticas violentas y en general afecta la dignidad humana en tanto conlleva procesos de degeneración que pueden terminar, en casos extremos, en muerte por causa de sobredosis o la creación de condiciones que lleven a las personas a situación de calle, que termina por degradar la condición humana.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), los jóvenes son la población más vulnerable ante el consumo de sustancias psicoactivas a nivel mundial, hecho que se manifiesta en esta población como un fenómeno global que requiere ser atendido de manera integral desde diferentes ámbitos sociales y culturales.

A pesar de que no existan investigaciones representativas del consumo y distribución de SPA en el contexto universitario colombiano, un estudio de 2012, realizado por la Comunidad Andina de Naciones, permitió caracterizar esta situación en Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú, estableciendo que para ese año el alcohol y el tabaco eran, en este orden, las SPA de mayor uso, seguidos por la marihuana, el LSD, los tranquilizantes, los inhalables y los hongos alucinógenos.

Según los análisis hechos por el Ministerio de Justicia en alianza con el Ministerio de Salud y la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, en el contexto colombiano el alcohol está catalogado como la SPA lícita de mayor prevalencia (50%) en comparación con el conjunto de las demás sustancias, teniendo mayor incidencia en hombres que en mujeres y situando la edad de inicio alrededor de los 15 años; se destaca que aproximadamente el 20% de dicha población se encuentra en riesgo de presentar dependencia. Respecto al tabaco, la edad de inicio se acerca a los 16 años y su prevalencia está alrededor del 19%.

En cuanto a SPA ilícitas consumidas por estudiantes colombianos, la marihuana es la de mayor prevalencia con el 7,1 %, con una edad promedio de inicio cercana a los 18 años, reflejando signos de abuso y/o dependencia en el 27,1 % de los estudiantes consumidores. Por otro lado, el uso de sustancias como cocaína, LSD, inhalables volátiles y bazuco presentan incidencia en promedio a los 19 años de edad, lo que sugiere un probable inicio de consumo en la universidad, a diferencia de la marihuana, el alcohol y el cigarrillo.

Esta no es una problemática ajena a nuestro contexto universitario, pues nos toca profundamente como comunidad, dadas las características de nuestra población estudiantil y las condiciones de vulnerabilidad que como institución debemos atender y mitigar. En ese contexto, la Universidad Pedagógica Nacional ha generado un plan de acción que articula los recursos, experiencias y dimensiones misionales con la intención de bienestar y desarrollo integral de los futuros maestros con miras a prevenir, mitigar, reducir y superar el consumo de SPA en su población universitaria. Las estrategias propiciadas giran en torno al desarrollo de la autonomía de los jóvenes, su empoderamiento como actores sociales, la construcción de alianzas y redes interinstitucionales de prevención y mitigación, así como la generación de conocimiento relacionado con la prevención y mitigación del consumo de SPA en ambientes universitarios.

Más allá de favorecer prácticas sociales de estigmatización o señalamiento a los consumidores, se trata de generar procesos formativos que los incluyan, siempre orientados a la comprensión del problema y a la búsqueda de alternativas concretas que pasan por el acompañamiento de profesionales en la materia, procesos educativos con estudiantes, profesores, funcionarios y trabajadores, establecimiento de redes de apoyo y formación con la familias, así como la consolidación de redes interinstitucionales que contribuyan al establecimiento de alianzas en favor de la salud, el bienestar y el cuidado de la dignidad humana.

En ese escenario, la Universidad Pedagógica Nacional se encuentra construyendo un programa de bienestar universitario sobre la base del marco técnico de acción para la reducción del consumo de sustancias psicoactivas en contextos universitarios, propuesto por entes gubernamentales, el cual centra la atención en la promoción de la salud, la autorregulación y la inclusión social de los jóvenes universitarios como agentes de salud y sujetos de derechos, buscando mejorar la calidad de vida de la comunidad universitaria en general.

* Rector, Universidad Pedagógica Nacional.

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