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La Internacional Populista

Alvaro Forero Tascón
16 de noviembre de 2020 - 03:00 a. m.
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El reality electoral de Donald Trump ha sido para el mundo una clase virtual intensiva sobre un concepto que algunos alegaban no existía, que era exclusivo de la izquierda irresponsable: el populismo de derecha.

Joe Biden lo explicó bien en Bogotá, en julio de 2018, durante una conferencia en la Escuela de Gobierno de la Universidad de los Andes, citando a George Will, un famoso columnista conservador, que decía que “el populismo busca abrir espacio para el abuso de poder”. No se puede seguir atribuyendo el comportamiento de Trump a su temperamento ni considerarlo una simple estrategia política inofensiva. Trump acusa de fraude a su oponente porque eso hacen los populistas, sin excepción, buscando quedarse en el poder o victimizarse para mantener la bandera contra las élites políticas. Si ya no se puede negar que Trump es salido del manual del populismo latinoamericano, no se pueden dejar de ver similitudes con sus aliados de la Internacional Populista.

Trump reúne todas las facetas del populismo latinoamericano. Las de los populistas de derecha como Fujimori y Uribe, trabajando para los intereses conservadores, presentándose como redentores del pueblo contra las élites políticas, personalizando el manejo del poder, atacando las instituciones que les ponen límites, criminalizando a sus adversarios como corruptos aliados del terrorismo, persiguiendo a la prensa, despreciando los derechos humanos, arrodillando a las otras ramas del poder. Trump también se sirve de las banderas económicas del populismo de izquierda. Al día siguiente de las elecciones, sostuvo que pretendían robarle las elecciones “el gran capital, la gran prensa, las grandes empresas tecnológicas y la corrupta maquinaria demócrata”.

¿Cómo pueden confluir banderas de derecha y de izquierda en un mismo populista? Y lo que parece más incomprensible: ¿cómo puede usarse el mismo populismo para avanzar objetivos de izquierda o de derecha? El malestar social que mejor recoge el populismo es la desigualdad. Por eso es un fenómeno tan latinoamericano, que ha tenido una problemática de desigualdad económica y racial tan profunda. El malestar sobre el que cabalga Trump tiene un origen fundamentalmente de desigualdad social. Mientras que durante los 40 años del neoliberalismo el PIB estadounidense se triplicó, los ingresos de la clase media permanecieron iguales y los de los sectores menos educados descendieron. El crecimiento exponencial del ingreso se repartió muy desigualmente, y cuando la globalización hizo que millones perdieran sus empleos y que la inmigración generara una gran competencia laboral, el malestar se extendió por un sector muy amplio de la sociedad estadounidense. Ese malestar alimentó el crecimiento populista de Bernie Sanders en la izquierda. Trump lo combinó con elementos conservadores afines a la cultura de la clase media baja de su país: racismo, xenofobia, machismo, nacionalismo, antiterrorismo, militarismo, enmarcándolos dentro del concepto de la autoridad.

Como el populismo inocula las pasiones y miedos de los ciudadanos, no muere. Trump va a intentar volver al poder, como el peronismo, el fujimorismo, el uribismo, el chavismo, el evomoralismo. Seguirá al frente de la Internacional Populista.

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David(70623)17 de noviembre de 2020 - 12:51 p. m.
Sobre lo que es el populismo y sus alcances explicativos hay cantidad de discusiones, y aunque respeto mucho los análisis de Álvaro Forero, noto cierto tufillo clasista y descalificador en esta columna y en la misma idea de identificar el populismo con demandas sociales y políticas que, desde esta óptica, parecieran irracionales o no moderadas, cuando en verdad no lo son.
Lorenzo(2045)17 de noviembre de 2020 - 01:31 a. m.
"En 40 años del neoliberalismo el PIB estadounidense se triplicó"+ "la globalización y la pérdida de millones de empleos"==> Populismo de Sanders y Trump -/ Estas premisas suponen un causalidad dual: el golem neoliberal produce la pandemia populista. Los matices entre "izquierda" (reflexiva) y "ultraderecha"(visceral) no alcanzan para eliminar los daños que produce un "toro en una cristalería"
  • Lorenzo(2045)17 de noviembre de 2020 - 02:22 a. m.
    Lo puesto aquí en cuestión —las consecuencias populistas del neoliberalismo— adolece en su análisis político de una somera distinción de las especificidades ideológicas. Indiferenciación que conllevaría a asumir cada populismo como ente sin género ideológico, esto es: sin propuestas éticas de transformación social. El efecto indeseado: el AUTORITARISMO no es la única anti-virtud democrática.
  • Lorenzo(2045)17 de noviembre de 2020 - 02:07 a. m.
    Solapar o atenuar la irresponsabilidad inexcusable del "padre" (la irracionalidad del Neolibralismo) condesciende con la estigmatización de sus hijos (neopopulismos) definidos como especie de tendencias políticas andróginas. Es decir, ambos populismos traducen una índole asexual: continen en sí, tanto lo "femenino" (la disoluta izquierda libertina) como lo masculino (el misógeno pater familias).
  • Lorenzo(2045)17 de noviembre de 2020 - 02:01 a. m.
    El peligro de este silogismo justificaría la inversión del aforismo "Peor el remedio que la enfermedad". Y no= el NEOLIBERALISMO friedmaniano es la Peste, abrazado acríticamente por la tecnocracia yuppi criolla desde el gobierno de CGT, 1990-1994. La política andrógina (Silvio Berlusconi, su pionero) generó virus (neo)populistas= el de Chile/1973 fue el 1ºExperimento neoliberal para suramérica.
Mar(60274)17 de noviembre de 2020 - 12:10 a. m.
Todavía EEUU esta a tiempo de haberse convertido en otra Colombia, donde solo impera el poder del más delincuente, se salvaron de milagro, otros cuatro más de trompas y no habría vuelta atrás, no por nada lo apoyaba el matarife colombiano.
Walter(32014)16 de noviembre de 2020 - 11:47 p. m.
El problema está en la baja cultura política de la población, alimentada por las narrativas mentirosas de las élites económica y políticamente dominantes. En el caso del uribismo, el miedo, las mentiras descaradas y el odio son sus armas predilectas. El discurso populista de Uribe combina migajas de pan con fascismo ordinario. Y le comen cuento.
Oinilk(2715)16 de noviembre de 2020 - 10:51 p. m.
Que no vaya a suceder en USA lo que pasa en algunos países africanos: el candidato perdedor denuncia que hubo fraude y luego propicia una guerra civil.
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