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El pasado 30 de diciembre ocurrió un intento de asesinato contra alias Fidel, quien es un jefe de La Local, una estructura criminal que manda en la comuna 6 de Buenaventura. Fidel sobrevivió y, como una muestra de poderío, se vengó de sus enemigos por el atentado sufrido, matando ocho personas en dos horas y haciendo patrullajes en motos con hombres armados con armas largas intimidando a la población de distintos barrios.
La disputa actual es entre dos facciones: los de Fidel y los de alias Pepo, al que han tratado de posicionar como el principal cabecilla. Fidel es el que tiene la ruta de droga hacia Chile, los otros manejan las rutas hacia Centroamérica.
El casco urbano de Buenaventura iba a terminar el año 2020 con un grado de tranquilidad. El primer semestre había sido muy violento, se presentó una escalada de violencia con 25 personas asesinadas en el lapso de un mes, entre abril y mayo. Lo anterior fue producto de una disputa interna de reacomodamiento de la banda La Local que, debido a la captura de alias Gordo Lindo, generó una riña por la unificación del mando en cabeza de alias Pepo, a quien los integrantes de esta agrupación en la comuna 11, principalmente los barrios Cristóbal Colón y Antonio Nariño, no reconocieron. Las represalias no se hicieron esperar: 18 de los 25 asesinatos ocurrieron dentro o alrededor de estos dos barrios y solo tuvieron fin cuando la comunidad se manifestó en una jornada de movilización clamando por la paz; el resultado fue un pacto de no agresión entre estas dos facciones de La Local.
Ese pacto de no agresión parece que terminó y deja al desnudo a las autoridades y la Fuerza Pública en cuanto a las estrategias de seguridad. Como en el resto del país, en Buenaventura nadie entiende qué pasa con la Fuerza Pública, su inoperancia es increíble. En la zona rural la situación es peor: hay un avance de la disidencia de Gentil Duarte con el Frente 30 desde el sur, apoyados por la Columna Móvil Jaime Martínez. Además, hay constantes incursiones del Eln en varias cuencas de ríos, atacando poblaciones y cometiendo asesinatos selectivos.
El mayor temor es que muchas de las disputas urbanas tengan un teatro de operaciones en las zonas de retaguardia rural y también preocupa que el Eln y los pos-Farc traten de ingresar a controlar barrios en las comunas como otrora, aprovechando las disputas internas de La Local. En algún momento el Eln lo intentó en asocio con La Empresa, pero este grupo delincuencial está menguado, lo que no implica que no se pueda fortalecer y expandir.
La Local es un grupo delincuencial organizado heredero de los Urabeños que a sangre y fuego se hizo con el dominio de prácticamente todas las comunas del distrito. Controlan las economías ilegales, principalmente el microtráfico, hurtos, rentas extorsivas y, por supuesto, las rutas del narcotráfico a Chile y Centroamérica. En algún momento se decía que La Local no existía, sino que eran parte o estaban subordinados a las Agc/Clan del Golfo, pero las reconfiguraciones y el fortalecimiento (económico y bélico) de algunos cabecillas narcos de Buenaventura han variado estos relacionamientos, por lo que La Local viene ganando en autonomía, aunque continúa prestándole servicios al Clan del Golfo. La Local también está compuesta por cuatro facciones: los Bustamante, los de Fidel, los Montaño, los de Julito. Son narcos puros que han hecho una especie de “cartel” para no dejar meter otros grupos, pero no hay un solo jefe y entre ellos tienen sus diferencias. Se unen para temas puntuales como la disputa de muchos años con La Empresa, para la seguridad en el envío de cargamentos de coca, para repartirse la ciudad por zonas y actividades, para los relacionamientos con las AGC/Clan del Golfo y para compartir la marca “La Local”.