La paz debe ser el horizonte de un país mejor

Leonardo Fabio Martínez Pérez
01 de febrero de 2019 - 05:00 a. m.
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En los últimos cuatro años la Universidad Pedagógica Nacional ha enfrentado con compromiso y decisión el reto de aportar a la formación de educadores para una Colombia en Paz, en nuestro plan de desarrollo institucional, se definió el eje trasversal de “Paz, con justicia y democracia” se han puesto en práctica programas y proyectos orientados a la resolución de conflictos, los derechos humanos, la pedagogía de la memoria y la escuela para la paz y la convivencia, entre otras importantes iniciativas.

En el marco de estos programas institucionales se ha desarrollado la Cátedra de Paz que ha contado con la participación de los diversos actores del conflicto social y político en Colombia. En este proceso formativo se analizaron y acompañaron el acuerdo de paz realizado entre las FARC y el gobierno nacional, y también la mesa de diálogo entre el gobierno nacional y otros actores armados.

También y como resultado de las necesidades educativas del país, se han promovido encuentros entre distintas organizaciones sociales para la promulgación de estrategias formativas para el conocimiento y el ejercicio de derechos y la construcción de paz. En todos los espacios se ha destacado el impacto del conflicto armado en la víctimas, pero también sus prácticas de expresión no violentas que los constituyen en el actor central en la restitución de derechos y en la garantías de verdad, justicia, reparación y no repetición.

Un logró relevante lo constituye la formación de semilleros de estudiantes que en su proceso formativo como maestros han incorporado la reflexión sobre la solución pacífica de conflictos, la convivencia y el ejercicio de derechos.

En el marco de nuestro plan de desarrollo se ha creado el Observatorio de Derechos Humanos, que articulado con la Mesa de Gobernabilidad y Paz del Sisitema Universitario Estatal (SUE), organismos internacionales y organizaciones de derechos humanos han logrado incidir de manera directa con actores vinculados al conflicto armado en las propuesta de construcción de paz, que Colombia tanto necesita; a su vez fortaleció de manera colectiva con organizaciones de derechos humanos las propuestas formativas y junto a Bienestar Universitario, han implementado estrategias de acompañamiento para fortalecer la convivencia en la institución y la puesta en práctica de una red de derechos humanos que busca la protección de la comunidad universitaria ante posibles ocurrencias de violaciones a los derechos humanos. También se ha logrado incidir a nivel distrital en el marco de las propuestas desarrolladas desde la mesa interuniversitaria de derechos humanos en la mediación, divulgación y protección de derechos humanos de las comunidades universitarias de la ciudad de Bogotá.

Los hechos de violencia que se han presentado en el último mes, que los ciudadanos e instituciones hemos rechazado enfáticamente, no pueden constituir la justificación para retomar el camino del pasado de la guerra que tanto dolor le han causado al país.

Desde la Universidad, el compromiso por la paz desde la educación en/para los derechos humanos es fundamental para la construcción de un nuevo país, incluyente, diverso y justo; por esta razón regresar a la guerra como medio de solución de conflictos y disputas de poder, es un retroceso en la historia, es retornar al miedo y a la desesperanza, y en definitivas es en palabras de Hinkelammert es seguir justificando la guerra y la muerte, en nombre de la defensa de los derechos humanos, lo que denomino la “Inversión de los Derechos Humanos”.

Desde la universidad y como propuestas educativas, consideramos vital para el país, tener la agenda de la paz como la prioridad para la transformar las indignidades y avanzar en una nueva sociedad que su fundamento sea la vida, desde la ética del bien común, para ello como institución formadora de educadores colocamos nuestras experiencias para continuar apoyando desde nuestro saber los procesos derivados del acuerdo de paz, y la persistencia que se debe tener de diálogo con otros actores armados, también para la formación y el compartir experiencia de las víctimas y los sobrevivientes de conflicto, excombatientes, maestros, líderes sociales y todos los actores involucrados, comprometidos con la defensa de la Paz y las acciones no violentas.

Necesitamos un país, donde primen los espacios de diálogo y concertación que nos permitan la resolución pacífica y civilizada de las diferencias, entre todos podemos hacer realidad, la cultura de paz como la posibilidad de cambio y de nuevas ciudadanías.

* Rector, Universidad Pedagógica Nacional.

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