No hay tal que la legalización de una sustancia peligrosa condene a la humanidad a una pandemia de su abuso. El ejemplo más claro es el tabaco, que contiene una droga muy adictiva, además de letal, la nicotina, pese a lo cual a nadie parece habérsele ocurrido la idea de prohibirlo. Algo semejante pasa, con algunas diferencias, con el alcohol. Ese sí fue prohibido a comienzos del siglo pasado en Estados Unidos, con efectos catastróficos. También está prohibido en los países musulmanes, adonde uno no se iría a vivir. Estas prohibiciones, sobre todo la primera, fueron un desastre, pese a lo cual la deletérea idea siguió rondando por ahí.
Las lecciones del tabaco
21 de abril de 2021 - 03:00 a. m.