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En lo de la dignidad, pongamos todos

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Miguel Enrique Quiñones Grillo
17 de febrero de 2025 - 05:00 a. m.
"El presidente de Colombia solicitó que no se tratara a nuestros compatriotas como criminales, pues no lo son": Miguel Enrique Quiñones Grillo.
"El presidente de Colombia solicitó que no se tratara a nuestros compatriotas como criminales, pues no lo son": Miguel Enrique Quiñones Grillo.
Foto: JSC
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En respuesta al editorial del 2 de febrero de 2025, titulado “La dignidad se defiende con estrategia, no a gritos”.

Según el editorial del domingo 2 de febrero, la reacción estratégica del presidente Petro ante el abuso de Trump, al enviar encadenados y esposados a los inmigrantes irregulares colombianos de la primera redada de compatriotas capturados en California, debió haber sido una protesta diplomática, como la del presidente Lula. No estoy de acuerdo por los siguientes motivos.

  1. Porque la estrategia es la proyección de una serie de tácticas orientadas a obtener un resultado favorable, no necesariamente una victoria bélica, claro está, o a evitar que el adversario se salga con la suya. En este caso, frente al perverso acto del Gobierno de los Estados Unidos ya mencionado, se busca evitar la anunciada violación del TLC, que implicaría gravar con aranceles las exportaciones colombianas, entre ellas las de flores y aguacates Hass, justo en vísperas del Día de San Valentín y del Super Bowl.
  2. Porque Colombia no tiene ninguna posibilidad de contrarrestar la medida de los aranceles, la cual también se aplicó a México y Canadá, a pesar de que estos países no rechazaron el envío de sus connacionales esposados y encadenados. No obstante, México y Canadá sí tienen suficiente capacidad de mercado para presionar, ya que su comercio dentro del TLCAN multiplica por diez el de Colombia con Estados Unidos.
  3. Porque el presidente de Colombia solicitó que no se tratara a nuestros compatriotas como criminales, pues no lo son. Si alguno de ellos lo fuera, habría tenido que ser sacado de una cárcel, y es bien sabido que, sin haber sido escuchado y vencido en juicio, nadie puede ser considerado criminal.
  4. Porque los exportadores de rosas y aguacates Hass no merecen tanta solidaridad como la que se les niega a los migrantes ilegales. Además, según las leyes del mercado, el arancel es un impuesto indirecto que se trasladará a los consumidores finales, quienes no dejarán de celebrar sus tradiciones solo por el encarecimiento de 2.50 dólares por cada rosa, suponiendo que el precio unitario actual de estas sea de 10 dólares. Ya lo dijo la señora Sheinbaum: el arancel del 25 % también tendrá que ser asumido por las empresas norteamericanas que se establecieron en México, no para colaborar, sino para aprovechar los salarios nacionales, relativamente inferiores a los estadounidenses.
  5. Porque sería muy interesante aclarar en qué términos la cooperación internacional prestada por la Usaid, que ya no va porque fue suspendida, hace parte de la inversión extranjera a la que nos vemos obligados a acudir debido al egoísmo de los colombianos ricos, quienes sacan sus utilidades de la economía nacional para hacer su “inversión extranjera” en otros países.
  6. Por último, no conozco pruebas de que el gobierno de Venezuela albergue y apoye a los elenos, ni de que, ante esto último, el Gobierno Nacional haya tenido una política complaciente. Sin embargo, ahora que se han recuperado las relaciones diplomáticas, debe considerarse también la posibilidad de retomar la estrategia de persecución en caliente, aplicada hace muchos años.

Finalmente, sería iluso suponer que el país vaya a rodear al presidente en su defensa de la dignidad. No obstante, tampoco hay que olvidar que casi todas las familias colombianas tienen al menos un pariente, regular o irregularmente radicado en los Estados Unidos, ante la insuficiencia de la economía nacional para brindarles sustento y bienestar.

Por Miguel Enrique Quiñones Grillo

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