Los telares de los sueños no son pirámides

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01 de julio de 2019 - 05:00 a. m.
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Nota del editor: el texto a continuación es una columna de opinión que no representa los pensamientos de El Espectador. Para evitar caer en trampas, le recomendamos leer dos de nuestras notas: Sobre el Telar de los Sueños y Acusación por captación ilegal, el otro riesgo de pertenecer a Telares.

Por Daniela Marcela Roncoso

El editorial titulado Seguimos cayendo en el fraude de las pirámides sólo repite afirmaciones sin fundamento serio. El debate debe incluir otros puntos de vista.

Los telares, con su organización en forma de mandala, no son pirámides. ¿Por qué? Por la sencilla razón de que no hay una sola cabeza que reciba y administre todo el dinero. Aquí no hay “riquezas enormes”, no hay un DMG enriquecido ante la pasividad o ayuda de algunas autoridades (si existiera esa persona en los telares, ya estaría siendo defendida por políticos, prestantes abogados y otros representantes del Estado).

No existe caso alguno de enriquecimiento con telares de la abundancia. No es posible y tampoco es la idea. El objetivo es empoderar económicamente a las mujeres, muchas de nosotras excluidas de las oportunidades del sistema económico, sin posibilidades de acceder a un préstamo o simplemente dependientes de la economía masculina. En los telares recae la esperanza de muchas mujeres honradas, amas de casa, trabajadoras o desempleadas, por realizar sus proyectos, pagar sus deudas, ayudar a la economía familiar, entre otras muchas cosas que nosotras sabemos hacer con el dinero.

El telar está organizado de tal forma que la persona que está en el centro, llamada agua, recibe ocho regalos de sus fuegos, que han sido invitadas por cuatro personas llamadas viento. Las viento fueron a su vez invitadas por dos tierras, que están alrededor del agua. Siempre son personas cercanas, amigas o familiares. Cuando el agua recibe sus regalos, sale del telar.

No hay fundamento alguno para afirmar que se trata de una forma piramidal, pues no hay una sola persona captando el dinero: una vez recibes tus regalos, las tierras pasan a recibir los suyos. No hay estafa, pues no hay promesas: el éxito depende de la confianza y compromiso de las personas que participan.

¿Por qué no es ilegal? Porque no es una captación de dinero, pues son regalos libremente entregados. Nada que ver con el sistema Ponzi, pues ni hay rentabilidad ni se realizan pagos con los aportes de las otras personas. ¿Hay riesgos en los telares? Sí, pero ¿no hay también un alto riesgo en ahorros programados, en inversiones financieras, de finca raíz o en los denominados Forex? Sí, y sin embargo no son ilegales. ¿De qué depende el éxito de los telares? De lo mismo que depende parte de la economía de mercado: la confianza. ¿No se mide acaso la confianza del consumidor? ¿Y no es esta medición un dato serio para los economistas? Nosotras lo tomamos con la misma seriedad. Por eso, nos motivamos entre todas, porque sabemos que allí está nuestra fortaleza.

¿Nos van a prohibir regalar nuestro dinero? Creo que el ilegal sería otro. ¿Que los telares afectan la economía nacional y no la corruptela, exenciones o reformas tributarias? Eso no lo cree ni el más ingenuo. No vamos a parar, porque no hay nada ilegal: somos miles de mujeres que creemos en una economía de apoyo mutuo.

* Participante en los telares de la abundancia.

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