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Apreciado Fidel Por razones personales, me veo en la penosa obligación de renunciar a mi columna habitual que ostento desde hace 11 años en el periódico que usted dirige.
Apreciado Fidel
Por razones personales, me veo en la penosa obligación de renunciar a mi columna habitual que ostento desde hace 11 años en el periódico que usted dirige.
Actividades de otra índole me impiden continuar ejerciendo esa labor con la dedicación que merece.
Atentamente,
Ernesto Yamhure. Bogotá.
Fe de erratas
En la edición impresa del día 31 de agosto, en la segunda página de la sección de opinión, publicamos una caricatura de Bacteria titulada “Desorganización electoral”, que fue atribuida a Osuna. Queremos aclarar que esta caricatura —como puede apreciarse en la firma del caricaturista— es de autoría exclusiva de Bacteria. Lamentamos cualquier inconveniente que esto haya podido causar.
El caso del grafitero
Señores:
Después de oír, ver y leer en estos últimos 18 días lo sucedido al grafitero Becerra, son muchos los interrogantes que surgen, pues las circunstancias en que se presentaron los hechos no son muy claras y sólo los protagonistas de ellos tienen la verdad. Pero analizando todo lo dicho, visto y leído se puede observar que los familiares del joven fallecido ya condenaron al patrullero tildándolo de asesino, cuando aún no se ha establecido si actuó en defensa propia o en cumplimiento de su deber. No se puede juzgar tan a la ligera. Muchos policiales han caído a manos de delincuentes que, escudados en familias honorables y prestantes, cometen todo tipo de faltas y desaciertos. Si en verdad el joven Becerra estaba pintando o escribiendo grafitis, ¿dónde están los envases o aerosoles que utilizaba en el momento? Las partículas de pintura halladas en sus manos por Medicina Legal pueden ser de días atrás, ya que se sabe era habitual en él estar pintando. ¿Dónde está el control de los padres para que un menor de edad ande por la ciudad tomando trago en las calles a altas horas de la noche? ¿Dónde esta el control de las autoridades para que estos “pelafustanillos” llamados grafiteros no estén plasmando sus mamarrachos y frases desobligantes e irrepetuosas en cuanta pared encuentran?
Édgar Fernández Riveros. Bogotá.
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