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¿Cómo ayudar a la Policía?

Cartas de los lectores
27 de abril de 2021 - 03:00 a. m.

Cada vez más la ciudadanía exige resultados contundentes en materia de seguridad. Se esperan continuos y masivos golpes a las estructuras criminales que cada vez se especializan, se preparan y optimizan sus formas de ataque y ganancia en rentas delincuenciales.

El problema radica en cómo generar un modelo que permita mejorar las acciones contra la delincuencia sin que se configuren de ninguna manera grupos de justicia por mano propia ni permitir armar a los ciudadanos.

En el caso colombiano, al tener una historia tan convulsionada por el conflicto armado interno, los esfuerzos en seguridad se han concentrado en los últimos 40 años en la lucha contra grupos y estructuras armadas al margen de la ley que requieren dispositivos complejos, pero que han hecho que se descuide la lucha contra la delincuencia común. No es un secreto que una cosa es luchar contra el Eln y otra contra la banda de hurto a bicicletas.

En ese laberinto confuso, la imagen de las instituciones de seguridad no ha podido elevarse y mantenerse desde 1995. Para el año 2020, según la encuesta Gallup Poll, la imagen favorable de la Policía tuvo una caída, al pasar del tener el 75 % de imagen favorable en abril a tener el 40 % en junio. Curiosamente la Policía tiene baja imagen, pero a la vez la mayoría de ciudadanos quieren tener un policía al frente de su casa.

Para dar luces de posibles soluciones, empezaremos mencionando el caso de Bogotá, que tiene 184 policías por cada 100.000 habitantes, mientras la Organización de las Naciones Unidas (ONU) recomienda que sean 300. En este orden de ideas, la ciudad debería contar con al menos 23.300 policías, es decir, un 40 % más de los que tiene actualmente. Este déficit se replica en todo el país que tiene un déficit promedio del 38,4 %.

Acá, donde aparece el problema, también está la solución, pues el nudo está en que tenemos pocos policías y los usamos en servicios que no son de necesidad de presencia de la Policía.

Se estima que en Bogotá, no de forma muy distinta a toda Colombia, en promedio de cada diez llamados a la Policía, siete son para situaciones que no requieren la presencia de un uniformado. Curiosamente en nuestro país se llama a la Policía para situaciones tan particulares y jocosas como la pérdida de gatos, llaves que se quedan en el interior de las casas, deudas de dinero entre vecinos, dueños de mascotas y animales de compañía que no recogen los excrementos o que sacan la basura a la hora que no es.

Todo ciudadano que llame a la Policía para temas que no son de delincuencia está ocupando a un uniformado en labores que son de cultura ciudadana o autorregulación y, por ende, quitando la oportunidad a un ciudadano que sí lo necesita porque está siendo víctima de un delito o violencia.

En síntesis, la mejor forma de apoyar desde la ciudadanía a la Policía en la lucha contra la delincuencia no es armándose o amarrando ladrones a postes de luz, basta con que cada quien sea consciente de sus actos y evite llamar al CAI, cuadrante o línea 123 para cosas que son de sana convivencia y autorregulación.

Andrés Camilo Nieto Ramírez.

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Joe(62395)27 de abril de 2021 - 04:50 p. m.
Podemos ayudar a la policía liquidándola y refundándola con una estructura civil regulada que impida que los altos mandos se enriquezcan en los ríos de la corrupción mientras los de la base de la pirámide son simples fichas que ponen el pecho y arañan una que otra migaja en medio de la corrupción generalizada. Con instituciones tan desprestigiadas no queda sino acabarlas.
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