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¿Qué es la semana santa?

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Luis Alfredo Cortés Capera
21 de abril de 2025 - 05:00 a. m.
"¿Hemos convertido en simple espectáculo lo que fue una revolución espiritual?": Luis Alfredo Cortés Capera.
"¿Hemos convertido en simple espectáculo lo que fue una revolución espiritual?": Luis Alfredo Cortés Capera.
Foto: EFE - Mario Caicedo
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Mientras las procesiones recorren nuestras calles esta Semana Santa, vale preguntarse: ¿hemos convertido en simple espectáculo lo que fue una revolución espiritual? La Pascua, tanto judía como cristiana, constituye la narrativa de liberación más poderosa de la historia. En ella, un hombre común, Jesús de Nazaret, se atrevió a desafiar todo un sistema opresivo, al igual que Moisés, siglos antes, liberó a su pueblo de la esclavitud egipcia. No celebramos ritos vacíos, sino el acto de rebeldía divina más transformador jamás contado.

Las esclavitudes han cambiado de forma, pero no de esencia. Si el pueblo hebreo sufría bajo el látigo del faraón, nosotros padecemos bajo nuevos amos: la adicción al consumo, la tiranía de las apariencias, la opresión del individualismo. El mensaje pascual nos confronta: ¿realmente somos libres o simplemente hemos cambiado de cadenas? Jesús enfrentó su destino no para instaurar una religión de conformismo, sino para demostrarnos que la verdadera divinidad se revela cuando nos atrevemos a romper las ataduras que nos deshumanizan.

La historia de Semana Santa es brutalmente honesta: comienza con la aclamación popular del Domingo de Ramos, muestra la traición del Jueves Santo, se sumerge en la agonía del Viernes Santo y culmina con el silencio inquietante del Sábado. Pero se niega a terminar allí. El ciclo pascual nos recuerda que, tras cada colapso personal, existe la posibilidad de reinvención; tras cada fracaso colectivo, aguarda una nueva oportunidad. Sin la resurrección, la crucifixión sería solo otra tragedia olvidada en la historia.

La pregunta incómoda que debemos hacernos esta Semana Santa es: ¿somos simples espectadores de un drama histórico o participantes activos en una revolución espiritual vigente? Cuando Jesús lavó los pies de sus discípulos —incluido quien lo traicionaría—, estableció un nuevo paradigma de poder basado en el servicio, no en la dominación. Cuando perdonó desde la cruz, redefinió la justicia. En cada gesto desafió las estructuras que deshumanizan, invitándonos a hacer lo mismo en nuestros contextos, incluso ante aquellos que se autoproclaman custodios de la fe.

El verdadero milagro pascual no ocurrió hace dos mil años, sino que se produce cada vez que alguien decide ser instrumento de liberación para otros. Dios sigue buscando “Moisés contemporáneos” que guíen a sus hermanos hacia nuevas tierras prometidas. La autenticidad de nuestra celebración no se mide por rituales externos, sino por nuestra capacidad de identificar y romper las cadenas que aprisionan a quienes nos rodean. En un mundo fragmentado por nuevas formas de esclavitud, la Semana Santa nos recuerda que nuestra vocación fundamental es convertirnos en agentes de una liberación que transforma no solo almas, sino realidades.

Por Luis Alfredo Cortés Capera

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