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La hipocresía de la vivienda social

Luis Leonardo García*
22 de enero de 2024 - 02:00 a. m.
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Con la discusión sobre el aumento del salario mínimo aparecen contradicciones muy interesantes de analizar, entre ellas las mal llamadas VIS y VIP (viviendas sociales).

Es una contradicción enorme tasar el precio de las “viviendas sociales” con una variable que trabaja sobre el empleo “formal”, cuando el 55,5 % de los colombianos viven de trabajos informales (DANE, 2023), de manera que el salario mínimo se convierte en un espejismo, puesto que la política nacional de vivienda social debería apuntar a los hogares más pobres que no son formales en términos de empleo.

La política pública nacional de los últimos 20 años ha consistido exclusivamente en la fórmula de promocionar la producción de vivienda nueva, incentivar el acceso al crédito hipotecario y brindar subsidios para mejorar el acceso al crédito. Todos estos, mecanismos inaccesibles para un país con una población en pobreza monetaria del 36,6 % con otro 13,9 % en pobreza monetaria extrema (DANE, 2022).

CAF señalaba desde el año 2017 que si los hogares latinoamericanos “destinaran el 30 % de sus ingresos al consumo de servicios habitacionales, necesitarían más de 30 años de ahorros para adquirir una vivienda de 60 m² de precio mediano”.

En este sentido, es ilustrativo el caso de Bogotá, que para el 2022 vendió 59.941 unidades de vivienda, de las cuales el 79 % eran VIS (47.353 unidades). De estas viviendas el 35 % (16.804 unidades) obtuvieron un crédito VIS y únicamente un 7,6 % (3.621 unidades) fueron apalancadas por el Distrito en hogares realmente pobres con el mecanismo de la Oferta Preferente (Observatorio de la Vivienda, 2023). Así las cosas, es evidente que la mayor parte de las “viviendas sociales” VIS (30.549 unidades, que representan el 65 % de las ventas) fueron adquiridas sin créditos, es decir, fueron “capturadas” por estratos con mayor capacidad económica, para luego ser colocadas en el mercado del arriendo.

En 2017 los hogares en arriendo de los estratos 1, 2 y 3 en Bogotá alcanzaban el 44,9 %, 50,6 % y 44,3 % respectivamente. Para el año 2023, Bogotá es la ciudad del país con mayor porcentaje de población viviendo en arriendo o subarriendo, alcanzando el 52,7 % (DANE, Encuesta de Calidad de Vida 2023). Está claro que la tendencia de la población en la ciudad no es de propietarios y menos en las franjas más pobres.

Así las cosas, no existe ninguna evidencia de que las “viviendas sociales” VIS y VIP estén siendo adquiridas por los hogares con menor capacidad económica, de allí que los estratos 1, 2 y 3 recurren al mercado informal, a través de procesos de autoconstrucción ilegales, pagadiarios y ocupaciones ilegales en zonas de alto riesgo. Estas últimas revelan la verdadera magnitud del problema.

Las ocupaciones ilegales crecieron un 95 % entre 2004 y 2018, según cifras de la Secretaría Distrital de Planeación, teniendo 9.600 familias para reasentar, con 5.611 hectáreas susceptibles de ser ocupadas y 2.162 hectáreas ya en proceso de ocupación.

En síntesis, la política de vivienda social va en una dirección equivocada, una política para pobres que no los tiene en cuenta. En términos del economista Albert Hirschman, “la política de la perversidad” que produce efectos indeseados, los cuales por lo general empeoran los problemas originales y crean otros nuevos.

El efecto indeseado de esta política ha sido el aumento de la exclusión socioespacial. De allí que sea urgente replantear no solo la variable que define el costo de una vivienda social, sino adicionalmente la creación de un mercado alternativo que permita el acceso real de los hogares pobres a viviendas de calidad.

* Arquitecto. Mg., Urbanismo. Ph. D., Políticas Públicas.

Por Luis Leonardo García*

 

Felipe(94028)22 de enero de 2024 - 10:01 p. m.
Petro se jacta de lograr un recaudo del 22,7% del PIB, 1.8 puntos sobre el año anterior, pero la inflación tiene mucho que ver en ello. Estamos a mucha distancia del promedio OCDE que es del 34% y el gobierno ha sido incapaz de cumplir su propio presupuesto. Aquí se escriben opiniones ocultando la dura realidad: No hay plata y la poca que hay no se gasta en lo que se debería, pero por la propia ineficiencia e ineficacia de este gobierno... y de todos los anteriores.
Atenas(06773)22 de enero de 2024 - 06:09 p. m.
De los análisis y conclusiones con base en lo q’ ocurre en B/tá; ergo, es una ligera apreciación, q’ va en contravía de muchos otros casos serios y transparentes q’ demuestran q’ en la generalidad de las ocasiones, al menos en la zona cafetera central, los créditos VIS y no VIS hasta finales de 2022 apalancaron la consecución de vivienda a sectores marginados en el 1º de los casos mientras q’ con el 2º fortalecieron la actividad y proveyeron 180 mil techos; en 2023 fue la debacle no hubo 50 mil.
  • LUIS(xzqnf)02 de agosto de 2024 - 09:29 p. m.
    La Haus en análisis de 2022 evidencio que las ciudades lideres en ventas de Viviendas de Interés Social (VIS) fueron Bogotá y Cali. Mientras tanto, Santa Marta, Armenia y Manizales ocupan los últimos lugares en la oferta de proyectos de este tipo. El eje. Cafetero del que UD habla no aporta ni siquiera 3000 unidades siendo Manizales 1.166 y Armenia 1.182 las de peor desempeño junto con santa Marta. Las cifras que UD comenta carecen de todo sustento. Son ficción.
  • Atenas(06773)22 de enero de 2024 - 06:16 p. m.
    Comentario de Atenas. Continúo. En realidad un pobre análisis del comentarista. Denota una evidente falta de contexto y de ausencia de más elementos de juicio. En general la construcción en Colombia acaba de pasar uno de los años más oscuros ante el desestimulo de este régimen q’ ha previsto pa sus 4 años apenas 200 mil soluciones habitacionales o ¡50 mil/año! Y en general con el plan de Mi Vivienda ya; a ese ritmo se necesitan 100 años pa solucionar el déficit actual.
Melmalo(21794)22 de enero de 2024 - 04:03 p. m.
La mayoría de las viviendas VIS que son adquiridas sin crédito hipotecario por gente que tiene "músculo financiero",se entregan en arriendo a quienes debieron ser sus propietarios.
HF(32718)22 de enero de 2024 - 12:14 p. m.
Interesante análisis que devela el rumbo equivocado de la política de vivienda montada por los sucesivos gobiernos nacionales. Tiene la palabra el actual gobierno.
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