Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Papá es de las palabras que con mayor naturalidad llegan a nuestra vida. Cuando los niños comienzan a hablar, sin filtro, sin tilde, pero llenos de amor, sale el “pa-pa”. Y es ahí cuando todo tiene sentido. Todos sonreímos, sentimos que hablaron perfecto y que de ahí en adelante ese vínculo será irrompible.
Algo igual a ese gran momento de felicidad cuando escuchamos “papá” es lo que siento cada vez que tengo que preparar algo con papa. Y si es para mi padre, tres veces mejor. Colombia se ha caracterizado por tener una enorme producción de este tubérculo: Boyacá, Nariño, Cundinamarca y Antioquia son los centros de producción por excelencia del país y sus papas viajan por el mundo, pues ellas también son producto de exportación. Papa criolla, pastusa, sabanera, nativa, R12 o dulce, todas son un manjar y un producto insignia de nuestros campos, nuestras mesas y la base de muchas de nuestras recetas nacionales.
Vamos llegando a otro punto en común: un papá, al final, viene siendo como esa papa perfecta que buscamos para unas buenas papas fritas. Fuertes, sabrosas y con las que uno siempre cuenta como buena compañía para cualquier plan. Así son los papás, compañeros de vida y de planes que, por encima de todo, se convierten en ese centro donde gravitan nuestros planes y sueños, pues siempre darán un consejo sabio a la hora de tener que tomar una decisión.
Para cualquier papá, este fin de semana será la oportunidad de cocinar en familia o que le cocinen delicioso. Podrán invertir en compras de productos locales y así, de alguna forma, festejarlo no solo a él sino a toda la familia, que ha logrado mantenerse unida y cuerda después de todos estos días juntos. No nos digamos mentiras: estamos esperando ese momento justo para tener una doble justificación para un desayuno en la cama con pereza incluida, un almuerzo a manos abiertas con los propios y hasta los vecinos, y una doble ración de postre. Estas fechas no se pueden convertir en una estampida a la calle. Por el contrario, si no quieren tener que hacer nada, simplemente ayuden a los restaurantes y proyectos de desayunos sorpresa a seguir a flote.
Como las papas, este día puede ser de mil formas, sabores y colores. No se enrollen por el encierro, lo que hay son planes en casa, y siempre una papita hará feliz a papá.
Hoy quiero recomendarles un emprendimiento ideal para celebraciones como el Día del Padre, donde el festejado y la comida deben ser los protagonistas: Tatamía (@tatamia.deco). Sus sabores me tienen fascinada. Los desayunos son un lujo, casi como si los hiciera yo (ja ja, ¿cómo me vieron ahí?): huevos al gusto, arepas de choclo y hasta arepa ocañera, que es toda una exquisitez. Para los más ligeros hay opciones con cereal y frutas frescas. Lo lindo es que la bandeja y todo el menaje hacen parte del regalo. Les he pedido tablas gourmet maravillosas de quesos y encurtidos para una noche de vinos y chimenea en este frío boreal, y hasta almuerzos y cenas completas para abrazar a los amigos que han estado de celebraciones por estos días. Yo ya me planillé y con tiempo les encargué varios desayunos, que llegarán a las casas, y a las camas, de mis papás preferidos este fin de semana.
Antes de despedirme quiero decirles que gracias a Dios he tenido un papá que ha llenado mi vida de momentos e historias, me ha acompañado a comerme el mundo a mordiscos y, sobre todo, me enseñó a sembrar en la tierra para poder cosechar. Pa, gracias por esta golosa vida que me has dado, te quiero.