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A la fecha, el dinero en manos de sociedades privadas administradoras de fondos de pensiones y cesantías (AFP) asciende a $270 billones, ahorros de 14 millones de colombianos para afrontar su vejez después de entregar toda una vida al trabajo.
Saber en qué está invertido nuestro dinero es una obligación que casi ningún afiliado cumple, pues, cuando llega el extracto, si acaso lo archivamos sin ver. Pero para que empiecen a preocuparse, sepan que las AFP invirtieron $55.000 millones en acciones de Interbolsa que se volvieron cero pesos e invirtieron cerca de $1 billón en acciones de Pacific Rubiales y esa acción desapareció de la bolsa dejando graves pérdidas. Y hay más casos no tan públicos.
Pero el afiliado no analiza los extractos, mucho menos analiza las leyes y decretos con que el Gobierno de turno autoriza operaciones financieras que en cualquier país responsable están prohibidas.
Existe el decreto 1385 del año 2015, que autorizó la riesgosa práctica de autopréstamos con los ahorros pensionales, y aunque está demandado por nulidad ante el Consejo de Estado, el litigio no avanza. Decreto justificado para financiar obras de infraestructura, pues recordemos que el Grupo Empresarial Antioqueño, dueño de la AFP Protección, necesita que le presten dineros a Odinsa, su empresa de construcción, y el Grupo Aval, dueño de la AFP Porvenir, necesita que le presten dinero a sus consorcios, como Coviandes, el del puente de Chirajara, o Coviandina, a quien con dineros provenientes de Isagén ya le prestamos $400.000 millones en febrero pasado.
Se suma a este indelicado manejo “legal” el decreto 1486, del pasado 6 de agosto, cuyas irregularidades jurídicas, riesgos financieros y conflictos de interés describí la semana pasada en esta columna.
¿Qué dicen los representantes de los afiliados a las AFP ante las juntas directivas de ellas? Nada, y tal vez usted no tenía ni idea de que existían y ni votó por ellos. ¿Saben qué posición asume Asofondos? Pues defender estos dos decretos y a los dueños de las AFP en detrimento de los afiliados. ¿Por qué no existe un gremio de afiliados?
Y para rematar, al uribismo se le ocurrió que se entregue más dinero a los fondos de cesantías, como el “aumento de sueldo”. Una tragicomedia en la que nos meten la mano legal y técnicamente.
@jrobertoacosta1 / jrobertoacostaopinion@gmail.com