2022: el año de menor abstención en una elección presidencial, dice Registraduría
En la segunda vuelta participó el 58,17 % del censo electoral, el más alto desde 1998.
La Registraduría cierra el año con una verdad: el 2022 fue en el que se registró la abstención más baja en unas elecciones presidenciales, desde 1998.
La primera vuelta se realizó el 29 de mayo y, según la entidad electoral, allí participaron 21.386.332 colombianos. La segunda vuelta se llevó a cabo el 19 de junio. Ese día votaron 22.689.945 sufragantes. Es decir, para esa última ronda de comicios presidenciales, de la que salió elegido el presidente Gustavo Petro, la participación fue del 58,17 %. La abstención fue del 42 %, bajando así cinco puntos porcentuales.
(Lea: “Colombia estaba acostumbrada a una oposición obstructiva”: Érika Sánchez)
“Para estas elecciones la diferencia entre el preconteo y el escrutinio fue de tan solo el 0,1 %, siendo esta la cifra más baja registrada en la historia de las elecciones presidenciales de Colombia, el grado de efectividad fue del 99,9 %. No hubo reclamaciones de los testigos electorales en las comisiones escrutadoras municipales”, destacó la Registraduría en su balance numérico.
La institución destacó que del plan de garantías electorales se implementaron ocho estrategias para blindar el proceso, entre ellas: “Un rediseño del acta de jurados de votación (formulario E-14), observación electoral nacional e internacional, veedurías técnicas y acompañamiento de la sociedad civil, auditoría del software de jurados de votación, entre otras”.
No obstante, vale la pena recordar que el proceso y la separación de los softwares que se implementan en los comicios, desde la recolección de papeletas a nivel municipal y regional, hasta el ascenso de esa información a nivel nacional, fue bastante cuestionado.
(Lea también: Nombramientos controversiales del Gobierno, una exigencia a la gobernabilidad)
El espectador recopiló testimonios de jurados de votación que criticaron la pedagogía que la Registraduría les brindó, considerándola como confusa. Asimismo, el liderazgo del registrador nacional, Alexander Vega, fue controvertido por expertas de distintas organizaciones, como de la Fundación Karisma, por implementar nueva tecnología en elecciones tan grandes como las de este año, sin haberla probado múltiples veces antes.
“Nuestra preocupación principal es la misma que compartimos con otras organizaciones, y es poder tener confianza en el sistema electoral. La preocupación real es poder confiar en que el proceso brinda garantías para que los resultados del domingo reflejen la votación de la gente. En este momento esa confianza que se tenía en la Registraduría como institución garante está resquebrajada”, dijo Pilar Sáenz, coordinadora de proyectos de Fundación Karisma, un día antes de la primera vuelta.
(Para contexto: “La confianza en la Registraduría, como garante en elecciones, está resquebrajada”)
Elecciones al Congreso y más
Por otro lado, la Registraduría contó la votación de 18.801.213 ciudadanos en las elecciones al Congreso, realizadas el pasado 13 de marzo en todo el país. Otra cosa novedosa de esos comicios fue la elección de las 16 Circunscripciones Especiales Transitorias de Paz (Citrep), mejor conocidas como las curules de la paz. Cabe recordar que estas hacen parte del Acuerdo de Paz firmado en 2016 con la exguerrilla de las Farc, pero por líos jurídico políticos no se habían puesto en marcha como se pactó en La Habana, hasta este año.
“En esta misma jornada los colombianos votaron para las 3 consultas interpartidistas: coalición Equipo por Colombia, coalición Pacto Histórico y coalición Centro Esperanza. Para este año, se instalaron 674 puestos de votación nuevos, especialmente en el sector rural, en cumplimiento de los Acuerdos de Paz y del acto legislativo que crea la Circunscripciones Especiales Transitorias de Paz; en estos nuevos puestos de votación hubo un porcentaje de concurrencia del 78 % en promedio, superando la media nacional de participación. En las elecciones legislativas, gracias a la separación de tarjetas por circunscripción, se redujo el porcentaje de votos nulos y se eliminó la distorsión generada en el voto en blanco en las circunscripciones especiales”, detalló la institución encargada de hacer las elecciones.
A parte de las elecciones grandes, se realizaron 14 elecciones atípicas para elegir alcaldes en Susa, Cundinamarca; Manaure, La Guajira; Cimitarra, Santander; Gachetá, Cundinamarca; Urrao, Murindó y Taraza, Antioquia; Achí y Margarita en Bolívar.
Adicional a ello, en distintos puntos del país, como Susa, Cundinamarca; Cúcuta, Norte de Santander, y Aguachica, Cesar, se votaron revocatorias de mandatos, un mecanismo de participación ciudadana muy sonado durante este 2022 para sacar del cargo a varios mandatarios regionales.
(Conozca: Igualdad y participación política: el balance para las mujeres en el Congreso)
“De igual forma, la Registraduría Nacional garantizó la inclusión en cada una de las elecciones realizadas con tarjetas electorales Braille, cubículos con los ajustes necesarios para los ciudadanos y personas con discapacidad, capacitaciones a los actores del proceso, afiches con protocolos de atención a personas trans y personas con discapacidad y la ampliación de la traducción de la información electoral a lenguas nativas en el Sistema Integrado de Capacitación Electoral (SICE)”, agregó.
¿Qué se viene para 2023?
La Registraduría aún sigue recopilando información para el próximo año, pero hay tres certezas, por ahora: será año de elecciones regionales, no habrá elecciones atípicas y tampoco votación de revocatorias.
El calendario electoral de las regionales empezó el pasado 29 de octubre, con el período de inscripción de los ciudadanos. Se extenderá hasta el 29 de agosto de 2023, dos meses antes de los comicios para renovar alcaldes, gobernadores, concejos y asambleas.
El 29 de junio terminará el registro de los grupos significativos de ciudadanos, movimientos sociales y comités independientes promotores del voto en blanco.
>Lea más sobre el Congreso, el Gobierno Petro y otras noticias del mundo político
La Registraduría cierra el año con una verdad: el 2022 fue en el que se registró la abstención más baja en unas elecciones presidenciales, desde 1998.
La primera vuelta se realizó el 29 de mayo y, según la entidad electoral, allí participaron 21.386.332 colombianos. La segunda vuelta se llevó a cabo el 19 de junio. Ese día votaron 22.689.945 sufragantes. Es decir, para esa última ronda de comicios presidenciales, de la que salió elegido el presidente Gustavo Petro, la participación fue del 58,17 %. La abstención fue del 42 %, bajando así cinco puntos porcentuales.
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“Para estas elecciones la diferencia entre el preconteo y el escrutinio fue de tan solo el 0,1 %, siendo esta la cifra más baja registrada en la historia de las elecciones presidenciales de Colombia, el grado de efectividad fue del 99,9 %. No hubo reclamaciones de los testigos electorales en las comisiones escrutadoras municipales”, destacó la Registraduría en su balance numérico.
La institución destacó que del plan de garantías electorales se implementaron ocho estrategias para blindar el proceso, entre ellas: “Un rediseño del acta de jurados de votación (formulario E-14), observación electoral nacional e internacional, veedurías técnicas y acompañamiento de la sociedad civil, auditoría del software de jurados de votación, entre otras”.
No obstante, vale la pena recordar que el proceso y la separación de los softwares que se implementan en los comicios, desde la recolección de papeletas a nivel municipal y regional, hasta el ascenso de esa información a nivel nacional, fue bastante cuestionado.
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El espectador recopiló testimonios de jurados de votación que criticaron la pedagogía que la Registraduría les brindó, considerándola como confusa. Asimismo, el liderazgo del registrador nacional, Alexander Vega, fue controvertido por expertas de distintas organizaciones, como de la Fundación Karisma, por implementar nueva tecnología en elecciones tan grandes como las de este año, sin haberla probado múltiples veces antes.
“Nuestra preocupación principal es la misma que compartimos con otras organizaciones, y es poder tener confianza en el sistema electoral. La preocupación real es poder confiar en que el proceso brinda garantías para que los resultados del domingo reflejen la votación de la gente. En este momento esa confianza que se tenía en la Registraduría como institución garante está resquebrajada”, dijo Pilar Sáenz, coordinadora de proyectos de Fundación Karisma, un día antes de la primera vuelta.
(Para contexto: “La confianza en la Registraduría, como garante en elecciones, está resquebrajada”)
Elecciones al Congreso y más
Por otro lado, la Registraduría contó la votación de 18.801.213 ciudadanos en las elecciones al Congreso, realizadas el pasado 13 de marzo en todo el país. Otra cosa novedosa de esos comicios fue la elección de las 16 Circunscripciones Especiales Transitorias de Paz (Citrep), mejor conocidas como las curules de la paz. Cabe recordar que estas hacen parte del Acuerdo de Paz firmado en 2016 con la exguerrilla de las Farc, pero por líos jurídico políticos no se habían puesto en marcha como se pactó en La Habana, hasta este año.
“En esta misma jornada los colombianos votaron para las 3 consultas interpartidistas: coalición Equipo por Colombia, coalición Pacto Histórico y coalición Centro Esperanza. Para este año, se instalaron 674 puestos de votación nuevos, especialmente en el sector rural, en cumplimiento de los Acuerdos de Paz y del acto legislativo que crea la Circunscripciones Especiales Transitorias de Paz; en estos nuevos puestos de votación hubo un porcentaje de concurrencia del 78 % en promedio, superando la media nacional de participación. En las elecciones legislativas, gracias a la separación de tarjetas por circunscripción, se redujo el porcentaje de votos nulos y se eliminó la distorsión generada en el voto en blanco en las circunscripciones especiales”, detalló la institución encargada de hacer las elecciones.
A parte de las elecciones grandes, se realizaron 14 elecciones atípicas para elegir alcaldes en Susa, Cundinamarca; Manaure, La Guajira; Cimitarra, Santander; Gachetá, Cundinamarca; Urrao, Murindó y Taraza, Antioquia; Achí y Margarita en Bolívar.
Adicional a ello, en distintos puntos del país, como Susa, Cundinamarca; Cúcuta, Norte de Santander, y Aguachica, Cesar, se votaron revocatorias de mandatos, un mecanismo de participación ciudadana muy sonado durante este 2022 para sacar del cargo a varios mandatarios regionales.
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“De igual forma, la Registraduría Nacional garantizó la inclusión en cada una de las elecciones realizadas con tarjetas electorales Braille, cubículos con los ajustes necesarios para los ciudadanos y personas con discapacidad, capacitaciones a los actores del proceso, afiches con protocolos de atención a personas trans y personas con discapacidad y la ampliación de la traducción de la información electoral a lenguas nativas en el Sistema Integrado de Capacitación Electoral (SICE)”, agregó.
¿Qué se viene para 2023?
La Registraduría aún sigue recopilando información para el próximo año, pero hay tres certezas, por ahora: será año de elecciones regionales, no habrá elecciones atípicas y tampoco votación de revocatorias.
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El 29 de junio terminará el registro de los grupos significativos de ciudadanos, movimientos sociales y comités independientes promotores del voto en blanco.
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