Mundo político busca superar retos en el año “clave” para las apuestas electorales

Si hay algo de lo que se escuchará hablar este 2025 será de las elecciones presidenciales y legislativas del próximo año. Y es que aunque falte un buen tramo para su realización, en la mente de los políticos ya está la fecha, así como la certeza de que los próximos meses serán claves para materializar sus apuestas y empezar a moverse en el tablero. Las jugadas no se harán esperar y empezarán a darse en los primeros meses de este año, que entre otras cosas, estará cargado de retos.

Si hay algo de lo que se escuchará hablar este 2025 será de las elecciones presidenciales y legislativas del próximo año. Y es que aunque falte un buen tramo para su realización, en la mente de los políticos ya está la fecha, así como la certeza de que los próximos meses serán claves para materializar sus apuestas y empezar a moverse en el tablero. Las jugadas no se harán esperar y empezarán a darse en los primeros meses de este año, que entre otras cosas, estará cargado de retos.

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No es el mejor arranque para el el gobierno del presidente Gustavo Petro, pues inicia con un 60 % de desaprobación, con las finanzas apretadas por cuenta del Presupuesto General desfinanciado que expidió por decreto, ministerios con menos plata asignada y la orden impartida por el mandatario de adoptar un plan de austeridad.

Se suma a esto que sus relaciones con el Congreso, las cortes y la autoridad electoral están en su momento más espinoso, pues mientras el presidente calificó algunas decisiones y fallos como oposición o un golpe en su contra, los otros sectores los defendieron bajo el principio de la autonomía y la separación de poderes. En todo caso, se esperarían duros pronunciamientos de parte del jefe de Estado, quien públicamente ya ha empezado a dividir las opciones políticas en dos y a decir que el el pueblo deberá elegir entre estas: si “se vuelve al pasado” o se reelige al proyecto progresista.

En últimas, todo confluye en que el Gobierno tenga el tiempo en su contra para la aprobación de reformas y el cumplimiento de su Plan Nacional de Desarrollo, que a la fecha muestra un cumplimiento bajo en numerosos puntos.

Por lo mismo, en los últimos consejos de ministros de 2024, el presidente les indicó a sus funcionarios que deben catapultar las cifras de ejecución para finalmente librarse de las críticas en este aspecto. También dijo en medio de sus eventos de fin de año que ya no es momento para promesas: “Un gobierno que empieza el tercer año ya no promete, hace, cumple. Luego, el balance es qué hemos hecho, no qué vamos a hacer”.

A la intención no solo puede jugarle en contra el momento financiero, que Petro se lo inculpa a los congresistas que hundieron la ley de financiamiento y a los gremios empresariales que según él habrían hecho lobby por este desenlace. También podrán influir los relevos de mando que se darán en varias carteras.

El cuarto (y quizá último) remezón ministerial ocurrirá en los primeros meses de este 2025 y tiene como trasfondo las elecciones, pues de los funcionarios salientes podrán salir varios de los candidatos que se verán en los tarjetones, sea para la Casa de Nariño o para el Capitolio. Son casi que seguras las salidas del ministro del Interior, Juan Fernando Cristo; del canciller Luis Gilberto Murillo, y la directora del Dapre, Laura Sarabia. También han sonado las de la ministra de Ambiente, Susana Muhamad y el director de Prosperidad Social, Gustavo Bolívar.

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Aunque las cartas electorales podrán ir tomando forma y fuerza, sus renuncias a las entidades podrían complicar todavía más la ejecución en las entidades y perder el terreno ganado en diálogo con otros sectores. Por ejemplo, en el caso de Cristo con el Congreso, de Murillo con algunas naciones (entre esas Estados Unidos y Venezuela) y de Sarabia con el más alto sector empresarial.

Aun así, parece que esta será la apuesta del gobierno Petro para que el progresismo tenga una oportunidad más en las urnas. Mientras tanto, la coalición del Pacto Histórico deberá definir si le va o no al partido único y si las otras agrupaciones de izquierda que se están formando, como Unitarios, entrarán al proyecto, serán aliadas o competencia.

El Congreso también tiene sus pendientes, que iniciarán el próximo 16 de febrero, día en el que termina el receso legislativo y los representantes y senadores retornan a sus tareas en el Capitolio. Tanto Jaime Raúl Salamanca, presidente de la Cámara, y Efraín Cepeda, presidente del Senado, terminarán sus direcciones en julio y le darán paso a una nueva mesa directiva. Hasta ahora, se ha visto a un Salamanca cercano y dispuesto a darle discusión a las reformas del Gobierno y con choques constantes con algunas bancadas, y a un Cepeda que se ha ganado el ‘título’ de opositor de Petro tras su papel protagónico en el hundimiento de la ley de financiamiento.

Está por verse cuál será el curso de los proyectos del Ejecutivo: reformas a la salud, laboral, a la justicia y qué tanta fuerza tendrán las iniciativas de origen legislativo. En todo caso, ya hay quienes aseguran que esta agenda se verá desplazada por el inicio de la campaña electoral, algo con lo que ‘batallarán’ los dos presidentes de la corporación.

“Nos espera una agenda legislativa dura a partir del mes de febrero. Las mentes del Congreso estarán distraídas en los temas electorales, pero eso no va a dejar de lado la actividad legislativa”, dijo Cepeda, mientras que Salamanca señaló que no se tiene por qué “estar pensando en las elecciones, no podemos perder la oportunidad de cambiar a Colombia”.

En el Legislativo hay claras aspiraciones presidenciales. Nada más en el Centro Democrático hay disputándose por el aval del expresidente Álvaro Uribe cinco senadores (Paloma Valencia, María Fernanda Cabal, Paola Holguín, Andrés Guerra y Miguel Uribe) que en las más recientes encuestas tienen un bajo nivel de favorabilidad.

Las aspiraciones deberán manejar el desgaste propio de sus anuncios tempranos y responder por los señalamientos que se le hacen a su partido y jefe máximo, quien además de estar acusado formalmente por la Fiscalía ha sido criticado por los hallazgos de restos óseos en La Escombrera de la Comuna 13 en Medellín.

De otro lado, pero desde la misma orilla política, el senador de Cambio Radical David Luna también busca meterse en la carrera, pero enfrentándose al exvicepresidente y líder del partido Germán Vargas Lleras, quien a pesar de sus últimos fracasos electorales ve con ojos de esperanza la Casa de Nariño. Asimismo, algunas voces indican que incluso los conservadores Efraín Cepeda y la senadora Nadia Blel buscan someterse a consideración, incluso como fórmulas vicepresidenciales.

Estos nombres de la derecha analizan sumarse a una posible coalición de la que han empezado a hablar el Partido Liberal y los más de 20 exgobernadores, como Aníbal Gaviria (Antioquia) y Juan Guillermo Zuluaga (Meta). Está por verse si el centro, que no supera sus divisiones internas, se adhiere a la idea con figuras como Juan Manuel Galán y la exalcaldesa de Bogotá, Claudia López.

En medio de este panorama entran a actuar la Registraduría Nacional, de Hernán Penagos, y el Consejo Nacional Electoral (CNE), que está por el momento presidido por el magistrado Álvaro Hernán Prada, vinculado en el caso del expresidente Uribe por supuesta compra de testigos falsos. Las dos entidades deberán confrontar los pronunciamientos que podrían poner en duda la transparencia de las elecciones.

Y ambas tienen ‘peleas’ con el presidente Petro, quien busca que la firma Thomas Greg & Sons no quede con el multimillonario contrato que abrirá la Registraduría para la logística de los comicios, sacándola de este negocio, tal como sucedió con los pasaportes. Igualmente, el jefe de Estado reiterará que el CNE es una entidad politizada y que estaría violando la constitución por adelantar una investigación en su contra.

Sobre esto, Prada, en entrevista con El Espectador, señaló: “La competencia fue ratificada por el Consejo de Estado y además, más de 23 Jueces constitucionales han fallado tutelas reiterando que somos competentes para adelantar la investigación, tal como se han efectuado en otros momentos de la historia contra otras campañas de anteriores presidentes”.

Se vienen meses agitados, casi que siendo un abrebocas de lo que serán la campaña y las elecciones. Todos los bandos están en terreno de juego y definiendo estrategias para ganar el voto de los electores. Sin embargo, tienen el gran reto de no olvidar lo propio de sus funciones para adentrarse en el terreno de campaña.

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