A fortalecer la Unidad para la Paz
Jefes de los partidos políticos se reúnen hoy con el presidente Juan Manuel Santos para cerrar filas y darle un espaldarazo al proceso de paz en medio de la crisis que atraviesa.
Redacción Política
Para el Gobierno, los tiempos son adversos y los recientes desencuentros con las Farc han puesto sobre la mesa —ahora más que nunca— la necesidad de asegurar un apoyo político sólido para que fluyan los proyectos y normas necesarias en aras de la implementación de los acuerdos de paz de La Habana (Cuba).
De ahí la importancia de la reunión que sostendrá hoy el presidente Juan Manuel Santos con los jefes de los partidos políticos que han dado su respaldo a los diálogos con las Farc y con quienes se buscará fortalecer la coalición que se ha denominado Unidad para la Paz. Por el momento se sabe que asistirán la Alianza Verde, el Partido Liberal, el Polo Democrático, la U, Cambio Radical, el Partido Conservador, Opción Ciudadana y MIRA, y que la discusión girará en torno a temas como la reforma a la Ley de Orden Público, la refrendación de los acuerdos y la participación en política de la guerrilla tras la firma de un acuerdo final.
Se trata de una cita crucial para Santos, si se tiene en cuenta el difícil momento por el que atraviesa el proceso de La Habana. El cruce de mensajes entre los equipos negociadores, la insistencia de las Farc de convocar a una constituyente y el inamovible del Gobierno respecto al plebiscito como mecanismo para refrendar lo pactado han hecho mella en la confianza en el proceso de paz y las críticas cada vez suenan con mayor fuerza. A todo esto se suma el episodio protagonizado la semana pasada por varios altos mandos de las Farc en el corregimiento de Conejo (La Guajira), donde realizaron un acto público de pedagogía por la paz con la presencia de hombres armados.
Lo cierto es que, saliendo ya de la tormenta que provocó la visita de las Farc, la crisis empieza a conjurarse y las partes han mostrado voluntad de pasar la hoja. Mientras el presidente Santos dijo que lo importante ahora es solucionar el impasse, las Farc hicieron un llamado para avanzar hacia el acuerdo final. Por su parte, los países garantes ofrecieron sus buenos oficios para mediar en el conflicto y, de hecho, el canciller de Noruega, Borge Brende, viajó a La Habana para reunirse con su homólogo cubano con el objetivo de ayudar a superar la controversia entre las partes y permitir el inicio del operativo para que el Comité Internacional de la Cruz Roja traslade a los guerrilleros a Cuba y las conversaciones puedan reanudarse. Sobre todo porque la urgencia es agilizar la negociación de los temas que faltan por discutirse para tener resultados antes de la fecha límite en los aspectos claves: refrendación, cese del fuego bilateral, zonas de concentración y desarme. Temas que preocupan al presidente Santos, para quien a estas alturas el tiempo vale más que oro. “La fecha (23 de marzo) fue acordada por las dos partes. Y esa fecha no se ha modificado. Es decir, si se modifica la fecha, eso tiene que ser por acuerdo de las partes. Hay posibilidades de terminar, por lo menos los puntos fundamentales. Yo los puse en un orden, cuatro puntos fundamentales que podemos, si hay voluntad política, resolver antes de esa fecha. Y creo que si hacemos un esfuerzo en esa dirección lo podemos lograr”, manifestó en entrevista con la W.
En el caso del plebiscito, por ejemplo, el reto es doble. No sólo se debe lograr un consenso para que sea el mecanismo de refrendación de los acuerdos, sino que además debe triunfar en las urnas para que lo pactado en La Habana tenga el respaldo de los colombianos. Un arma de doble filo que incluso puede jugar en contra del Gobierno, algo que el presidente Santos tiene muy claro. El mandatario aseguró que mantendrá su palabra de consultar con los colombianos si apoyan o no lo acordado en la mesa de negociaciones. “Si gana el no, se acaba el proceso de paz”, puntualizó.
Para el Gobierno, los tiempos son adversos y los recientes desencuentros con las Farc han puesto sobre la mesa —ahora más que nunca— la necesidad de asegurar un apoyo político sólido para que fluyan los proyectos y normas necesarias en aras de la implementación de los acuerdos de paz de La Habana (Cuba).
De ahí la importancia de la reunión que sostendrá hoy el presidente Juan Manuel Santos con los jefes de los partidos políticos que han dado su respaldo a los diálogos con las Farc y con quienes se buscará fortalecer la coalición que se ha denominado Unidad para la Paz. Por el momento se sabe que asistirán la Alianza Verde, el Partido Liberal, el Polo Democrático, la U, Cambio Radical, el Partido Conservador, Opción Ciudadana y MIRA, y que la discusión girará en torno a temas como la reforma a la Ley de Orden Público, la refrendación de los acuerdos y la participación en política de la guerrilla tras la firma de un acuerdo final.
Se trata de una cita crucial para Santos, si se tiene en cuenta el difícil momento por el que atraviesa el proceso de La Habana. El cruce de mensajes entre los equipos negociadores, la insistencia de las Farc de convocar a una constituyente y el inamovible del Gobierno respecto al plebiscito como mecanismo para refrendar lo pactado han hecho mella en la confianza en el proceso de paz y las críticas cada vez suenan con mayor fuerza. A todo esto se suma el episodio protagonizado la semana pasada por varios altos mandos de las Farc en el corregimiento de Conejo (La Guajira), donde realizaron un acto público de pedagogía por la paz con la presencia de hombres armados.
Lo cierto es que, saliendo ya de la tormenta que provocó la visita de las Farc, la crisis empieza a conjurarse y las partes han mostrado voluntad de pasar la hoja. Mientras el presidente Santos dijo que lo importante ahora es solucionar el impasse, las Farc hicieron un llamado para avanzar hacia el acuerdo final. Por su parte, los países garantes ofrecieron sus buenos oficios para mediar en el conflicto y, de hecho, el canciller de Noruega, Borge Brende, viajó a La Habana para reunirse con su homólogo cubano con el objetivo de ayudar a superar la controversia entre las partes y permitir el inicio del operativo para que el Comité Internacional de la Cruz Roja traslade a los guerrilleros a Cuba y las conversaciones puedan reanudarse. Sobre todo porque la urgencia es agilizar la negociación de los temas que faltan por discutirse para tener resultados antes de la fecha límite en los aspectos claves: refrendación, cese del fuego bilateral, zonas de concentración y desarme. Temas que preocupan al presidente Santos, para quien a estas alturas el tiempo vale más que oro. “La fecha (23 de marzo) fue acordada por las dos partes. Y esa fecha no se ha modificado. Es decir, si se modifica la fecha, eso tiene que ser por acuerdo de las partes. Hay posibilidades de terminar, por lo menos los puntos fundamentales. Yo los puse en un orden, cuatro puntos fundamentales que podemos, si hay voluntad política, resolver antes de esa fecha. Y creo que si hacemos un esfuerzo en esa dirección lo podemos lograr”, manifestó en entrevista con la W.
En el caso del plebiscito, por ejemplo, el reto es doble. No sólo se debe lograr un consenso para que sea el mecanismo de refrendación de los acuerdos, sino que además debe triunfar en las urnas para que lo pactado en La Habana tenga el respaldo de los colombianos. Un arma de doble filo que incluso puede jugar en contra del Gobierno, algo que el presidente Santos tiene muy claro. El mandatario aseguró que mantendrá su palabra de consultar con los colombianos si apoyan o no lo acordado en la mesa de negociaciones. “Si gana el no, se acaba el proceso de paz”, puntualizó.