“Abriré espacio a la legalidad democrática”: Antanas Mockus
El ex alcalde de Bogotá y precandidato presidencial del Partido Verde insiste en su lema: “Con educación todo es posible”.
Alonso Sánchez Baute / Especial para El Espectador
De Antanas Mockus el país conoció sus nalgas antes que su rostro, pero desde entonces ha sido uno de los políticos que más ideas han compartido con la opinión pública, particularmente en Bogotá, donde por dos períodos ha sido elegido su alcalde. Mockus es académico, lo que lo señala como un hombre de pensamiento. Pedagogo experto en semiótica, a sus 58 años sería la segunda ocasión que aspire a la Presidencia de la República, en caso de que gane este 14 de marzo la consulta abierta del Partido Verde contra Lucho Garzón y Enrique Peñalosa.
¿Cómo se define: confuso o complejo?
Busco lo común detrás de lo diverso. Me gusta encontrar ideas claras y sencillas que encierran gran complejidad, como por ejemplo “la vida es sagrada”; “recursos públicos, recursos sagrados”; o “con educación todo se puede”.
Su apellido traduce Moisés desde el lituano. ¿Estamos frente a un nuevo Mesías?
No. El apellido es una de esas cosas que uno no escoge en la vida. En la Biblia hay una gran distancia entre Moisés y el Mesías. Moisés “salvado de las aguas”, fue tal vez el mayor profeta y legislador del pueblo de Israel y, para la tradición católica, el Mesías es el salvador del mundo. No me siento salvador del mundo ni profeta.
¿Es verdad que no es muy bueno para el trabajo en equipo? ¿Hará consejo de ministros o, al modo Uribe, usted será al tiempo presidente y su superministro?
Me gusta el trabajo en equipo; si no me gustara, no se habría logrado lo que se logró en mis dos períodos como alcalde, y no estaría en medio de una campaña cuyo principal soporte es el trabajo en equipo. Ahora bien, el equipo más inmediato de un gobernante son sus ministros y en ellos tendré depositada mi confianza para el logro de las metas.
¿Es cierto que su ídolo es el Llanero Solitario?
Alguien me describió como “Llanero Solitario” en la campaña presidencial de 2006, pero eso fue sólo un invento.
Algunas personas lo perciben como frío y distante. ¿No le gustaría tener algo del factor humano de Mandela?
Me describiría más como introvertido que como frío y distante. Y Mandela, como usted sabe, es inimitable.
Todo indica que gobernará con un Congreso de mayoría uribista. ¿Cómo lo enfrentará, con una especie de clientelismo Verde?
Queremos transformar la manera de hacer política en Colombia. Proponemos una política basada en la confianza entre las personas y en las instituciones. El clientelismo no tendrá espacio en mi gobierno, ni usaremos el soborno ni aceptaremos el chantaje Legislativo. En caso de que un proyecto sea objeto de obstrucción, esperaremos que la opinión pública se pronuncie y ejerza formas democráticas de presión social.
¿A cuál candidato la gustaría enfrentar en una eventual segunda vuelta?
Al mejor de los demás.
Si tuviera que decidir su vicepresidencia entre ‘Lucho’ y Peñalosa, ¿con cuál de los dos se quedaría y por qué?
Esa decisión no depende sólo de mí. Por ello me abstengo de responder. Me sentiría a gusto con cualquiera de los dos.
¿Y de cuál de los dos le gustaría ser su segundo a bordo?
Respuesta idéntica a la anterior.
La anterior ocasión usted terminó como fórmula vicepresidencial de Noemí. ¿Volvería a hacerlo en caso de que ella le gane a ‘Uribito’?
No. En esa ocasión Noemí y yo teníamos un esbozo de proyecto común. Nos aliamos acordando unas reglas y las cumplimos. Ahora tenemos un proyecto de partido y hacia ese proyecto están orientadas nuestras decisiones.
¿Qué pasará con la seguridad democrática durante su eventual mandato?
Voy a consolidar gerencial y pedagógicamente la seguridad democrática. Y abrirle espacio a la legalidad democrática. El Estado de Derecho se plasma en el respeto a la Policía y a las Fuerzas Armadas, pero también se plasma en el respeto al fiscal y al juez. Lo que hizo Uribe frente a las Farc, lo voy a hacer con todos los ilegales, incluidas las Farc. La protección a la vida es el propósito fundamental de la política de seguridad, tanto en la ciudad como en el campo.
¿Qué hacer con las Farc y el Eln? ¿Negociará con ellos o les declarará la guerra a muerte?
Estoy dispuesto a facilitar la reinserción de las Farc como Uribe facilitó la de los paramilitares. Ley de Justicia y Paz mejorada. Confianza radical en la Cruz Roja para lo humanitario. No negociación con secuestrados de por medio. Una adhesión plena a la Constitución colombiana podría dar lugar a una eventual interlocución, corta y sustancial, en el marco de una gran reflexión colombiana sobre la ilegalidad. Todos ponen.
¿Cómo manejará las relaciones con Chávez? ¿Le lanzará un vaso de agua en la próxima cumbre?
No. Vamos a profundizar y diversificar la interdependencia, especialmente con los países de América Latina y el Caribe, en el marco de mecanismos multilaterales. La Constitución colombiana lo ordena. Con Venezuela, así como con los demás países de la región, hay que reafirmar y promover los procesos de integración en sus dimensiones política, económica, social, ambiental y cultural, sobre las bases de equidad, igualdad, reciprocidad y conveniencia nacional.
Dicen que usted no es fuerte en economía y que su discurso se agota en la cultura ciudadana. ¿Cuál será su plan de empleo?
Soñemos con que cada centavo que se recauda de impuestos se utiliza bien. Provocado el deseo, realicémoslo. Son muchas las cosas que se requieren, como buen uso de los recursos públicos, buen manejo fiscal, prudencia macroeconómica, planeación participativa con buenos insumos técnicos, acogida social clara a los generadores de empleo legal, formalización, empoderamiento legal de los pobres, ciencia y tecnología aplicadas a la búsqueda de productos y servicios que involucren cada vez más el uso de materia gris, de capacidades complejas y el fortalecimiento de las exportaciones no tradicionales, para que al final se genere empleo sostenible. El empleo es la fruta que el árbol da al final.
¿Qué propone para reducir la pobreza? ¿Comer zanahorias y acostarse temprano para engañar el hambre?
Para reducir los altos índices de pobreza se necesita el desarrollo de una economía productiva y eficiente. Es necesario redistribuir los ingresos y la riqueza: para ello hay que aumentar el ingreso por habitante y adoptar una política fiscal progresiva.
El poder punitivo es ajeno a su lenguaje. ¿Es posible un cambio real en la cultura del “más vivo”, del “todo vale”, de la búsqueda del dinero fácil?
Con educación todo se puede. La pedagogía utiliza sanciones, hace sentir culpa y vergüenza. También mueve la poderosa palanca del reconocimiento. La cultura establece límites y fronteras en cuanto al comportamiento aceptable. Sí creo posible que la reflexión, la autorregulación y la mutua regulación pueden llevar al abandono del narcotráfico y del atajismo en un proceso colectivo.
¿La corrupción “en sus justas proporciones” o su aniquilamiento total?
Su aniquilamiento total. Cuando se plantea que los recursos públicos son recursos sagrados, se plantea un tabú absoluto.
¿Cómo lograr que haya un mayor respeto por los derechos humanos y una moral más universal en nuestra sociedad?
La protección a la vida es la mayor prioridad. El respeto a los derechos humanos se garantiza construyendo un tabú alrededor de la vida, mejorando el sistema de justicia, disminuyendo impunidad, privilegiando el rol educador de policías y jueces, mejorando la calidad de la educación formal y aumentando la educación ciudadana. Mejorando la calidad del gobierno, de las instituciones públicas y de los funcionarios públicos, promovemos una gestión pública admirable que contribuye al respeto de los derechos humanos.
La violencia cotidiana arroja índices más altos que la violencia organizada. ¿Cómo cambiar esta conducta si para muchos hace parte de su orgullo, de su dignidad, de su identidad?
Colombia es pasión, sí, pero Colombia también es razón. Hay que eliminar las justificaciones morales y culturales al maltrato y a la violencia. Hay que lograr mayor repudio social a la violencia, al chantaje, a la manipulación y a la fuerza como vía para conseguir los fines. La vida es sagrada, cada vida humana es irrepetible, cada ser humano es irreemplazable y ningún dinero del mundo devuelve una vida.
A lo Mockus: ¿Qué es más grave: los falsos positivos o el asesinato de los diputados?
Siendo ambos muy graves e inaceptables, los falsos positivos revelan una mayor tragedia de la condición humana que desprecia la vida por unos incentivos construidos por otros seres humanos.
Vemos pocas mujeres en las listas del Partido Verde. ¿Es cuestión de misoginia o de machismoleninismo?
Ni una cosa ni la otra. Nuestra lista al Senado está encabezada por una gran mujer, Gilma Jiménez. En la Cámara tenemos a Ángela María Robledo y Angélica Lozano para Bogotá, Mercedes Maturana para Cartagena, y dentro de los equipos dominan las mujeres.
Finalmente, ¿cuál será la agenda de su gobierno en torno al tema gay, el aborto y la dosis mínima?
Profundizar la discusión racional, buscando el respeto entre las posiciones divergentes y buscando consensuar metas compartidas entre los distintos actores. Creo mucho en la regulación moral y cultural y en la armonización entre ley, moral y cultura. En materia de drogas, por ejemplo, los riesgos de adicción no deben ser subestimados. La orientación principal de estos temas debe buscarse en la Constitución y su interpretación por parte de la Corte Constitucional.
De Antanas Mockus el país conoció sus nalgas antes que su rostro, pero desde entonces ha sido uno de los políticos que más ideas han compartido con la opinión pública, particularmente en Bogotá, donde por dos períodos ha sido elegido su alcalde. Mockus es académico, lo que lo señala como un hombre de pensamiento. Pedagogo experto en semiótica, a sus 58 años sería la segunda ocasión que aspire a la Presidencia de la República, en caso de que gane este 14 de marzo la consulta abierta del Partido Verde contra Lucho Garzón y Enrique Peñalosa.
¿Cómo se define: confuso o complejo?
Busco lo común detrás de lo diverso. Me gusta encontrar ideas claras y sencillas que encierran gran complejidad, como por ejemplo “la vida es sagrada”; “recursos públicos, recursos sagrados”; o “con educación todo se puede”.
Su apellido traduce Moisés desde el lituano. ¿Estamos frente a un nuevo Mesías?
No. El apellido es una de esas cosas que uno no escoge en la vida. En la Biblia hay una gran distancia entre Moisés y el Mesías. Moisés “salvado de las aguas”, fue tal vez el mayor profeta y legislador del pueblo de Israel y, para la tradición católica, el Mesías es el salvador del mundo. No me siento salvador del mundo ni profeta.
¿Es verdad que no es muy bueno para el trabajo en equipo? ¿Hará consejo de ministros o, al modo Uribe, usted será al tiempo presidente y su superministro?
Me gusta el trabajo en equipo; si no me gustara, no se habría logrado lo que se logró en mis dos períodos como alcalde, y no estaría en medio de una campaña cuyo principal soporte es el trabajo en equipo. Ahora bien, el equipo más inmediato de un gobernante son sus ministros y en ellos tendré depositada mi confianza para el logro de las metas.
¿Es cierto que su ídolo es el Llanero Solitario?
Alguien me describió como “Llanero Solitario” en la campaña presidencial de 2006, pero eso fue sólo un invento.
Algunas personas lo perciben como frío y distante. ¿No le gustaría tener algo del factor humano de Mandela?
Me describiría más como introvertido que como frío y distante. Y Mandela, como usted sabe, es inimitable.
Todo indica que gobernará con un Congreso de mayoría uribista. ¿Cómo lo enfrentará, con una especie de clientelismo Verde?
Queremos transformar la manera de hacer política en Colombia. Proponemos una política basada en la confianza entre las personas y en las instituciones. El clientelismo no tendrá espacio en mi gobierno, ni usaremos el soborno ni aceptaremos el chantaje Legislativo. En caso de que un proyecto sea objeto de obstrucción, esperaremos que la opinión pública se pronuncie y ejerza formas democráticas de presión social.
¿A cuál candidato la gustaría enfrentar en una eventual segunda vuelta?
Al mejor de los demás.
Si tuviera que decidir su vicepresidencia entre ‘Lucho’ y Peñalosa, ¿con cuál de los dos se quedaría y por qué?
Esa decisión no depende sólo de mí. Por ello me abstengo de responder. Me sentiría a gusto con cualquiera de los dos.
¿Y de cuál de los dos le gustaría ser su segundo a bordo?
Respuesta idéntica a la anterior.
La anterior ocasión usted terminó como fórmula vicepresidencial de Noemí. ¿Volvería a hacerlo en caso de que ella le gane a ‘Uribito’?
No. En esa ocasión Noemí y yo teníamos un esbozo de proyecto común. Nos aliamos acordando unas reglas y las cumplimos. Ahora tenemos un proyecto de partido y hacia ese proyecto están orientadas nuestras decisiones.
¿Qué pasará con la seguridad democrática durante su eventual mandato?
Voy a consolidar gerencial y pedagógicamente la seguridad democrática. Y abrirle espacio a la legalidad democrática. El Estado de Derecho se plasma en el respeto a la Policía y a las Fuerzas Armadas, pero también se plasma en el respeto al fiscal y al juez. Lo que hizo Uribe frente a las Farc, lo voy a hacer con todos los ilegales, incluidas las Farc. La protección a la vida es el propósito fundamental de la política de seguridad, tanto en la ciudad como en el campo.
¿Qué hacer con las Farc y el Eln? ¿Negociará con ellos o les declarará la guerra a muerte?
Estoy dispuesto a facilitar la reinserción de las Farc como Uribe facilitó la de los paramilitares. Ley de Justicia y Paz mejorada. Confianza radical en la Cruz Roja para lo humanitario. No negociación con secuestrados de por medio. Una adhesión plena a la Constitución colombiana podría dar lugar a una eventual interlocución, corta y sustancial, en el marco de una gran reflexión colombiana sobre la ilegalidad. Todos ponen.
¿Cómo manejará las relaciones con Chávez? ¿Le lanzará un vaso de agua en la próxima cumbre?
No. Vamos a profundizar y diversificar la interdependencia, especialmente con los países de América Latina y el Caribe, en el marco de mecanismos multilaterales. La Constitución colombiana lo ordena. Con Venezuela, así como con los demás países de la región, hay que reafirmar y promover los procesos de integración en sus dimensiones política, económica, social, ambiental y cultural, sobre las bases de equidad, igualdad, reciprocidad y conveniencia nacional.
Dicen que usted no es fuerte en economía y que su discurso se agota en la cultura ciudadana. ¿Cuál será su plan de empleo?
Soñemos con que cada centavo que se recauda de impuestos se utiliza bien. Provocado el deseo, realicémoslo. Son muchas las cosas que se requieren, como buen uso de los recursos públicos, buen manejo fiscal, prudencia macroeconómica, planeación participativa con buenos insumos técnicos, acogida social clara a los generadores de empleo legal, formalización, empoderamiento legal de los pobres, ciencia y tecnología aplicadas a la búsqueda de productos y servicios que involucren cada vez más el uso de materia gris, de capacidades complejas y el fortalecimiento de las exportaciones no tradicionales, para que al final se genere empleo sostenible. El empleo es la fruta que el árbol da al final.
¿Qué propone para reducir la pobreza? ¿Comer zanahorias y acostarse temprano para engañar el hambre?
Para reducir los altos índices de pobreza se necesita el desarrollo de una economía productiva y eficiente. Es necesario redistribuir los ingresos y la riqueza: para ello hay que aumentar el ingreso por habitante y adoptar una política fiscal progresiva.
El poder punitivo es ajeno a su lenguaje. ¿Es posible un cambio real en la cultura del “más vivo”, del “todo vale”, de la búsqueda del dinero fácil?
Con educación todo se puede. La pedagogía utiliza sanciones, hace sentir culpa y vergüenza. También mueve la poderosa palanca del reconocimiento. La cultura establece límites y fronteras en cuanto al comportamiento aceptable. Sí creo posible que la reflexión, la autorregulación y la mutua regulación pueden llevar al abandono del narcotráfico y del atajismo en un proceso colectivo.
¿La corrupción “en sus justas proporciones” o su aniquilamiento total?
Su aniquilamiento total. Cuando se plantea que los recursos públicos son recursos sagrados, se plantea un tabú absoluto.
¿Cómo lograr que haya un mayor respeto por los derechos humanos y una moral más universal en nuestra sociedad?
La protección a la vida es la mayor prioridad. El respeto a los derechos humanos se garantiza construyendo un tabú alrededor de la vida, mejorando el sistema de justicia, disminuyendo impunidad, privilegiando el rol educador de policías y jueces, mejorando la calidad de la educación formal y aumentando la educación ciudadana. Mejorando la calidad del gobierno, de las instituciones públicas y de los funcionarios públicos, promovemos una gestión pública admirable que contribuye al respeto de los derechos humanos.
La violencia cotidiana arroja índices más altos que la violencia organizada. ¿Cómo cambiar esta conducta si para muchos hace parte de su orgullo, de su dignidad, de su identidad?
Colombia es pasión, sí, pero Colombia también es razón. Hay que eliminar las justificaciones morales y culturales al maltrato y a la violencia. Hay que lograr mayor repudio social a la violencia, al chantaje, a la manipulación y a la fuerza como vía para conseguir los fines. La vida es sagrada, cada vida humana es irrepetible, cada ser humano es irreemplazable y ningún dinero del mundo devuelve una vida.
A lo Mockus: ¿Qué es más grave: los falsos positivos o el asesinato de los diputados?
Siendo ambos muy graves e inaceptables, los falsos positivos revelan una mayor tragedia de la condición humana que desprecia la vida por unos incentivos construidos por otros seres humanos.
Vemos pocas mujeres en las listas del Partido Verde. ¿Es cuestión de misoginia o de machismoleninismo?
Ni una cosa ni la otra. Nuestra lista al Senado está encabezada por una gran mujer, Gilma Jiménez. En la Cámara tenemos a Ángela María Robledo y Angélica Lozano para Bogotá, Mercedes Maturana para Cartagena, y dentro de los equipos dominan las mujeres.
Finalmente, ¿cuál será la agenda de su gobierno en torno al tema gay, el aborto y la dosis mínima?
Profundizar la discusión racional, buscando el respeto entre las posiciones divergentes y buscando consensuar metas compartidas entre los distintos actores. Creo mucho en la regulación moral y cultural y en la armonización entre ley, moral y cultura. En materia de drogas, por ejemplo, los riesgos de adicción no deben ser subestimados. La orientación principal de estos temas debe buscarse en la Constitución y su interpretación por parte de la Corte Constitucional.