La llegada de tres camionetas con pasajeros de rasgos extranjeros a Génova, Quindío, despertó la curiosidad del pueblo. Sabían que era su primera vez allí, pues en este municipio de apenas nueve mil habitantes, las caras y apellidos son familiares. Los vehículos se dirigían montaña arriba, a la misma que años atrás estaba repleta de frutos rojos de café y hoy de aguacate hass. No tardaron mucho en entender que se trataba de los dueños chilenos de lo que ahora es conocido como las aguacateras.
Por Laura C. Peralta Giraldo
Periodista con enfoque de género y con interés en temas sociales, políticos y de paz. @LauraPeraltaGlperalta@elespectador.com