Alejandro Char: el candidato sin competidores políticos a la alcaldía de Barranquilla
La campaña a la Alcaldía de Barranquilla es de mucho unanimismo por la hegemonía de la casa Char. El descrédito de la izquierda y los recientes escándalos de cercanos al petrismo impulsan la candidatura de Alejandro Char.
Los políticos tradicionales no se atreven a disputar el poder a la casa Char en Barranquilla; por el contrario, han encontrado la manera de encajar en su rompecabezas. Razones les sobran, pues solo a las luces de las encuestas, como la más reciente de Invamer, contratada por El Espectador, Blu Radio y Caracol, el candidato Alejandro Char obtiene un respaldo del 86,2 %, mientras que sus siete contrincantes no superan el 6 %.
Varios factores explican el porqué Char lidera las encuestas y parece no tener inconvenientes para administrar Barranquilla por tercera vez. Según Diógenes Rosero, excandidato en esa ciudad y director del Foro Costa Atlántica, el poderío político, que se conjuga con el económico y mediático, bloquea las demás alternativas.
A esto se suma que los sectores de oposición están constantemente divididos y han perdido crédito entre los ciudadanos por la mala gestión que desarrollaron cuando tuvieron la oportunidad de gobernar. Además, escándalos recientes como el de Nicolás Petro, hijo del presidente Gustavo Petro y diputado del Pacto Histórico, terminaron dándole una estocada a ese sector
(Lea: “Arrancó la guerra de los clanes políticos por el poder del Caribe”)
Por otra parte, los Char tienen, con Cambio Radical, un importante poder político con seis de los 21 concejales en Barranquilla, seis de los 14 diputados en la Asamblea Departamental y al menos cinco congresistas. La fuerza económica y mediática está representada en Serfinanza, Júnior, Caimanes de Barranquilla y el conglomerado Olímpica.
Con este panorama, las otras casas prefieren alinearse y, a diferencia de las elecciones legislativas, olvidar las diferencias de partido y no lanzar sus candidatos. Char cuenta con el respaldo de conservadores, liberales y la U, en cabeza de Efraín Cepeda, Mauricio Gómez y José David Name, respectivamente.
“Hay que hacer un mea culpa. Las ideas de cambio las tenemos, pero no nos hemos puesto de acuerdo para llevar un solo candidato, así nos pasó en 2019, dividimos las fuerzas. Es momento de unificarnos para convencer a los ciudadanos electoral y políticamente”, señala Antonio Bohórquez, segundo en las encuestas, con un 5,9 % de favorabilidad.
Desde Cambio Radical reconocen que esta situación ha jugado a su favor. “Es que no hay nadie que le haga peso a Álex, porque ninguno tiene propuestas, solo dicen que van contra Char y que son el cambio, se quedan ahí, pero eso no convence a la gente”, dice un congresista de ese partido y cercano al candidato.
Otras fuerzas de la región, que no están directamente relacionadas con los Char, deben replegarse ante su poderío. Este es el caso de los Torres, quienes desde hace varios años controlan la política y tienen injerencia en las concesiones del municipio vecino, Puerto Colombia. “Les toca hacerse pasito entre ellos, los Torres no se meten en Barranquilla y los Char tampoco en Puerto Colombia, pero se hablan, porque comparten el corredor y el desarrollo inmobiliario y turístico”, contó un político de Cambio Radical.
Los Torres, que aterrizaron en el petrismo hace dos años por influencia de Armando Benedetti y que están relacionados en la supuesta entrada irregular de dineros a la campaña Petro, no le hacen campaña a Char, pero sí a su posible fórmula a la Gobernación, Eduardo Verano, quien a su vez tiene el respaldo de los liberales de la casa Ashton.
Un caso similar es el del exsenador Eduardo Pulgar, acusado por compra de votos y rival de los Char, quien al no poder desafiarlos en Barranquilla, pretender repetir una victoria en la Alcaldía de Soledad, con su candidata Alcira Sandoval, que se enfrentará a Joao Herrera, quien llega apadrinado por el propio Fuad Char.
(Le recomendamos: “Petro plantea cuota en factura de la luz a cambio de trasporte público gratuito”)
El liderazgo político de la casa Char
Los menos optimistas pronostican que Char logrará unos 300.000 votos este 29 de octubre y solo algunos creen que lo único que puede trabar su tercer período son los procesos judiciales, especialmente el que lo relaciona con Aida Merlano.
En la ciudad está extendido el discurso del “milagro barranquillero”, que habla de las grandes obras y de los avances de las administraciones relacionadas con los Char. “No se puede desconocer que hay una Barranquilla antes y después de 2008. Alejandro Char les quitó poder a las concesiones, construyó megacolegios y fortaleció la red hospitalaria, que por esos años no funcionaba y era famosa por los paseos de la muerte”, asegura un comerciante barranquillero.
Empresarios, académicos y diferentes sectores de la sociedad están de acuerdo con esa narrativa. Solo algunos de los rivales directos de Char la cuestionan abiertamente. “En Barranquilla hay una injusticia social tremenda, tenemos un norte de la ciudad muy bonito, pero solo es el 20 %, el sur, que viene siendo el otro 80 %, está totalmente olvidado”, señala Luis Enrique Guzmán Chams, otros de los candidatos a la alcaldía.
(Lea: “Gobierno y disidencia de Mordisco llegan a acuerdo preliminar para avanzar en diálogo”)
En este punto coincide con Bohórquez, quien asegura que el modelo Char se raja en seguridad e inversión social. “Cómo ese candidato defiende que en grandes capas sociales la mayoría de la gente coma una o dos veces al día y que incluso se alimente con carne de caballo y de burro porque no hay más”.
Para él y para Guzmán Chams, el éxito de ese relato sobre una Barranquilla próspera también obedece a las millonarias inversiones en publicidad. “Ese autobombo que el mismo se da es falso, ellos tienen una empresa de encuestas con la que se colocan el porcentaje que quieren, pero lo cierto es que en Barranquilla hay un descontento muy grande por el hambre, la inseguridad y las altas tarifas de servicios públicos”, agrega Guzmán.
Según Marco Orozco, otro de los candidatos y tercero en las encuestas Barranquilla lleva 16 años bajo el modelo “roban pero hacen” y aunque reconoce que Char es fuerte, se une a sus otros rivales y dice que no es imbatible. “Barranquilla ha vivido un liderazgo al estilo de la monarquía, las otras opciones son invisibilizadas por los gremios, los medios y varios sectores tradicionales; apenas están surgiendo, pero la mirada va a cambiar”.
A pesar de los cuestionamientos a su modelo de gobierno, que se suman a las polémicas judiciales que lo rodean, como la del caso Aida Merlano, pocos en Barranquilla creen que algo se atraviese en el camino de Alejandro Char. Tiene todo a su favor, incluso, como lo contamos ayer, el favor de las demás casas políticas y partidos de la región.
👁🗨 Conozca cómo votan los senadores y representantes a la Cámara en ‘Congreso a la mano’.
“El ambiente de la campaña es de mucho unanimismo, de poca deliberación pública y sin unos ejes temáticos. Además, empezó tarde, precisamente, porque todos estaban a la expectativa de la decisión de Alejandro Char”, asegura Diógenes Rosero.
La “asfixiante” hegemonía de los Char, como la Rosero, limita las alternativas políticas. A esto se suma el descrédito de la izquierda, que según algunos analistas se derrumbó con la alcaldía de Bernardo el Cura Hoyos y recibió la estocada final con el escándalo de Nicolás Petro, quien, además, como diputado no se destacó como opositor de Elsa Noguera y Jaime Pumarejo.
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Los políticos tradicionales no se atreven a disputar el poder a la casa Char en Barranquilla; por el contrario, han encontrado la manera de encajar en su rompecabezas. Razones les sobran, pues solo a las luces de las encuestas, como la más reciente de Invamer, contratada por El Espectador, Blu Radio y Caracol, el candidato Alejandro Char obtiene un respaldo del 86,2 %, mientras que sus siete contrincantes no superan el 6 %.
Varios factores explican el porqué Char lidera las encuestas y parece no tener inconvenientes para administrar Barranquilla por tercera vez. Según Diógenes Rosero, excandidato en esa ciudad y director del Foro Costa Atlántica, el poderío político, que se conjuga con el económico y mediático, bloquea las demás alternativas.
A esto se suma que los sectores de oposición están constantemente divididos y han perdido crédito entre los ciudadanos por la mala gestión que desarrollaron cuando tuvieron la oportunidad de gobernar. Además, escándalos recientes como el de Nicolás Petro, hijo del presidente Gustavo Petro y diputado del Pacto Histórico, terminaron dándole una estocada a ese sector
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Por otra parte, los Char tienen, con Cambio Radical, un importante poder político con seis de los 21 concejales en Barranquilla, seis de los 14 diputados en la Asamblea Departamental y al menos cinco congresistas. La fuerza económica y mediática está representada en Serfinanza, Júnior, Caimanes de Barranquilla y el conglomerado Olímpica.
Con este panorama, las otras casas prefieren alinearse y, a diferencia de las elecciones legislativas, olvidar las diferencias de partido y no lanzar sus candidatos. Char cuenta con el respaldo de conservadores, liberales y la U, en cabeza de Efraín Cepeda, Mauricio Gómez y José David Name, respectivamente.
“Hay que hacer un mea culpa. Las ideas de cambio las tenemos, pero no nos hemos puesto de acuerdo para llevar un solo candidato, así nos pasó en 2019, dividimos las fuerzas. Es momento de unificarnos para convencer a los ciudadanos electoral y políticamente”, señala Antonio Bohórquez, segundo en las encuestas, con un 5,9 % de favorabilidad.
Desde Cambio Radical reconocen que esta situación ha jugado a su favor. “Es que no hay nadie que le haga peso a Álex, porque ninguno tiene propuestas, solo dicen que van contra Char y que son el cambio, se quedan ahí, pero eso no convence a la gente”, dice un congresista de ese partido y cercano al candidato.
Otras fuerzas de la región, que no están directamente relacionadas con los Char, deben replegarse ante su poderío. Este es el caso de los Torres, quienes desde hace varios años controlan la política y tienen injerencia en las concesiones del municipio vecino, Puerto Colombia. “Les toca hacerse pasito entre ellos, los Torres no se meten en Barranquilla y los Char tampoco en Puerto Colombia, pero se hablan, porque comparten el corredor y el desarrollo inmobiliario y turístico”, contó un político de Cambio Radical.
Los Torres, que aterrizaron en el petrismo hace dos años por influencia de Armando Benedetti y que están relacionados en la supuesta entrada irregular de dineros a la campaña Petro, no le hacen campaña a Char, pero sí a su posible fórmula a la Gobernación, Eduardo Verano, quien a su vez tiene el respaldo de los liberales de la casa Ashton.
Un caso similar es el del exsenador Eduardo Pulgar, acusado por compra de votos y rival de los Char, quien al no poder desafiarlos en Barranquilla, pretender repetir una victoria en la Alcaldía de Soledad, con su candidata Alcira Sandoval, que se enfrentará a Joao Herrera, quien llega apadrinado por el propio Fuad Char.
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El liderazgo político de la casa Char
Los menos optimistas pronostican que Char logrará unos 300.000 votos este 29 de octubre y solo algunos creen que lo único que puede trabar su tercer período son los procesos judiciales, especialmente el que lo relaciona con Aida Merlano.
En la ciudad está extendido el discurso del “milagro barranquillero”, que habla de las grandes obras y de los avances de las administraciones relacionadas con los Char. “No se puede desconocer que hay una Barranquilla antes y después de 2008. Alejandro Char les quitó poder a las concesiones, construyó megacolegios y fortaleció la red hospitalaria, que por esos años no funcionaba y era famosa por los paseos de la muerte”, asegura un comerciante barranquillero.
Empresarios, académicos y diferentes sectores de la sociedad están de acuerdo con esa narrativa. Solo algunos de los rivales directos de Char la cuestionan abiertamente. “En Barranquilla hay una injusticia social tremenda, tenemos un norte de la ciudad muy bonito, pero solo es el 20 %, el sur, que viene siendo el otro 80 %, está totalmente olvidado”, señala Luis Enrique Guzmán Chams, otros de los candidatos a la alcaldía.
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En este punto coincide con Bohórquez, quien asegura que el modelo Char se raja en seguridad e inversión social. “Cómo ese candidato defiende que en grandes capas sociales la mayoría de la gente coma una o dos veces al día y que incluso se alimente con carne de caballo y de burro porque no hay más”.
Para él y para Guzmán Chams, el éxito de ese relato sobre una Barranquilla próspera también obedece a las millonarias inversiones en publicidad. “Ese autobombo que el mismo se da es falso, ellos tienen una empresa de encuestas con la que se colocan el porcentaje que quieren, pero lo cierto es que en Barranquilla hay un descontento muy grande por el hambre, la inseguridad y las altas tarifas de servicios públicos”, agrega Guzmán.
Según Marco Orozco, otro de los candidatos y tercero en las encuestas Barranquilla lleva 16 años bajo el modelo “roban pero hacen” y aunque reconoce que Char es fuerte, se une a sus otros rivales y dice que no es imbatible. “Barranquilla ha vivido un liderazgo al estilo de la monarquía, las otras opciones son invisibilizadas por los gremios, los medios y varios sectores tradicionales; apenas están surgiendo, pero la mirada va a cambiar”.
A pesar de los cuestionamientos a su modelo de gobierno, que se suman a las polémicas judiciales que lo rodean, como la del caso Aida Merlano, pocos en Barranquilla creen que algo se atraviese en el camino de Alejandro Char. Tiene todo a su favor, incluso, como lo contamos ayer, el favor de las demás casas políticas y partidos de la región.
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“El ambiente de la campaña es de mucho unanimismo, de poca deliberación pública y sin unos ejes temáticos. Además, empezó tarde, precisamente, porque todos estaban a la expectativa de la decisión de Alejandro Char”, asegura Diógenes Rosero.
La “asfixiante” hegemonía de los Char, como la Rosero, limita las alternativas políticas. A esto se suma el descrédito de la izquierda, que según algunos analistas se derrumbó con la alcaldía de Bernardo el Cura Hoyos y recibió la estocada final con el escándalo de Nicolás Petro, quien, además, como diputado no se destacó como opositor de Elsa Noguera y Jaime Pumarejo.
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