Alfonso Prada y las exigencias de ser vocero del gobierno Petro
El actual ministro del Interior también tendrá la labor de ser la principal voz autorizada del Ejecutivo. Su tarea será difícil, pues tendrá la vocería de una administración cuya imagen se comienza a resentir. Estas son las implicaciones y retos que asumirá.
De ahora en adelante, Alfonso Prada, ministro del Interior, será el portavoz oficial del gobierno de Gustavo Petro. Además de relacionarse con el Congreso y ser el principal enlace con el Ejecutivo, las comunicaciones más importantes y estratégicas para la administración Petro se harán a través de él. No es la primera vez que este figura como articulador de un gobierno, ya en 2017 fue nombrado por Juan Manuel Santos como secretario general de la Presidencia. Sin embargo, en esta ocasión, su labor va a ser trascendental, puesto que en los primeros días de gobierno se ha visto cómo Gustavo Petro y su gabinete han flaqueado a nivel comunicacional. Tanto que se ha creado una especie de inestabilidad política y económica debido a tanto mensaje encontrado.
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De ahora en adelante, Alfonso Prada, ministro del Interior, será el portavoz oficial del gobierno de Gustavo Petro. Además de relacionarse con el Congreso y ser el principal enlace con el Ejecutivo, las comunicaciones más importantes y estratégicas para la administración Petro se harán a través de él. No es la primera vez que este figura como articulador de un gobierno, ya en 2017 fue nombrado por Juan Manuel Santos como secretario general de la Presidencia. Sin embargo, en esta ocasión, su labor va a ser trascendental, puesto que en los primeros días de gobierno se ha visto cómo Gustavo Petro y su gabinete han flaqueado a nivel comunicacional. Tanto que se ha creado una especie de inestabilidad política y económica debido a tanto mensaje encontrado.
Fuentes al interior de la Casa de Nariño confirmaron que estos cortocircuito del último tiempo en términos comunicativos fueron los que hicieron que se nombrara a Prada como vocero único, una figura poco común en Colombia y que es típica del sistema estadounidense. En este mismo sentido señalaron que el ministro del Interior tendrá unas labores muy puntuales que se han venido definiendo y que se darán a conocer del todo en los últimos días. Eso sí, expresaron que el vocero oficial será el canal para las “cuestiones generales y las controversias”. En el resto de temas, sobre todo los específicos a cada cartera, los ministros seguirán hablando, lo que puede seguir dando pie a los mensajes encontrados que han tenido algunos ministerios como el de Hacienda y el de Minas y Energía.
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Por otro lado, los consultados señalaron que Prada fue la elección más clara para asumir como vocero. Las razones van desde que es uno de los que mejor comunica en el gabinete hasta que esta distinción es afín a su cargo: “quién mejor para hablar por el Gobierno que el ministro del Interior”. Lo cierto, como se dijo desde el comienzo, es que Prada ya tiene una trayectoria en estos temas, pues en el gobierno Santos fue secretario general de la presidencia y, además, de los ministros, es el que mayor trayectoria política tiene. Los otros han estado alejados de las lides por muchos años, como Ocampo; vienen de la academia; o, en su defecto, son cuotas políticas de los partidos de la coalición y poca relación tienen con el presidente.
Aunque no hay un anuncio oficial de la designación de Alfonso Prada como vocero, este martes hubo una reunión del presidente Gustavo Petro con los principales directores de los medios de comunicación bogotanos y allí se comentó el papel que asumiría el ministro del Interior. En ese encuentro, el Ejecutivo reconoció que habían cometido muchos errores en comunicación, por lo que iban a nombrar a Prada como portavoz. En este encuentro se confirmó que se mantendrá un grado de libertad del discurso entre los que están en el Ejecutivo, pero los temas más importantes pasarán obligatoriamente por el vocero. Aunque también se venía pidiendo un cambio de tono desde el gobierno, parece que esto no será así y lo único que se haría en esta área es tener una mayor cercanía a medios y explicar más.
La elección de un vocero era algo que el gobierno de Gustavo Petro venía estudiando desde hace más de un mes. En el retiro de ministros que se realizó en Hatogrande ya se comenzaba a hablar de centralizar la mayoría de los mensajes hacia la “paz total” y la necesidad de un vocero que canalizara gran parte de las comunicaciones. En esa reunión ya se había dicho que “todo debe estar en conexión con presidencia”. Desde ese momento se venía planteando una aproximación distinta con los medios y que incluía reunión con directores de medios de comunicación. Precisamente toda esta estrategia de comunicaciones se habría materializado en la reunión de este martes, pues fue un encuentro con los principales medios del país y al mismo tiempo se anunció el nuevo rol que jugará Prada en el gobierno.
Las implicaciones de un vocero único
La designación de un vocero demuestra que el gobierno entendió que estaba flaqueando en el área de las comunicaciones, sobre todo ante los mensajes tan dispares que emitían sus miembros. No obstante, no está claro si la decisión fue tomada a tiempo, pues desde hace varios meses se venía hablando de la necesidad de centralizar las comunicaciones. Para la experta en comunicación política Nury Astrid Gómez, el daño en la credibilidad “ya está hecho”. Aunque se intente generar confianza con el vocero único, para Gómez, ya se ha sembrado la imagen de que en el gobierno hay “múltiples voces, contrarias, incoherentes y alarmantes”.
En un sentido también crítico, Carlos Andrés Arias, experto en comunicación política y docente, comentó que no es una de las estrategias más apropiadas puesto que lo que se debió hacer era diseñar una hoja de ruta para alinear a todos los funcionarios en una sola narrativa de gobierno y lo que hicieron fue generar un “escenario paliativo para un fenómeno que la afecta la imagen al presidente y le genera problemas de gobernabilidad”. Juan Sebastián Delgado, consultor de comunicación política, tuvo un mismo diagnóstico sobre el costo que venía acarreando el gobierno por las falencias comunicativa y en este mismo sentido destacó la medida.
Delgado calificó la estrategia como un intento de unificar la comunicación “para que haya claridad en lo que transmite el gobierno Petro”. El consultor en comunicaciones opinó que lo mas probables es que el presidente se vaya dedicar en la ejecución “en vez de salir a aclarar temas y limar asperezas”. La comunicación, según Delgado, quedará en manos de alguien experimentado mientras que el presidente se centre en gobernar. Eso sí, advirtió que esto no va a ser del todo así, “pues Petro no es una persona que se oculte o se haga del todo el lado. No se va a ocultar de la comunicación. Será un presidente muy tuitero, teniendo ese contacto con la ciudadanía”. Puede que este canal, el de las redes sociales, entre a ser una forma de comunicación alterna al vocero oficial.
Como un complemento a esta tesis, Nury Astrid Gómez señaló que la vocería puede llegar a funcionar en los primeros días hasta que el presidente use distintos canales, como puede ser el Twitter, para desmentir lo que diga Prada, lo que terminaría deslegitimando el papel como vocero. “No es fácil anticiparse al relato de Petro, algo improvisado, febril y en tono de campaña permanente. No se ha pasado aún a la comunicación de gobierno y se sigue respondiendo como hace 6 meses”, aseveró la experta. Aunque esto es una simple posibilidad de la que no están seguros los expertos, la mayoría de consultados señaló que Prada fue la elección ideal para asumir esta nueva dignidad en el gobierno Petro.
“Alfonso Prada era la persona más indicada, tiene la experiencia política y porque él mismo sabe que es tener los medios de comunicación en contra, como cuando estuvo en el gobierno Santos. Prada tiene el cuero y la retórica suficiente para asumir los diferentes escenarios en los que el gobierno nacional está siendo criticado”, expresó el profesor Arias. De forma similar se manifestó Delgado: “Alfonso Prada es un político experimentado, no es el primer gobierno, sabe cómo se hace la gestión y comunicación pública”. Para este último, también podía haberse designado a José Antonio Ocampo como vocero, acción que ya ha venido haciendo cuando sale a apagar los incendios causados por las declaraciones de su compañeros, pero su labor frente a los temas fiscales y económicos del país no podían ser desatendidos.
En cambio, Nury Astrid Gómez no ve con tan buenos ojos que fuese Prada el escogido para ser el vocero del gobierno. “El nombramiento de Prada, santista de vocación, suscita más temores que tranquilidades: tono ejecutorio, sin diálogo, sin negociaciones”, fueron los reparos de la experta frente al actual ministro del Interior. Más allá de si es una correcta designación o no, Prada tendrá una compleja tarea ya que, como señala Gómez, su tarea será “generar confianza en los públicos como única voz autorizada del gobierno”, y tendrá que asumir una imagen del Ejecutivo que ha comenzado a resentirse, como dejan verlas últimas encuestas sobre la percepción de la labor del gobierno.