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Alfredo Vásquez Carrizosa, un conservador diferente

A los ojos del presente, Vásquez Carrizosa ha llegado a ser considerado un gran progresista. Pero lo cierto es que su filiación siempre fue conservadora.

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20 de febrero de 2021 - 02:20 a. m.
Alfredo Vásquez Carrizosa
Alfredo Vásquez Carrizosa
Foto: Archivo
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Los derechos humanos fue el tema central en la vida de Alfredo Vásquez Carrizosa. Y, como no, sus más grandes aportes a la Constitución de 1991 se enfocaron a ese punto. Los constituyentes que compartieron con él en la Comisión Tercera, de la que fue presidente, o los que lo llegaron a escuchar en plenaria apunta a lo mismo: “fue un profundo humanista y defensor de los derechos de la gente”. Aunque era el más viejo de todos los presentes en el Centro de Convenciones Gonzalo Jiménez de Quesada -compañeros de comisión como José Matías Ortiz lo recuerdan por andar” siempre con un bastón y varios libros debajo de brazo”-, su arduo trabajo fue fundamental para temas como la construcción de la carta de derechos, la creación de la Defensoría del Pueblo y acabar una vez por todas con el estado de sitio permanente.

A los ojos del presente, por los aportes mencionados anteriormente, Vásquez Carrizosa ha llegado a ser considerado un gran progresista. Pero lo cierto es que su filiación siempre fue conservadora. Y es que su cuna no pudo ser más azul. Su padre fue el general Alfredo Vásquez Cobo, héroe conservador de la guerra de los mil días y candidato presidencial con el que Guillermo Valencia se quitó votos en las elecciones de 1930 -división entre los conservadores que sirvió para que el liberal Enrique Olaya Herrera llegara al poder-. Sin embargo, el excanciller y primer presidente del comité permanente por la defensa de los derechos humanos fue un conservador diferente a los de su tiempo, como lo reconocen sus cercanos.

Con el carné conservador, este fue representante a la Cámara y fue secretario general de presidencia durante el gobierno Roberto Urdaneta, incluso presenció el golpe de Estado ejecutado por Gustavo Rojas Pinilla. Luego, en el Frente Nacional, fue embajador en Reino unido, Bélgica y la OEA. Su más grande logro como diplomático llegó cuando fue designado canciller, en el gobierno de Misael Pastrana. En este cargo habría nacido la pasión y compromiso de Vásquez Carrizosa por los derechos humanos. Según Álvaro Echeverry, uno de sus amigos y compañero de comisión en la constituyente, el entonces canciller “dio un giro a posiciones progresistas con el golpe de estado en Chile”. Ante las persecuciones y violaciones a los derechos del dictador Augusto Pinochet, Alfredo Vásquez abrió la embajada colombiana para los refugiados y los trajo al país en asilo.

Su salida del Ministerio del Exterior le permitió dedicarse por completo al tema de los derechos humanos, un aspecto del que fue uno de los primeros abanderados en el país. En esa línea fue fundador del Comité Permanente de los derechos humanos junto con Gabriel García Márquez, Héctor Abad Gómez, Luis Carlos Galán, Rodrigo Lara, entre otros interesados en este tema. De esta ONG fue presidente desde sus principios en 1979, hasta su muerte. En medio de esta lucha, fue uno de los que se atrevió a alzar la voz en contra de los atropellos del estatuto de seguridad del gobierno de Julio César Turbay Ayala, periodo en el que los excesos de la Fuerza Pública fueron tolerados y patrocinados bajo la excusa de la lucha antisubversiva.

Alfredo Vásquez Carrizosa compaginó la defensa de los derechos humanos con una experticia constitucional que pocos desarrollaron en su generación. Fue considerado uno de los constitucionalistas colombianos más destacados del siglo XX, característica que se evidenció en sus obras en dicho campo del derecho. Uno de los textos más relevante de Vásquez Carrizosa fue “El poder presidencial en Colombia”. Este sirvió como denuncia del excesivo poder presidencial en el ordenamiento del país de la época. Además, según el constituyente Álvaro Echeverry, fue una de las guías usadas durante la asamblea constituyente “para las iniciativas de debilitar la institución presidencial”.

Un conservador líder de la UP

Contrario a lo esperado, la llegada de Vásquez Carrizosa a la Asamblea Nacional Constituyente no fue por el Partido Conservador -que para ese momento incluyó en su nombre la palabra Social-, sino que fue la cabeza de la lista por la vida, creada por la Unión Patriótica. En esta fue acompañado por Aida Avella, que aún recuerda lo importante que fue trabajar de la mano del defensor de derechos humanos: “Fue de los que más admiré de la asamblea, no por ser mi compañero de lista sino porque era una luminaria. ‘Si no se respeta la vida, no se respeta ningún otro derecho’, esa frase me la dijo él y ahora la uso de forma recurrente”.

Desde el primer día, Alfredo Vásquez Carrizosa dejó sentadas las bases de su trabajo en la constituyente. Durante la instalación, este leyó un discurso de tres páginas en las que tomó palabras prestadas de Winston Churchill para decir que el nuevo texto constitucional “debía eliminar tanta “sangre, sudor y lágrimas” del pueblo colombiano”. Además, llamó la atención sobre los delitos atroces en el país, insistió en la necesidad de centrarse en los derechos humanos y fijó el estado de sitio como el gran enemigo a vencer por la asamblea: “No hay Estado de Derecho en Colombia, o sea, el poder controlado por las reglas constitucionales con un espacio de seguridad para la persona. El Estado de Sitio permanente reemplaza, desde hace más de cuarenta años, la urdimbre de lo que fue la Carta Fundamental de Colombia”.

Gracias al acuerdo de repartición de las dignidades, en la que las listas mayoritarias se hicieron presidentes de la asamblea (Serpa, Navarro y Gómez), la cabeza de la UP fue el presidente de la Comisión Tercera, encargada de las reformas al Estado. Aunque “como presidente no podía intervenir, solo los moderaba”, según contó el constituyente Echeverry, desde dicha dignidad supo guiar los debates y apoyar esas iniciativas que apuntaban a acabar el estado de sitio y restarle poder al presidente. También, insistió en la creación de la Defensoría del Pueblo, pues era un fiel creyente de se necesitaba “un funcionario cuya función principal sea la defensa de los derechos humanos”.

En este mismo sentir, Vásquez Carrizosa fue fundamental para que los tratados internacionales relacionados con la protección a los derechos humanos pasaran de inmediato al bloque de constitucionalidad. Por otro lado, una labor poco reconocida del excanciller al interior de la constituyente fue enseñar sobre el funcionamiento del Estado a los exguerrilleros que recién habían dejado las armas para participar de la redacción de la nueva constitución. Así lo relató a este diario el constituyente José Matías Ortiz, que fue uno de los representantes del PRT en la constituyente: “su capacidad de maestro fue grandísima, nos enseñó cómo funcionaba el estado colombiano. Veníamos de las armas y no conocíamos el estado por dentro”.

Hace 30 años se llevó a cabo el proceso constituyente y en la memoria de los compañeros de comisión de Alfredo Vásquez Carrizosa aún está el recuerdo de “hombre de profundo conocimiento y sencillez”. Cuando se cuestiona sobre su aporte a la Constitución de 1991, su huella es fácilmente identificable. Su trayectoria como diplomático, defensor de derechos humanos y constitucionalista fue esencial para que fuera uno de los asambleístas que se destacaron durante los cinco meses en los que 74 delegados escribieron la actual carta magna del país. Sin su aporte, el tema de los derechos tal vez no tendría la relevancia que tiene hoy en el ordenamiento colombiano.

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Pedro Juan Aristizábal Hoyos(86870)13 de mayo de 2025 - 03:16 a. m.
El novelista Juan Gabriel Vásquez es uno de los descendientes de este estadista luchador de los derechos humanos
daniel(ljjjf)20 de febrero de 2021 - 09:25 p. m.
y pensar en lo que esta la defensoria del pueblo hoy en día , una mano de costeños herencia del ÑEÑ. Lastima el trabajo de personas tan brillantes como Vasquez C , todo reducido a entrega de puestos
Usuario(64126)20 de febrero de 2021 - 04:06 p. m.
Ser humano, en su concepción más excelsa.
zeksalev(5755)20 de febrero de 2021 - 04:02 a. m.
Sería ilustrativo para esta época y un homenaje para el períclito , Alfredo Vásquez Carrizosa, que el Espectador, publicara, en una separata especial, si no todos, sí gran parte de las formidables columnas que escribió para este Diario y que se publicaron. Sería una cátedra esplendorosa sobre los Derechos Humanos.
zeksalev(5755)20 de febrero de 2021 - 03:57 a. m.
Alfredo Vásquez Carrizosa, un ser humano extraordinario. Su talante progresista, liberal, mucho más liberal que los carnetizados de ese partido de aquella época, concomitante y posterior al Frente Nacional, mostraban un humanista de izquierda, compenetrado con las angustias de los desvalidos. Los doctrinantes conservadores lo consideraba comunista. Y, yo creo que lo era.
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