Alto turmequé: sin táctica
Los mejores confidenciales del poder en Colombia.
Sin táctica
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Sin táctica
Los últimos cambios en la cúpula militar abrieron un debate profundo en el Ministerio de Defensa. La preocupación es por la decisión de dar por finalizados los Comandos Conjuntos Unificados, metodología implementada por las fuerzas militares desde hace cerca de 30 años, que ha permitido dar los golpes más importantes contra el narcotráfico y el terrorismo. Según expertos en estrategia militar, su desmonte tiene una altísima complejidad que pondría en riesgo la seguridad del país. La estrategia surgió por recomendación de Estados Unidos y bajo el cumplimiento de las normas de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Eliminar el trabajo conjunto tras décadas de éxitos significa que el Ejército Nacional, la Armada y la Fuerza Aérea actuarán de manera independiente, perdiendo la coordinación que se ha logrado con tanto esfuerzo, dividiendo la inteligencia y compartimentando esfuerzos.
Se busca presidente
Uno de los cargos vacantes más apetecidos es la presidencia de ISA, la principal empresa colombiana de negocios de energía, propiedad de Ecopetrol. Tras la salida de Juan Emilio Posada, hace siete meses, el timón lo ha llevado un encargado. La Junta Directiva, renovada a comienzos de 2024, ha recibido máximas presiones para inclinar la balanza entre candidatos, todos pesos pesados. Lo cierto es que la decisión final la tendrá Korn Ferry, firma cazatalentos que avanza en la decisión más esperada del año. El sonajero de candidatos va desde Mónica Contreras hasta Juan Ricardo Ortega, pero un nombre está teniendo mayor relevancia. Se trata de Jorge Carrillo, expresidente de EPM, que, con 30 años de experiencia en el sector, se convierte en el candidato más opcionado para la firma cazatalentos, y el Gobierno lo ve con buenos ojos.
La división chavista
Varios de los políticos colombianos que sí lograron entrar a Venezuela para observar el polémico proceso electoral del pasado domingo, todos de izquierda, confirmaron que, más allá del ruido por el posible fraude electoral que tiene sumido a ese país en una profunda crisis, quedó en evidencia una división en las entrañas del chavismo. Lo que dijeron es que Nicolás Maduro y la familia Rodríguez —entre ellos Delcy (vicepresidenta) y Jorge (presidente de la Asamblea)— sí estaban en disposición de negociar una transición con la oposición para entregar el poder, pero que el grupo del ala militar, liderado por Diosdado Cabello y Vladimir Padrino, no cedieron en su radicalismo y se plantaron en su negativa a dar ese paso. Esas diferencias vienen desde 2013, cuando el fallecido Hugo Chávez designó como su heredero a Maduro por encima de Cabello. El gobierno de Gustavo Petro fue informado.
La queja opositora
Los dos partidos más grandes de la oposición, Centro Democrático y Cambio Radical, le han hecho llegar varios mensajes al Gobierno en torno a la hasta ahora nula comunicación con los delegados de la Casa de Nariño para el diálogo político. La molestia está dirigida especialmente hacia el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, de quien aseguran expresó varias veces su disponibilidad de reunirse con los críticos del Ejecutivo, pero la cita sigue pendiente. Incluso, según algunos legisladores de esas dos colectividades, ni siquiera en el Congreso han logrado entablar los puentes. Todo esto deriva en que en el pleno arranque del tercer año legislativo ya haya presión sobre 10 miembros del gabinete que están citados a debates de control político y de mociones de censura.
Los liberales y Gaviria
En las toldas del Partido Liberal se comenzó a reconocer que, pese a todos los intentos por sacarlo de la jefatura única de la colectividad, el expresidente César Gaviria está afianzado en esa dignidad. Incluso, de acuerdo con varios miembros de la bancada roja, los mismos congresistas le mantienen su respaldo. Todo esto se da a menos de tres meses de que se realice la convención nacional, en la cual se vería ratificado el liderazgo del exmandatario; eso sí, hay un grupo de legisladores que exigen una renovación y que, por lo mismo, insistirán en pavimentar el camino para que Gaviria salga de la presidencia del partido.
Petro y Lafaurie
El jueves de esta semana se registró una cita que, para el grueso de la opinión, pasó desapercibida. Resulta que el presidente Gustavo Petro dialogó de forma directa y privada con el líder de Fedegán, José Félix Lafaurie, quien había solicitado ese encuentro para expresar sus puntos de vista sobre la frenada negociación con el ELN. Ese grupo criminal venía esquivando las comunicaciones con los delegados del Gobierno —en esa parte de la mesa de conversaciones está Lafaurie—, por lo que el vocero gremial le dijo al jefe de Estado que es necesario analizar si es hora de evaluar el cese al fuego y mirar opciones militares. Petro lo escuchó, pero al final —según algunas fuentes— se limitó a expresarle que ese tipo de decisiones deben tomarse en el seno de su equipo de paz.
*Nota de la redacción: Uno de los turmequés que hacía referencia al ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, al secretario del Senado, Gregorio Eljach, y al excontralor Felipe Córdoba fue despublicado por tratarse de información inexacta.