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Prospere o no la revocatoria en su contra, Daniel Quintero será recordado como el primer alcalde sometido a un proceso de ese calibre en Medellín. Así, el actual mandatario puso fin a la habitualmente amena y serena relación de los alcaldes de la capital de Antioquia con sus habitantes, y abrió la puerta a un pulso para que sean los ciudadanos quienes decidan su permanencia en el cargo. Y para ser la primera vez, la iniciativa avanza y cada día tiene nuevos impulsos en línea con las pretensiones de sus promotores y en contra de los intereses de Quintero. Una muestra de ello -que ejemplifica además la tensión que se vive en Medellín y la antesala electoral de este 2022- es lo ocurrido en los últimos 15 días.
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Y es que la temporada navideña y de fin de año no fue del todo grata y gozosa para el mandatario paisa. Apenas el 25 de diciembre, pasada la Nochebuena, la Registraduría -a cargo de Alexánder Vega- confirmó que el movimiento de revocatoria “Pacto por Medellín” consiguió las rúbricas necesarias para darle vía libre al procedimiento. En total, el comité presentó 383.685 firmas de las más de 91.291 requeridas. Al final, el organismo avaló 133.248. Es decir, al menos una de cada tres rúbricas recibió la bendición.
Desde entonces se intensificó todavía más la polarización y comenzó una andanada de acusaciones y denuncias por parte de Quintero, quien sostuvo que “existió un proceso sistemático de falsificación” de las firmas y llegó a decir que el 60 % de los apoyos provenían de ciudadanos que no eran de la capital antioqueña. Incluso, el mandatario amenazó con denuncias ante autoridades electorales y la propia Fiscalía. No obstante, el baldado de agua fría le llegó apenas el lunes, cuando la Registraduría -ante una impugnación presentada por él, que puso en duda cerca de 35.000 firmas- revalidó las rúbricas y confirmó que casi 133.000 son sólidas.
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En respuesta, el alcalde se limitó a decir en su cuenta en Twitter que “las calles de Medellín dicen que la revocatoria se convertirá en un plebiscito contra sus promotores: el uribismo, el Pacto de Chuscalito, los carteles empresariales, los condenados por Hidroituango y los condenados por parapolítica”.
¿Qué viene ahora? Superado el proceso más engorroso y dispendioso, el asunto queda en manos del Consejo Nacional Electoral (CNE), que debe examinar la contabilidad del comité y verificar que no hubo irregularidades como violación de los topes de financiamiento. En caso de cumplir ese indispensable requisito y antes de dos meses, la Gobernación de Antioquia será la llamada a definir la fecha de la votación. La revocatoria tendrá vía libre si a su favor se pronuncian al menos la mitad más uno del 40 % de los votos válidos en la elección de 2019. Quintero obtuvo 783.820 apoyos, o sea que mínimo deberían acudir a las urnas 313.528 ciudadanos, de los cuales, 157.361 deberá pronunciarse a favor de su salida.
Sin embargo, entre los partidarios de la revocatoria hay ansiedad y un dejo de temor por lo que pueda venir. Aunque lograron una primera victoria con el OK de la Registraduría, inquieta lo que vaya a pasar en el CNE, pues fue justamente en esa fase que se estancó otro proceso similar y de igual solidez: el adelantado contra el entonces alcalde de Bogotá, Enrique Peñalosa. Si bien dice que el asunto no le preocupa, el vocero del comité “Pacto por Medellín”, Andrés Rodríguez, le aseguró a El Espectador que se han blindado en todos los frentes para evitar cualquier palo en la rueda, considerando además que, desde ya, el abogado del alcalde, Alfonso Portela, anunció que interpondrá una tutela contra la decisión de la Registraduría.
“Presentamos una contabilidad ordenada. Justo nos llegó una solicitud del CNE para aclarar cuatro asuntos sobre la estructura de un donante. Eso creo que sale esta semana. No pidieron explicaciones de nada más. Son detallitos (pero) con el CNE es como adivinando, toca estar encima y pendiente con los contadores. Nos blindamos para que no nos pasara lo que ocurrió con las revocatorias de (Gustavo) Petro y Peñalosa. La de Petro se cayó porque la llenaron de tutelas y con Peñalosa porque nunca hubo un informe de cuentas por parte del CNE. Tenemos todos esos antecedentes y lo que hemos hecho es curarnos en salud y hacer las cosas bien”, explicó, señalando que Quintero ha buscado deslegitimar el proceso “a punta de mentiras” y augurando que en máximo dos semanas tenga fecha, que coincidiría con las elecciones al Congreso (13 de marzo) o días previos.
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Para la politóloga paisa Nury Astrid Gómez, especialista en comunicación política y magíster en imagen pública y neuromarketing, el “paso crítico” precisamente estará en el CNE y no tanto en la tutela de la defensa del alcalde. Según la también profesora universitaria, los anuncios que se están haciendo de parte y parte no son más que “insumos para generar opinión pública, propiciar conversación y mantener el relato establecido”.
A su turno, la también analista política y especialista en temas de movilización ciudadana Lina Guisao Crespo advierte que lo que se avecina ahora es toda suerte de leguleyadas de parte y parte para acelerar o frenar la revocatoria. En ese sentido, señala que Quintero “la tiene más sencilla porque a punta de trabas y tutelas la pueden dilatar”. No obstante, destaca que el comité tiene los tiempos holgados para la votación. Frente al CNE indica que es una instancia política, en la que “los magistrados tienen inclinaciones probadas”, por lo que se trata de un pulso político, más que jurídico.
Lo que se esconde detrás de la revocatoria, a meses de elecciones y en medio de un ambiente polarizado, es una Medellín -desde la perspectiva de Gómez- en “tensión por el deterioro de servicios que no fallaban, como la recolección de basuras, los jardines públicos, la atención de adultos mayores y niños o la seguridad en barrios”. De acuerdo con la analista, se trata de “problemas que ve y siente el ciudadano en su cotidianidad”, mientras que la polarización está en la opinión pública y en las redes, no tanto en las calles. “La narrativa de uribistas vs. independientes es de medios. No es de la gente, es de intereses particulares”.
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En ello coincide Guisao, quien reconoce que el ambiente está muy caldeado, pero solo en los escenarios políticos. De acuerdo con la analista, la ira y el miedo serán los sentimientos que van a movilizar las partes para llegar a las urnas. “El hecho que se dé en un ambiente preelectoral va a hacer que la agenda política de candidaturas a Congreso esté alrededor de la revocatoria. La muestra son los candidatos del Centro Democrático que ni están teniendo candidaturas programáticas, sino como voceros de la revocatoria”.
Lo cierto hoy, a tres meses de las legislativas y cinco de la primera vuelta presidencial, es que Medellín enfrenta su primer proceso revocatorio, luego de “20 años de relativa estabilidad institucional y trabajo tripartita entre Estado, empresa, ciudadanía, y una cuarta: la academia. Se generaba una relación de confianza para la superación de crisis”, según Nury Gómez.
Sin embargo, para Lina Guisao, Quintero se metió con los valores y representaciones más profundas de lo construido como “mitos de la berraquera” paisas, como las empresas públicas, el Grupo Empresarial Antioqueño (GEA) o trabajar con compañías y contratistas de otras regiones, justo los hechos que van a ser “caballitos de batalla” de la revocatoria para “hacer que la gente salga berraca a votar y mientras todo esto pasa, la seguridad a pique, los homicidios al alza, la malla vial y semáforos caídos,, pero toda la clase dirigente metida en este pugilato de colegio”.
En contexto: ¿Qué está pasando a nivel político en Medellín?
Para el vocero del comité revocatorio, hoy la ciudad está atravesando el momento político más difícil de su historia después de los tiempos del capo Pablo Escobar. Aun así, declara que son un pueblo resiliente, que ha sabido pasar de su época más violenta a la más innovadora. “Vamos a salvar a Medellín. En este momento tiene una enfermedad terrible que es el alcalde y todo el gabinete político que la gobierna. Estamos a tiempo de revocarlo y que llegue alguien que nos una y nos lleve por buen camino y permita el saneamiento del erario y revele todos los temas de corrupción”.
Al proceso aún le falta tiempo, con todo y sus avances. Pese a ello, no se pueden dejar de lado los antecedentes y las trabas que han caracterizado a este tipo de procedimientos. En todo caso, serán los medellinenses los llamados a definir el rumbo de su ciudad y acordar si lo más conveniente es hacer a un lado a Quintero o mantenerlo en su cargo y creer en su gestión, a la espera de la tan anhelada unidad y fortalecimiento de la institucionalidad. Es decir, más allá del rifirrafe político, la ciudadanía tendrá la última palabra.
JAVIER GONZÁLEZ PENAGOS
TWITTER: @Currinche