Así funciona la “cascada” para garantizar gente en los eventos de Petro y Márquez
El Espectador habló con dirigentes sindicales y de organizaciones sociales, así como con políticos, para entender cómo funciona la logística para los eventos del presidente Petro.
Leonardo Botero Fernández
La logística de los 362 eventos que han realizado el presidente Gustavo Petro y la vicepresidenta Francia Márquez no solo necesitan de plata para su organización. También necesitan de una suerte de “cascada” de colaboradores y aliados en la que desde lo nacional hasta lo local se convoca a las personas para que acompañen al mandatario.
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La logística de los 362 eventos que han realizado el presidente Gustavo Petro y la vicepresidenta Francia Márquez no solo necesitan de plata para su organización. También necesitan de una suerte de “cascada” de colaboradores y aliados en la que desde lo nacional hasta lo local se convoca a las personas para que acompañen al mandatario.
En efecto, el jefe de Estado ha convertido en un leitmotiv de su Gobierno el llamado al “poder constituyente” para que sea el que tome las principales decisiones de su mandato. Lo ha dicho en distintos escenarios, como cuando en Chocó, en julio pasado, volvió a plantear la construcción de un tren interoceánico en el departamento. Pero diciéndole a los asistentes al evento del lanzamiento de las Juntas de Internet en el corregimiento de Domingodó en el municipio de Carmen del Darién que la decisión debía ser de ellos, mediante una consulta popular.
Esa pulsión de Petro de llamar a las calles también lo ha llevado a pedirles a sus seguidores que defiendan su agenda reformista. Así, ha logrado convocar movilizaciones que resultan siendo en contra del Congreso o de la rama judicial, como pasó en septiembre pasado cuando convocó a la “marcha de las canas” para defender la reforma pensional, que fue demandada ante la Corte Constitucional.
La convocatoria también exige de una logística que trasciende el atractivo de Petro para salir a las calles. Ese respaldo se ve con sindicatos, como la CUT y la CGT, así como la fuerza de los aliados políticos, desde los congresistas del Pacto hasta los diputados, concejales e, incluso, miembros de Juntas de Acción Comunal, que se echan al hombro el trabajo de convocatoria que combina las redes sociales y el voz a voz.
Ante el peso de esos eventos en los dos años y medio de Gobierno, El Espectador buscó entender cómo funcionan. A fin de cuentas, aunque los anteriores inquilinos de la Casa de Nariño también destinaron recursos a la realización de eventos, en el actual Gobierno se han acentuado como una estrategia política.
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Este diario realizó un rastreo de los eventos realizados en estos dos años y medio. Así, encontró que entre el 7 de agosto de 2022 y el 31 de octubre de este año, Petro estuvo en 263 “plazoletazos” y Márquez, 99. Para ello, el Departamento Administrativo de la Presidencia (Dapre) ha suscrito seis convenios interadministrativos, por un total de 35.766 millones de pesos, de los que cinco fueron con Plaza Mayor y uno, el más reciente, con Feeling Company. De esa forma se encontró que, por ejemplo, para los “Gobierno con el pueblo” que realizó en mayo de este año se destinaron, por lo menos, 491 millones de pesos.
Sin embargo, la plata solo cuenta una parte de la historia. La otra tiene que ver, sobre todo, con la política. El Espectador conversó con líderes y aliados políticos y de organizaciones nacionales, pero también locales para entender cómo funciona.
Las personas consultadas coincidieron en que la convocatoria suele tener un mismo origen: las redes sociales del presidente, particularmente, su cuenta en X. Es allí donde Petro suele llamar a las personas, independiente de si son de su círculo político o no.
A partir de ese llamado, comienza la articulación, aunque también se admite que mucho de ese movimiento se da de manera orgánica.
Así lo explica Heidy Sánchez, concejala de Bogotá por la Unión Patriótica –que hoy hace parte del Pacto Histórico–: “Una vez se convoca a la movilización, se le envía a las personas para que participen”. Como suele ocurrir en la política colombiana, detrás de cada persona que llega hay una curul, hay detrás líderes locales –como, por ejemplo, lo son presidentes de Junta de Acción Comunal– quienes también tienen poder de convocatoria.
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Es decir, la cascada empieza por el presidente, su círculo se amplía a los 45 congresistas del Pacto Histórico. Ellos, a su vez, acuden a sus equipos, que se reparten según la región en la que viene. Por ejemplo, Sánchez es cercana a Gabriel Becerra, representante de la UP. Así también lo explica el representante Alejandro Toro, quien cuenta con coordinadores en cada una de las nueve subregiones de Antioquia. En toda esa logística, las redes sociales son claves. Es el caso de Toro, quien se comunica con sus coordinadores a través de WhatsApp.
Ese actuar se evidenció cuando se realizó en Carmen de Viboral (en el Oriente antioqueño) un acto de pedido de perdón a las víctimas de la masacre de la vereda La Esperanza. El pasado 8 de octubre, cerca al parque principal, personas con mensajes de respaldo al Gobierno actual llenaron un auditorio en el que Petro, además de pedir perdón a las víctimas, habló del supuesto “golpe blando” en su contra.
Así también lo explica Héctor Samudio, de la Mesa Técnica del Pacto Histórico en Bolívar, quien resalta una “ventaja” para los llamados a los actos públicos: “En el Pacto hay muchas organizaciones sociales, incluyendo a las centrales obreras. Nosotros no nos desarticulamos y seguimos levantando las banderas del progresismo y estamos prestos a continuar en la brega”.
Y 2026 también está en la mira. Samudio, quien también es ejecutivo de la Central Unitaria de Trabajadores en Cartagena, cuenta que, en las últimas semanas, ha habido convocatorias locales para los “compañeros Carolina Corcho y Gustavo Bolívar, que están en la baraja”. Se refiere a los nombres de los precandidatos que empiezan a sonar de cara a las próximas elecciones.
En esa línea, y como ya se dijo, las organizaciones de origen sindical también tienen un peso en la historia. Sánchez, Samudio, Becerra y otras fuentes consultadas se refieren a la Coordinadora Nacional por el Cambio. Hasta 2022, esta fue la llamada Coordinadora del Paro Nacional. Sin embargo, con el triunfo del petrismo, optaron por renombrarse para marcar su cercanía con el presidente.
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Carlos Arturo García está a cargo de la Coordinadora a nivel nacional. Resalta que el “espacio de articulación se ha mantenido para defender, mediante la movilización en la calle, este proyecto político”. Se trata de una idea que comparten tanto en la Casa de Nariño como en los sindicatos. En el rastreo de El Espectador, se encontraron cuatro marchas progobierno, que contaron con, por lo menos, 318 millones de pesos.
En ese tipo de eventos, además, debe haber otra articulación referente a la seguridad de Petro. Y es que ahora es oportunidad. Ya la posibilidad de dormir en la casa de algún seguidor, como ocurrió en la campaña de la segunda vuelta cuando pasó una noche en la casa de una seguidora en Chocó, parece más difícil. Percy Oyola, presidente de la Confederación General de Trabajadores (CGT), explica que si en alguna marcha promovida por sindicalistas estará el jefe de Estado, hay reuniones con la Casa Militar.
Así ocurrió en los días previos al 1 de mayo de este año, que terminó con un “tarimazo” en la Plaza de Bolívar, en la que Petro habló y anunció, entre otras, la decisión de cortar relaciones con Israel.
“En la Coordinadora Nacional para el Cambio es donde surgen las movilizaciones. Nosotros somos quienes decidimos si el Gobierno las acompaña, como, por ejemplo, el pasado 1 de mayo”, cuenta Oyola. Y, aunque tienen esa autonomía para las convocatorias, también es cierto que el presidente Petro sí suele ser el principal promotor.
Así quedó en evidencia el pasado 21 de noviembre, cuando la Coordinadora llamó a las calles para conmemorar los cinco años del Paro Nacional. Aunque hubo congresistas que se pronunciaron en redes sociales, no hubo una participación de políticos, incluyendo al presidente, en las movilizaciones. Esa fue, justamente, una de las razones por las que apenas marchó apenas un centenar de personas por la Avenida Séptima hasta la Plaza de Bolívar en Bogotá.
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Esta logística de cara a continuar llenando los “plazoletazos” de Petro, empezará a cobrar especial importancia de cara al 26. Cuando llegue el día de las elecciones, se sabrá si ese deseo de salir a las calles se reflejará en las urnas, en medio del proyecto reeleccionista del progresismo que impulsa el presidente.
Esta es la tercera entrega del especial sobre cómo es la lógica y organización de los eventos del presidente Gustavo Petro y de la vicepresidenta Francia Márquez, quienes han apostado por acercarse a sus seguidores mediante actos públicos. Lea aquí la primera y la segunda entrega.
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