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Aunque el voto en blanco se perfila como una de las más fuertes opciones de cara a la segunda vuelta presidencial, sus efectos son nulos así gane en las urnas el 17 de junio. Y es que en el reacomode de fuerzas políticas alrededor de los candidatos Iván Duque y Gustavo Petro hay varios sectores que no ven en ninguno de ellos una opción ideal para suceder a Juan Manuel Santos.
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Sin embargo, los resultados de las elecciones del 27 de mayo evidencian cómo el rechazo por un proceso en las urnas ha decrecido entre los colombianos, pues mientras que en 2014 el voto en blanco obtuvo 619.396 sufragios, 4,02 %, este año apenas alcanzó los 341.087 votos, es decir, 1,76 %. Si el triunfo en primera vuelta hubiese sido para los que marcaron esta opción, la Constitución obliga a repetir las elecciones por una sola vez. Eso no aplica en la segunda vuelta, aunque la casilla no puede ser eliminada.
Para ese entonces, los aspirantes eran el presidente-candidato Juan Manuel Santos, el exministro uribista Óscar Iván Zuluaga, las exministra Marta Lucía Ramírez y Clara López, y el hoy alcalde de Bogotá, Enrique Peñalosa. Y como se hizo necesaria una segunda vuelta, los resultados del voto en blanco variaron reduciendo su apoyo en las urnas. En ese segundo llamado a votar, la cifra fue la arriba mencionada mientras que en la primera, la casilla sin nombre logró 770.496 votos.
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¿La razón? Una sentencia de la Corte Constitucional de 2011 señala que el voto en blanco es “una valiosa expresión del disenso con efectos políticos a través del cual se promueve la protección de la libertad del elector”. Pero la cifra podría ser revertida, pues el excandidato Sergio Fajardo (con 4,5 millones de votos) anunció que votará en blanco y es posible que muchos de quienes lo apoyaron también.
El voto en blanco en Colombia, en todo caso, ha sido volátil y nunca ha faltado en el tarjetón desde que esta opción se implementó en el país. Para las elecciones presidenciales de 2010, en las que se enfrentaron el actual presidente Juan Manuel Santos, el exalcalde Antanas Mockus, el exvicepresidente Germán Vargas Llaras, el hoy candidato Gustavo Petro, la exministra Noemí Sanín y el actual consejero para el Posconflicto, Rafael Pardo, el voto en blanco logró en primera vuelta 223.977 apoyos. Para la segunda, aumentó la cifra a 444.274, quedando de finalistas Santos y Mockus.
(Magistrado del CNE pide excluir el voto en blanco del tarjetón a segunda vuelta)
Para las elecciones de 2006, cuando resultó electo el hoy senador Álvaro Uribe como presidente de la República, no hubo necesidad de convocar a segunda vuelta pues se hizo al triunfo con el 62,35% de los apoyos. Y el número de votos en blanco que se registraron en esa elección no fue relevante: 226.297 frente a los 7’397.835 con los que el expresidente ganó en primera vuelta. Lo mismo ocurrió cuatro años antes, en 2002, cuando Uribe también se hizo elegir en primera vuelta. En ese proceso electora, el exmandatario logró la victoria con el 53% (5’862.655) frente a 196.116 votos en blanco.
En las elecciones en las que ganó Andrés Pastrana, en 1998, el voto en blanco tampoco fue significativo. En ese proceso político se enfrentaron al expresidente conservador, el hoy senador liberal Horacio Serpa, la exministra Noemí Sanín y el excomandante de las Fuerzas Militares Harold Bedoya Pizarro. En la primera ronda, Serpa se impuso sobre Pastrana por una muy corta diferencia (1%) y el voto en blanco logró 122.439 apoyos. En la segunda, en la que ganó Pastrana, con más de 6 millones de votos, el voto en blanco se triplicó y llegó a los 372.749 votos.
(Lea: Sergio Fajardo votará en blanco en segunda vuelta)
Finalmente, en las elecciones de 1994 –recién estrenada la actual Constitución Política, se enfrentaron en las urnas los expresidentes Ernesto Samper, Andrés Pastrana y el hoy senador de la Alianza Verde y exmiembros del M-19, Antonio Navarro Wolf. En primera y segunda vuelta ganó Samper, y los logros del voto en blanco fueron muy bajos. 65.116 en la primera elección y 72.536 en la segunda.
En pocas palabras, es difícil predecir el porcentaje en el que incrementará –o se reducirá- el voto en blanco de cara a las elecciones del 17 de junio, teniendo en cuenta los resultados históricos de un proceso de elección presidencial en Colombia. No obstante, las redes sociales evidencian el movimiento a favor de ese voto en blanco como una ola creciente y lo vienen liderando importantes dirigentes políticos.
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