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El próximo domingo, después de las 5:00 de la tarde, el mapa del poder político regional para los siguientes cuatro años se transformará. En unas elecciones marcadas por la imagen negativa del Gobierno, el papel discreto de la oposición y el pesimismo ciudadano frente a varios temas, los partidos tradicionales, los llamados clanes políticos y en general quienes han gobernado en los últimos períodos intentarán mantener su influencia en alcaldías y gobernaciones.
Así queda evidenciado al mirar de cerca los nombres de quienes están en la recta final por los puestos de poder de las cuatro ciudades y departamentos más importantes del país, después de Bogotá. En cada caso aparecen candidatos que buscan llegar por segunda o tercera vez al mismo cargo, políticos que posan de independientes, pero que tienen acuerdos con la clase tradicional y aliados cuestionados cuyos nombres y casos han retumbado en los tribunales y en las cárceles.
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Buena parte de lo que ocurra este 29 de octubre también marcará el devenir del gobierno de Gustavo Petro, quien llega con una coalición debilitada y con escasas opciones de ganar en las ciudades claves, siendo Bogotá una de las pocas excepciones. En el momento que enfrenta dificultades para sacar adelante sus reformas en el Congreso, los aliados que Petro consiga en las regiones podrían ser fundamentales para su gobernabilidad.
El Espectador recorrió varias ciudades y municipios para armar este panorama electoral de Antioquia, Atlántico, Santander y el Valle del Cauca. ¿Cuáles son los temas que mueven las campañas? ¿Quiénes están detrás de los candidatos?
La apretada guerra por el poder en Antioquia
Los juegos de alianzas que se vienen ejecutando con fuerza desde hace un mes pueden ser, a partir de este domingo y durante la siguiente semana, el punto de inflexión en la disputa por el poder en una región que suma 6,9 millones de habitantes y le aporta a Colombia el segundo PIB con una producción de $212,5 billones a precios corrientes en 2022: Antioquia.
Movidas de última hora mantienen en vilo el nombre de quién podría llegar a la Gobernación. La puja más fuerte está entre Andrés Julián Rendón, del Centro Democrático y el estamento paisa más tradicional, y Luis Pérez, conocido como Lupe y quien carga el estigma de ser cercano al polémico exalcalde Daniel Quintero. Hay una tercería, la que representa la continuidad con Luis Fernando Suárez, de la entraña del actual gobernador, Aníbal Gaviria, pero no despegó en las encuestas.
Quien sí selló una importante alianza fue Lupe, el exgobernador que comandó al departamento entre 2016 y 2020, y que valiéndose del pragmatismo electoral que lo caracteriza recibió el respaldo del ahora excandidato Julián Bedoya, un político de extracción liberal y con algunos expedientes penales encima, en lo que coincide con Pérez, quien también tiene pendientes en algunos tribunales.
Rendón y sus aliados Uribe, Fico y otros más no están quietos e intentan, además, apostarle al voto de opinión. También han tenido coqueteos con los aspirantes Juan Diego Gómez, del Partido Conservador, y Mauricio Tobón, quien se avaló con el movimiento El Parche. El puente ha sido Gutiérrez, a quienes estos dos últimos le hacen campaña.
Esta puja de poderes no se replicaría en la capital. Fico tiene más del 50 % de intención de voto en varias encuestas y está muy lejos del segundo, Juan Carlos Upegui, aspirante directo del exalcalde Quintero. Eso sí, pese al apoyo del exmandatario, Upegui no pasa del 10 o 12 %, lo que -hasta este momento de la contienda- significa que la renuncia de Quintero no ha servido de mucho. Y el tercero en intención de voto, el también “quinterista” Albert Corredor, ni siquiera llega al 10 % y tampoco se decide, pese a los llamados del exmandatario, a unirse con su colega ideológico.
Lea la historia completa: Así se definiría la apretada guerra por el poder que se disputa en Antioquia
Verano contra Varela: la lucha de los clanes en el Atlántico
El primero tiene 73 años y ya fue gobernador en dos oportunidades. Es liberal y fórmula de uno de los grupos políticos más poderosos del país, el de los Char. El segundo tiene 42, fue dos veces concejal de Barranquilla y director de Cormagdalena. No es la primera vez que se enfrentan. En 2015, también por la Gobernación, Verano ganó con 350.000 votos, 7.000 más que Varela. Ocho años después el panorama parece calcado, no solo por los protagonistas, sino por las movidas de las casas políticas.
El exgobernador regresa con el impulso de la casa Char, los conservadores de Efraín Cepeda y los liberales de Mauricio Gómez y el clan Torres. A ellos se suman otros como el uribista Carlos Meisel y José David Name. Con Varela, hace cuatro años apoyado por Aida Merlano, hoy están aliados de Eduardo Pulgar, algunos liberales y parte del Pacto Histórico.
En materia programática, Verano abandera un discurso de competitividad y crecimiento económico y Varela propone trasladar el protagonismo de Barranquilla a los otros 22 municipios.
La pelea es una de las más reñidas del país no solo por la votación de 2015, sino porque las encuestas de este 2023 no arrojan un ganador seguro. A principios de octubre Yanhaas publicó una que da como ganador a Varela, con un 30,3 % de favorabilidad; luego aparece el voto en blanco, con un 27,8 %, y en la tercera casilla Verano, con el 24,8 %. Días después, medios locales publicaron otra hecha por Datanálisis, que pone a ganar a Eduardo Verano con un 41 %, seguido por Varela, con el 28,1 %.
Sin embargo, ambas encuestas tienen cuestionamientos. La de Yanhaas fue difundida por Varela; no obstante, el candidato no aclaró que fue él quien la financió. En el caso de la de Datanálisis, políticos de la región recuerdan que esa firma ha sido señalada por su aparente cercanía con los Char, pues es reconocida por haber trabajado para las tiendas Olímpica y sus dueños tendrían familiares que trabajaron en la última alcaldía de Char. Mientras Verano y Varela se disputan codo a codo la Gobernación, Alejandro Char va camino a su tercera alcaldía en Barranquilla sin debates y ni grandes gastos en publicidad.
Sigue siendo la pieza clave para cuadrar las cuentas de las demás elecciones. Durante varios meses Verano estuvo esperando el abrazo de Char, pero este se demoró porque a sus aliados no los convencía un tercer mandato de Verano. Finalmente, Char selló la alianza con Verano y, aunque muchos de sus alfiles siguen creyendo que la mejor opción es Varela, el patriarca de la casa, Fuad Char, ordenó que todos apoyaran a su socio habitual.
Aquí la historia completa: Verano contra Varela: la lucha de los clanes por la Gobernación del Atlántico
Chontico vs. Éder: se apretó la puja por el control de Cali
Aunque las primeras encuestas daban como ganador de la Alcaldía de Cali a Roberto “Chontico” Ortiz, la contienda se ha emparejado y a una semana de elecciones se le acerca cada vez más el segundo opcionado, Alejandro Éder. La intención de voto por Ortiz está en el 33,6 %, según la última encuesta Invamer, y por Éder se incrementó al 23,1 %. Aunque hay una diferencia entre los dos de diez puntos, este último tiene mayores posibilidades, pues el pasado 27 de septiembre la candidata Diana Rojas renunció a su aspiración y se sumó a su campaña.
Ortiz, aunque intentó desmarcarse de las estructuras políticas inscribiéndose por firmas, sigue siendo percibido por los caleños con el mismo patrón: el candidato del poder tradicional. Él ya ha sido congresista y en las tres ocasiones en las que ha buscado quedarse con la alcaldía ha tenido el respaldo de la estructura liberal. También se dice que lo apoya el Partido de la U y que, por ende, va en fórmula con la exdirectora de esa colectividad, Dilian Francisca Toro, virtual ganadora de la Gobernación del Valle.
Este diario habló con Chontico, quien negó una alianza con ella, aunque sí reconoció que tiene a las bases de esa colectividad a su lado. Al tiempo, se ha hablado de su aparente cercanía con el alcalde Jorge Iván Ospina, pero Ortiz señaló que esa es una de las estrategias para desprestigiar su campaña.
Por otro lado, Éder está inscrito por el movimiento Revivamos Cali, pero lo acompañan los partidos Nuevo Liberalismo, Colombia Renaciente, Cambio Radical y el Partido Conservador, aunque no todos los militantes de estos dos últimos lo apoyan. Éder es heredero de la industria azucarera en esa zona del país y de la antigua hacienda La Manuelita, por lo que tiene el apoyo de buena parte del empresariado caleño.
Otra de sus alianzas claves es con Tulio Gómez, principal accionista del equipo de fútbol América de Cali, quien era candidato a la Gobernación del Valle hasta que el CNE revocó su inscripción.
Lea la historia completa: Chontico vs. Eder: se apretó la puja por el control de Cali
Juvenal Díaz y Héctor Mantilla: pelea entre exmilitar y heredero político
Hasta hace unas semanas, Rodolfo Hernández era el candidato a vencer en Santander. Los más de 870.000 votos que obtuvo en el departamento en la segunda vuelta presidencial de 2022 eran cartas suficientes para avalar esa afirmación. Sin embargo, tres sanciones de la Procuraduría causaron la revocatoria de su inscripción por parte del CNE.
Las últimas encuestas demuestran que la pelea por la Gobernación será entre el general (r) Juvenal Díaz Mateus y Héctor Mantilla. Ambos intentan recoger los votos de Hernández con un discurso enfocado en la seguridad, que le ha dado mayores réditos a Díaz, quien ha sacado a relucir su trayectoria militar y cuestiona al gobierno de Gustavo Petro por su política de paz total.
Esta postura lo ha ayudado a sumar a su campaña fuerzas políticas como la del Centro Democrático, que en cabeza del expresidente Álvaro Uribe pidió votar por él. Mantilla no se queda atrás. Por ejemplo, ha dicho que Petro “traicionó” a los colombianos al no cumplir con el acuerdo nacional y que, aunque no esté de acuerdo, si es gobernador sacará el Ejército a las vías.
Sin embargo, ese discurso no será el único factor determinante. Más relevante que esos puntos es la influencia de los clanes políticos. Díaz Mateus, aunque se ha mostrado como un hombre lejano del mundo político, no lo es. Su familia es una de las que maneja el Partido Conservador en Santander. El candidato es hermano de Iván Díaz Mateus, excongresista condenado por el escándalo de la “yidispolítica”, y de Luis Díaz Mateus, representante a la Cámara. Tiene el respaldo del senador liberal Miguel Ángel Pinto y del famoso clan Villamizar.
Mantilla, aunque niega tener su aspiración comprometida, recibió el guiño de una de las estructuras políticas más polémicas del departamento: la de los Aguilar, liderada por el exgobernador y excoronel Hugo Aguilar, condenado por sus vínculos con paramilitares y papá de Richard Aguilar, también exgobernador y quien enfrenta un proceso por corrupción que lo tuvo en la cárcel.
La historia completa: Juvenal Díaz y Héctor Mantilla: pelea entre exmilitar y heredero político