Avanzó proyecto de ley de etiquetado en la Cámara, ¿de qué se trata la iniciativa?
Uno de los puntos más gruesos es la definición de un reglamento técnico sobre contenidos de azúcares, sodio, grasas saturadas, grasas trans, aditivos y organismos genéticamente modificados.
En la noche del miércoles avanzó, en primer debate, el proyecto denominado como “ley de comida chatarra”, que tiene por objetivo la adopción de medidas para el fomento de entornos alimentarios saludables y prevenir enfermedades no transmisibles. El paso se dio en la Comisión Séptima y se convierte en un hecho importante, si se tiene en cuenta que iniciativas similares se han presentado en el pasado y, a juicio de varios sectores del Congreso y de la sociedad civil, ha contado en su contra con un fuerte lobby desde el sector alimenticio que no le había permitido avanzar.
El articulado plantea la creación del Consejo Nacional Intersectorial para la Prevención y Control de las Enfermedades No Transmisibles, que dependería directamente del Ministerio de Salud y tendrá entre sus funciones la articulación y garantía de la “implementación de estrategias, planes y programas necesarios para el desarrollo de entornos saludables, hábitos saludables, seguridad alimentaria, acceso y disponibilidad de agua potable, acceso oportuno a la información”.
Este mismo consejo tendría que presentar un informe anual al Congreso de la República en el que se detallen cuáles son esas estrategias y “establecer con base a la evidencia científica los valores y porcentajes correspondientes a grasas, sodio, azúcar, entre otros, como insumo para la generación del perfil nutricional de Colombia”.
Para la definición de esos componentes de los alimentos, se propone la creación de una mesa técnica conformada por el Ministerio de Salud, el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, el Viceministerio del Agua y el Subsistema Nacional de Calidad (Sical). Su función exclusiva, dice la ponencia del primer debate, será la formulación del reglamento técnico sobre el etiquetado nutricional.
Allí es donde viene uno de los puntos más gruesos y polémicos, y precisamente el que ha tenido más resistencia por parte de la industria de alimentos: el etiquetado. El artículo ocho de la iniciativa señala que, dentro de los 12 meses siguientes a la entrada en vigencia de la ley, dicha mesa técnica deberá establecer varias cosas, como el contenido de azúcar, azúcares libres, y demás edulcorantes, sodio, grasas saturadas, grasas trans, y/o grasas totales en los productos alimenticios y los aditivos que cumplan o no función tecnológica en el producto, tal como está definida en la normatividad nacional.
También se deberá establecer el “contenido de organismos genéticamente modificados en los ingredientes y especificar cuáles son estos ingredientes”, contener “advertencias sanitarias, es decir mensajes informativos referentes a los productos y sus efectos en la salud humana” y la “garantía del acceso al Agua Potable para consumo humano”. Advierte, en el parágrafo primero del artículo, que, sin excepción alguna, todos los productos alimenticios deberán llevar la información del etiquetado nutricional.
“La información en el rótulo deberá estar en castellano, y eventualmente podrá repetirse en otro idioma. Los datos deberán señalarse con caracteres visibles, indelebles y fáciles de leer. No se permitirá sobreimpresión o cualquier modificación de la información contenida en el rótulo original, a excepción de los productos importados que por sus características deban ajustar sus etiquetas para cumplir con lo ordenado por esta ley”, son indicaciones técnicas más precisas que contiene el parágrafo dos de dicho artículo.
La verificación de los contenidos reportados por los fabricantes para la realización del etiquetado quedaría en manos del Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (Invima). Ahora, la información para el fomento de entornos saludables no se quedaría solamente en el papel de las etiquetas, sino que se deberá fomentar, a través de la Comisión de Regulación de Comunicaciones, la emisión de contenidos para la promoción de esta política en franja infantil y familiar en horario triple A en televisión.
“Muchas gracias por el apoyo de todos los compañeros que apoyaron (…) Haremos los ajustes necesarios después de este debate, es un compromiso, de acuerdo con algunos elementos que quedamos de mejorar o de perfeccionar en la negociación que hicimos hoy para poder sacar el proyecto y que no muriera aquí”, señaló el representante Mauricio Toro, de la Alianza Verde, uno de los promotores de la iniciativa. “Junto al representante Toro resaltamos los avances y el trabajo que ha venido adelantando el Gobierno Nacional con los diferentes gremios, especialistas y entidades entorno a los espacios saludables”, dijo por su parte del representante Carlos Eduardo Acosta, autor del proyecto.
En la noche del miércoles avanzó, en primer debate, el proyecto denominado como “ley de comida chatarra”, que tiene por objetivo la adopción de medidas para el fomento de entornos alimentarios saludables y prevenir enfermedades no transmisibles. El paso se dio en la Comisión Séptima y se convierte en un hecho importante, si se tiene en cuenta que iniciativas similares se han presentado en el pasado y, a juicio de varios sectores del Congreso y de la sociedad civil, ha contado en su contra con un fuerte lobby desde el sector alimenticio que no le había permitido avanzar.
El articulado plantea la creación del Consejo Nacional Intersectorial para la Prevención y Control de las Enfermedades No Transmisibles, que dependería directamente del Ministerio de Salud y tendrá entre sus funciones la articulación y garantía de la “implementación de estrategias, planes y programas necesarios para el desarrollo de entornos saludables, hábitos saludables, seguridad alimentaria, acceso y disponibilidad de agua potable, acceso oportuno a la información”.
Este mismo consejo tendría que presentar un informe anual al Congreso de la República en el que se detallen cuáles son esas estrategias y “establecer con base a la evidencia científica los valores y porcentajes correspondientes a grasas, sodio, azúcar, entre otros, como insumo para la generación del perfil nutricional de Colombia”.
Para la definición de esos componentes de los alimentos, se propone la creación de una mesa técnica conformada por el Ministerio de Salud, el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, el Viceministerio del Agua y el Subsistema Nacional de Calidad (Sical). Su función exclusiva, dice la ponencia del primer debate, será la formulación del reglamento técnico sobre el etiquetado nutricional.
Allí es donde viene uno de los puntos más gruesos y polémicos, y precisamente el que ha tenido más resistencia por parte de la industria de alimentos: el etiquetado. El artículo ocho de la iniciativa señala que, dentro de los 12 meses siguientes a la entrada en vigencia de la ley, dicha mesa técnica deberá establecer varias cosas, como el contenido de azúcar, azúcares libres, y demás edulcorantes, sodio, grasas saturadas, grasas trans, y/o grasas totales en los productos alimenticios y los aditivos que cumplan o no función tecnológica en el producto, tal como está definida en la normatividad nacional.
También se deberá establecer el “contenido de organismos genéticamente modificados en los ingredientes y especificar cuáles son estos ingredientes”, contener “advertencias sanitarias, es decir mensajes informativos referentes a los productos y sus efectos en la salud humana” y la “garantía del acceso al Agua Potable para consumo humano”. Advierte, en el parágrafo primero del artículo, que, sin excepción alguna, todos los productos alimenticios deberán llevar la información del etiquetado nutricional.
“La información en el rótulo deberá estar en castellano, y eventualmente podrá repetirse en otro idioma. Los datos deberán señalarse con caracteres visibles, indelebles y fáciles de leer. No se permitirá sobreimpresión o cualquier modificación de la información contenida en el rótulo original, a excepción de los productos importados que por sus características deban ajustar sus etiquetas para cumplir con lo ordenado por esta ley”, son indicaciones técnicas más precisas que contiene el parágrafo dos de dicho artículo.
La verificación de los contenidos reportados por los fabricantes para la realización del etiquetado quedaría en manos del Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (Invima). Ahora, la información para el fomento de entornos saludables no se quedaría solamente en el papel de las etiquetas, sino que se deberá fomentar, a través de la Comisión de Regulación de Comunicaciones, la emisión de contenidos para la promoción de esta política en franja infantil y familiar en horario triple A en televisión.
“Muchas gracias por el apoyo de todos los compañeros que apoyaron (…) Haremos los ajustes necesarios después de este debate, es un compromiso, de acuerdo con algunos elementos que quedamos de mejorar o de perfeccionar en la negociación que hicimos hoy para poder sacar el proyecto y que no muriera aquí”, señaló el representante Mauricio Toro, de la Alianza Verde, uno de los promotores de la iniciativa. “Junto al representante Toro resaltamos los avances y el trabajo que ha venido adelantando el Gobierno Nacional con los diferentes gremios, especialistas y entidades entorno a los espacios saludables”, dijo por su parte del representante Carlos Eduardo Acosta, autor del proyecto.