¿Bogotá avanza en acción climática con el Plan Distrital de Desarrollo? (análisis)
El Plan Distrital de Desarrollo insiste en invocar el desarrollo sostenible. ¿Cuáles son sus propuestas concretas en materia climática y cuál sería su eficacia?
Bibian Andrea Rada Betancourt* y Óscar Murillo Ramírez**
Planear la ciudad para la acción climática
En tiempos recientes se ha dado una discusión alrededor de la necesaria modernización de la gestión pública que incluye planeación, presupuestación, ejecución, seguimiento y evaluación orientada hacía resultados que mejoren de manera sustancial y concreta la vida de la ciudadanía.
Dicha modernización implica una activa participación ciudadana. La confianza en el régimen democrático depende en mucho de la efectiva gestión de un gobierno, y en este caso el nuevo Plan Distrital de Desarrollo (PDD) este es un elemento estratégico.
Un estudio de la CEPAL de 2023 sobre la gestión pública dirigida hacía la acción climática, sostiene que esta debe orientarse hacia el desarrollo sostenible y por resultados, cuando contiene finanzas públicas que se usan de manera eficaz y eficiente, resultados que obtenidos por una relación entre calidad-precio y rendición de cuentas, y existe una cadena de valor que incluye insumos, procesos, productos, resultados e impactos.
Una gestión pública eficiente debe hoy mitigar la emisión de gases de efecto invernadero y adoptar una serie de mecanismos para la adaptación a los cambios físicos derivados del cambio climático. Por eso es de esperar que el PDD contenga los anteriores elementos.
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Las herramientas disponibles
En 2020 el Concejo de Bogotá aprobó el Acuerdo 790 que estableció la declaración de Emergencia Climática. Además de reconocer la importancia para la gestión pública, se busca con esta norma mejorar los procesos de planeación y ejecución para la adaptación, mitigación y resiliencia frente al cambio climático.
La declaratoria contempla diez mandatos, con sus respectivas acciones estratégicas. Estos se refieren a la protección de la Estructura Ecológica Principal; biodiversidad; seguridad y soberanía alimentaria; gestión integral de residuos; transición energética; ordenamiento territorial alrededor del agua; educación y participación ambiental; innovación científica; ecourbanismo y construcción sostenible.
El Documento CONPES 31 de 2023 sobre “Política Pública (sic) de Acción Climática 2023-2050″ es un instrumento de planeación para orientar y articular la gestión pública, las organizaciones y la sociedad en general “(...) hacia la dirección que permitirá que Bogotá D.C. se consolide como un territorio carbono neutral y resiliente al cambio climático en el año 2050″.
Esta política aspira a que, mediante la participación ciudadana, se lleven a la práctica los principios de gobernanza para la justicia climática basados en la ciencia, la innovación y la coordinación.
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Esta norma y política pública otorga a la capital herramientas necesarias para desarrollar una mayor y mejor respuesta a las amenazas derivadas del cambio climático y reducir las posibles vulnerabilidades que tiene Bogotá, haciendo controlables los riesgos y la gestión de los mismos cuando estos se desatan.
Adaptación y prevención
Carlos Fernando Galán sostiene que su plan de acción climática se basará en dos ejes: adaptación al cambio climático y prevención.
Lo primero implica una movilidad sostenible que se concreta en el metro; por eso su alcaldía, además de continuar con la primera línea en ejecución, adjudicará la segunda línea y el diseño de la tercera. A esto se añadirá la renovación de la flota de buses que hoy cuenta con 1458 vehículos eléctricos. Este plan, de acuerdo con la estrategia de financiamiento del PDD, buscará la cofinanciación del gobierno nacional mediante la línea de flota no contaminante que estableció el Plan Nacional de Desarrollo.
La prevención incluye actividades específicas sobre los cerros orientales y Sumapaz. Sobre todo, la restauración de los territorios afectados por los 136 incendios forestales y las 60 hectáreas que afectaron de manera directa a la capital. La quebrada La Vieja, el cerro El Cable y el parque Entre Nubes son algunos de los lugares que más sufrieron por las acciones humanas que desataron las conflagraciones.
Según la Secretaría de Ambiente, la emergencia climática exige acciones en educación ambiental, ecourbanismo, restauración ecológica, agricultura urbana, manejo de emergencias y desastres, promoción de cambios en hábitos de consumo, separación en la fuente, reciclajes y otras más.
La resiliencia ante el cambio climático depende en gran medida de la participación ciudadana. Las acciones serán efectivas si se promueven las capacidades creativas de la población para el cuidado comunitario y formas sostenibles de gobernanza ambiental.
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Pero el PDD ni las acciones inmediatas apuntan a fortalecer procesos. Las metas se inclinan a realizar acciones puntuales que desde el punto de vista estadístico parece un gran alcance en población, pero se limitan a la participación en foros y talleres, actividades que no se convierten en saberes y capacidades instaladas en territorio.
Objetivo, programas, y metas ambientales en el PDD
Dentro de los cinco objetivos estratégicos del Plan Distrital de Desarrollo - PDD 2024-2028: “Bogotá Camina Segura” se encuentra Bogotá ordena su territorio y avanza en su acción climática. Este objetivo cuenta con tres estrategias que apuestan al desarrollo urbano-rural integral y sostenible, protección del ambiente y compromiso con la acción climática, y un hábitat incluyente.
Estas estrategias deben lograrse a partir de nueve programas que incluyen ordenamiento territorial; revitalización y renovación urbana y rural; resiliencia al cambio climático; movilidad sostenible; gestión del riesgo; reducción de emisiones; servicios públicos inclusivos; hábitat digno y acceso equitativo a la vivienda.
Por esta razón, la Alcaldía plantea indicadores de resultado acerca de la calidad del ambiente (agua, aire y suelo); la gestión de residuos en espacio público; la conservación de ecosistemas; la promoción de viviendas VIS y VIP; la construcción de cable aéreo; la prestación de servicios públicos y múltiples avances en la primera línea del metro.
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¿Atiende el PDD la declaratoria de Emergencia Climática?
Teniendo Bogotá antecedentes normativos y de política pública, se esperaría que el PDD se ciñera a los mandatos del artículo 5 del Acuerdo 790 de 2020 y a los principios de la Política Pública de Cambio Climático.
No obstante, la propuesta hasta ahora presentada no permite evidenciar la armonización con dichos instrumentos, y las prioridades se encaminan hacia la movilidad y hábitat.
Aunque el PDD se asocia con el ordenamiento territorial y la acción climática, las metas en ese sentido se enfocan en la construcción de parques y equipamientos deportivos, proyectos en curso, y adquisición de inmuebles para el sector cultural. Aunque estos son importantes no se logra tener evidencia con claridad frente al impacto real que tendrán para la atención de la emergencia climática.
Frente a los mandatos de la emergencia establecidos en el Acuerdo 790 de 2020, algunos se encuentran abordados por una o máximo dos metas del PDD, pese a la inmensa importancia que estos tienen para la adaptación al cambio climático y la mitigación de los efectos derivados. Veamos algunos:
-Ordenamiento territorial alrededor del agua y los socioecosistemas. Las metas se refieren a la adquisición, adecuación, recuperación o restauración de humedales, quebradas y cuencas a cargo de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá (EAAB). Esta medida preocupa debido a los antecedentes de la EAAB, específicamente, los 33 hallazgos por $111.525 millones reportados por la Contraloría de Bogotá. Obras no entregadas, contratos no liquidados, servicios no prestados a la ciudadanía son algunas causales. La empresa ha sido criticada por obras de endurecimiento que afectan la estructura ecológica principal y sin participación de la ciudadanía.
-Bogotá promueve la soberanía y seguridad alimentaria. La meta es proveer asistencia técnica a 40.000 huertas urbanas. Sin embargo, no se precisa su alcance y, además, el Jardín Botánico es la institución encargada del acompañamiento, asesoramiento y seguimiento de la aplicación de técnicas agroecológicas. De esta manera quedan dudas sobre la inversión de recursos para suministros o adecuaciones que garanticen el ejercicio de la agricultura urbana y periurbana.
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Participación y educación ambiental
Los estudios sobre educación ambiental coinciden en la necesidad de destacar la participación ciudadana, la integración de las generaciones, el reconocimiento de la interculturalidad y el enfoque de género.
La participación ciudadana es una de las bases principales establecidas en todos los instrumentos de gestión y planeación referentes al cambio climático. Además, corresponde a una deuda histórica de los gobiernos con las comunidades que han sufrido de manera directa las consecuencias del cambio climático.
El PDD incluye dos metas sobre educación ambiental y vinculación de la ciudadanía en procesos de mitigación de situaciones conflictivas y gestión del riesgo. También incluye procesos para conservar la biodiversidad.
La entidad que debe cumplir estas metas es la Oficina de Participación, Educación y Localidades de la Secretaría Distrital de Ambiente. Las actividades serían coordinadas por veinte gestores locales, que deben canalizar la participación comunitaria.
No obstante estas acciones serán evaluadas sobre la base de indicadores cuantitativos que no reconocen las particularidades de la participación en Bogotá. Una de las metas del PDD incluye 1340 procesos de participación; es un cálculo simplista, basado en el supuesto de que cada gestor va a realizar 67 procesos por cada localidad en el cuatrienio, lo cual equivale 17 procesos de participación ciudadana al año.
Un cálculo como este ignora los diferentes grados de vinculación efectiva con la comunidad, mediante el acompañamiento más o menos prolongado y exitoso de procesos de participación. Por eso metas como estas deben replantearse para garantizar la calidad de los procesos y la capacidad institucional para hacerlos participativos, justos y efectivos. También deben proveerse los recursos para adquisición de materiales, coordinación con actores externos y demás costos variables.
Otra meta es vincular 2.674.000 personas en procesos de educación ambiental, lo cual requerirá la participación de 133.700 personas por cada localidad durante el cuatrienio. Según esta lógica, 139 personas diariamente participarán en cada una de las veinte localidades. La meta es obviamente difícil de cumplir, a menos que los procesos se limiten a recolectar firmas o actividades poco útiles para efectos ambientales.
Acción climática para los nuevos tiempos
La discusión sobre el nuevo PDD debe permitir una amplia deliberación ciudadana y académica para construir una mirada integral sobre los desafíos del cambio climático. Algunos de estos serían criterios deseables:
- El PDD propone formular ocho instrumentos de planeación, dos de estos referentes a reservas distritales de humedal y cuatro parques ecológicos. Debería considerarse la posibilidad de ampliar otras estrategias, como bosques urbanos y conectividad ecosistémica, para vincular a la ciudadanía en el cuidado del territorio.
- Protección efectiva de la Estructura Ecológica Principal de Bogotá. Es necesario definir las condiciones para desarrollar proyectos de movilidad, espacio público, revitalización, sistema de cuidado y vivienda, entre otros, serán cruciales para evaluar el compromiso real de la Alcaldía con los activos ambientales.
- Mayor capacidad instalada para la atención de emergencias e identificación de responsables y motivos de los incendios provocados. La especulación en el uso del suelo urbano y prácticas similares tendrán que investigarse y judicializarse.
- Comprensión integral de los efectos de la variabilidad del clima. La mala calidad del aire; la afectación de páramos que ponen en riesgo la disponibilidad del agua; y el desarrollo de enfermedades entre poblaciones vulnerables como niños y personas mayores son problemas que exigen respuestas del ordenamiento territorial, la atención de riesgos y la salud pública.
- El componente cultural y pedagógico es fundamental. Los hábitos de consumo, la clasificación en la fuente de residuos y la responsabilidad ciudadana en el cuidado del ambiente implican transformaciones de carácter cultural que deben promoverse como política pública permanente.
- El PDD debe incluir investigaciones científicas para afrontar el cambio climático. La administración distrital debe financiar estudios que incluyan el acceso al conocimiento de manera pública y una producción con participación pública inclusiva, equitativa y sostenible.
*Ingeniera Ambiental de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas. Estudiante de Especialización en Educación y Gestión Ambiental de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas.
**Magister en Ciencias Políticas de la FLACSO (Ecuador), especialista en Pedagogía de la Universidad Pedagógica Nacional, Historiador de la Universidad Nacional de Colombia.
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Planear la ciudad para la acción climática
En tiempos recientes se ha dado una discusión alrededor de la necesaria modernización de la gestión pública que incluye planeación, presupuestación, ejecución, seguimiento y evaluación orientada hacía resultados que mejoren de manera sustancial y concreta la vida de la ciudadanía.
Dicha modernización implica una activa participación ciudadana. La confianza en el régimen democrático depende en mucho de la efectiva gestión de un gobierno, y en este caso el nuevo Plan Distrital de Desarrollo (PDD) este es un elemento estratégico.
Un estudio de la CEPAL de 2023 sobre la gestión pública dirigida hacía la acción climática, sostiene que esta debe orientarse hacia el desarrollo sostenible y por resultados, cuando contiene finanzas públicas que se usan de manera eficaz y eficiente, resultados que obtenidos por una relación entre calidad-precio y rendición de cuentas, y existe una cadena de valor que incluye insumos, procesos, productos, resultados e impactos.
Una gestión pública eficiente debe hoy mitigar la emisión de gases de efecto invernadero y adoptar una serie de mecanismos para la adaptación a los cambios físicos derivados del cambio climático. Por eso es de esperar que el PDD contenga los anteriores elementos.
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Las herramientas disponibles
En 2020 el Concejo de Bogotá aprobó el Acuerdo 790 que estableció la declaración de Emergencia Climática. Además de reconocer la importancia para la gestión pública, se busca con esta norma mejorar los procesos de planeación y ejecución para la adaptación, mitigación y resiliencia frente al cambio climático.
La declaratoria contempla diez mandatos, con sus respectivas acciones estratégicas. Estos se refieren a la protección de la Estructura Ecológica Principal; biodiversidad; seguridad y soberanía alimentaria; gestión integral de residuos; transición energética; ordenamiento territorial alrededor del agua; educación y participación ambiental; innovación científica; ecourbanismo y construcción sostenible.
El Documento CONPES 31 de 2023 sobre “Política Pública (sic) de Acción Climática 2023-2050″ es un instrumento de planeación para orientar y articular la gestión pública, las organizaciones y la sociedad en general “(...) hacia la dirección que permitirá que Bogotá D.C. se consolide como un territorio carbono neutral y resiliente al cambio climático en el año 2050″.
Esta política aspira a que, mediante la participación ciudadana, se lleven a la práctica los principios de gobernanza para la justicia climática basados en la ciencia, la innovación y la coordinación.
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Esta norma y política pública otorga a la capital herramientas necesarias para desarrollar una mayor y mejor respuesta a las amenazas derivadas del cambio climático y reducir las posibles vulnerabilidades que tiene Bogotá, haciendo controlables los riesgos y la gestión de los mismos cuando estos se desatan.
Adaptación y prevención
Carlos Fernando Galán sostiene que su plan de acción climática se basará en dos ejes: adaptación al cambio climático y prevención.
Lo primero implica una movilidad sostenible que se concreta en el metro; por eso su alcaldía, además de continuar con la primera línea en ejecución, adjudicará la segunda línea y el diseño de la tercera. A esto se añadirá la renovación de la flota de buses que hoy cuenta con 1458 vehículos eléctricos. Este plan, de acuerdo con la estrategia de financiamiento del PDD, buscará la cofinanciación del gobierno nacional mediante la línea de flota no contaminante que estableció el Plan Nacional de Desarrollo.
La prevención incluye actividades específicas sobre los cerros orientales y Sumapaz. Sobre todo, la restauración de los territorios afectados por los 136 incendios forestales y las 60 hectáreas que afectaron de manera directa a la capital. La quebrada La Vieja, el cerro El Cable y el parque Entre Nubes son algunos de los lugares que más sufrieron por las acciones humanas que desataron las conflagraciones.
Según la Secretaría de Ambiente, la emergencia climática exige acciones en educación ambiental, ecourbanismo, restauración ecológica, agricultura urbana, manejo de emergencias y desastres, promoción de cambios en hábitos de consumo, separación en la fuente, reciclajes y otras más.
La resiliencia ante el cambio climático depende en gran medida de la participación ciudadana. Las acciones serán efectivas si se promueven las capacidades creativas de la población para el cuidado comunitario y formas sostenibles de gobernanza ambiental.
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Pero el PDD ni las acciones inmediatas apuntan a fortalecer procesos. Las metas se inclinan a realizar acciones puntuales que desde el punto de vista estadístico parece un gran alcance en población, pero se limitan a la participación en foros y talleres, actividades que no se convierten en saberes y capacidades instaladas en territorio.
Objetivo, programas, y metas ambientales en el PDD
Dentro de los cinco objetivos estratégicos del Plan Distrital de Desarrollo - PDD 2024-2028: “Bogotá Camina Segura” se encuentra Bogotá ordena su territorio y avanza en su acción climática. Este objetivo cuenta con tres estrategias que apuestan al desarrollo urbano-rural integral y sostenible, protección del ambiente y compromiso con la acción climática, y un hábitat incluyente.
Estas estrategias deben lograrse a partir de nueve programas que incluyen ordenamiento territorial; revitalización y renovación urbana y rural; resiliencia al cambio climático; movilidad sostenible; gestión del riesgo; reducción de emisiones; servicios públicos inclusivos; hábitat digno y acceso equitativo a la vivienda.
Por esta razón, la Alcaldía plantea indicadores de resultado acerca de la calidad del ambiente (agua, aire y suelo); la gestión de residuos en espacio público; la conservación de ecosistemas; la promoción de viviendas VIS y VIP; la construcción de cable aéreo; la prestación de servicios públicos y múltiples avances en la primera línea del metro.
Es de su interés: Centro Democrático citará a debate de control político al sector salud del Gobierno
¿Atiende el PDD la declaratoria de Emergencia Climática?
Teniendo Bogotá antecedentes normativos y de política pública, se esperaría que el PDD se ciñera a los mandatos del artículo 5 del Acuerdo 790 de 2020 y a los principios de la Política Pública de Cambio Climático.
No obstante, la propuesta hasta ahora presentada no permite evidenciar la armonización con dichos instrumentos, y las prioridades se encaminan hacia la movilidad y hábitat.
Aunque el PDD se asocia con el ordenamiento territorial y la acción climática, las metas en ese sentido se enfocan en la construcción de parques y equipamientos deportivos, proyectos en curso, y adquisición de inmuebles para el sector cultural. Aunque estos son importantes no se logra tener evidencia con claridad frente al impacto real que tendrán para la atención de la emergencia climática.
Frente a los mandatos de la emergencia establecidos en el Acuerdo 790 de 2020, algunos se encuentran abordados por una o máximo dos metas del PDD, pese a la inmensa importancia que estos tienen para la adaptación al cambio climático y la mitigación de los efectos derivados. Veamos algunos:
-Ordenamiento territorial alrededor del agua y los socioecosistemas. Las metas se refieren a la adquisición, adecuación, recuperación o restauración de humedales, quebradas y cuencas a cargo de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá (EAAB). Esta medida preocupa debido a los antecedentes de la EAAB, específicamente, los 33 hallazgos por $111.525 millones reportados por la Contraloría de Bogotá. Obras no entregadas, contratos no liquidados, servicios no prestados a la ciudadanía son algunas causales. La empresa ha sido criticada por obras de endurecimiento que afectan la estructura ecológica principal y sin participación de la ciudadanía.
-Bogotá promueve la soberanía y seguridad alimentaria. La meta es proveer asistencia técnica a 40.000 huertas urbanas. Sin embargo, no se precisa su alcance y, además, el Jardín Botánico es la institución encargada del acompañamiento, asesoramiento y seguimiento de la aplicación de técnicas agroecológicas. De esta manera quedan dudas sobre la inversión de recursos para suministros o adecuaciones que garanticen el ejercicio de la agricultura urbana y periurbana.
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Participación y educación ambiental
Los estudios sobre educación ambiental coinciden en la necesidad de destacar la participación ciudadana, la integración de las generaciones, el reconocimiento de la interculturalidad y el enfoque de género.
La participación ciudadana es una de las bases principales establecidas en todos los instrumentos de gestión y planeación referentes al cambio climático. Además, corresponde a una deuda histórica de los gobiernos con las comunidades que han sufrido de manera directa las consecuencias del cambio climático.
El PDD incluye dos metas sobre educación ambiental y vinculación de la ciudadanía en procesos de mitigación de situaciones conflictivas y gestión del riesgo. También incluye procesos para conservar la biodiversidad.
La entidad que debe cumplir estas metas es la Oficina de Participación, Educación y Localidades de la Secretaría Distrital de Ambiente. Las actividades serían coordinadas por veinte gestores locales, que deben canalizar la participación comunitaria.
No obstante estas acciones serán evaluadas sobre la base de indicadores cuantitativos que no reconocen las particularidades de la participación en Bogotá. Una de las metas del PDD incluye 1340 procesos de participación; es un cálculo simplista, basado en el supuesto de que cada gestor va a realizar 67 procesos por cada localidad en el cuatrienio, lo cual equivale 17 procesos de participación ciudadana al año.
Un cálculo como este ignora los diferentes grados de vinculación efectiva con la comunidad, mediante el acompañamiento más o menos prolongado y exitoso de procesos de participación. Por eso metas como estas deben replantearse para garantizar la calidad de los procesos y la capacidad institucional para hacerlos participativos, justos y efectivos. También deben proveerse los recursos para adquisición de materiales, coordinación con actores externos y demás costos variables.
Otra meta es vincular 2.674.000 personas en procesos de educación ambiental, lo cual requerirá la participación de 133.700 personas por cada localidad durante el cuatrienio. Según esta lógica, 139 personas diariamente participarán en cada una de las veinte localidades. La meta es obviamente difícil de cumplir, a menos que los procesos se limiten a recolectar firmas o actividades poco útiles para efectos ambientales.
Acción climática para los nuevos tiempos
La discusión sobre el nuevo PDD debe permitir una amplia deliberación ciudadana y académica para construir una mirada integral sobre los desafíos del cambio climático. Algunos de estos serían criterios deseables:
- El PDD propone formular ocho instrumentos de planeación, dos de estos referentes a reservas distritales de humedal y cuatro parques ecológicos. Debería considerarse la posibilidad de ampliar otras estrategias, como bosques urbanos y conectividad ecosistémica, para vincular a la ciudadanía en el cuidado del territorio.
- Protección efectiva de la Estructura Ecológica Principal de Bogotá. Es necesario definir las condiciones para desarrollar proyectos de movilidad, espacio público, revitalización, sistema de cuidado y vivienda, entre otros, serán cruciales para evaluar el compromiso real de la Alcaldía con los activos ambientales.
- Mayor capacidad instalada para la atención de emergencias e identificación de responsables y motivos de los incendios provocados. La especulación en el uso del suelo urbano y prácticas similares tendrán que investigarse y judicializarse.
- Comprensión integral de los efectos de la variabilidad del clima. La mala calidad del aire; la afectación de páramos que ponen en riesgo la disponibilidad del agua; y el desarrollo de enfermedades entre poblaciones vulnerables como niños y personas mayores son problemas que exigen respuestas del ordenamiento territorial, la atención de riesgos y la salud pública.
- El componente cultural y pedagógico es fundamental. Los hábitos de consumo, la clasificación en la fuente de residuos y la responsabilidad ciudadana en el cuidado del ambiente implican transformaciones de carácter cultural que deben promoverse como política pública permanente.
- El PDD debe incluir investigaciones científicas para afrontar el cambio climático. La administración distrital debe financiar estudios que incluyan el acceso al conocimiento de manera pública y una producción con participación pública inclusiva, equitativa y sostenible.
*Ingeniera Ambiental de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas. Estudiante de Especialización en Educación y Gestión Ambiental de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas.
**Magister en Ciencias Políticas de la FLACSO (Ecuador), especialista en Pedagogía de la Universidad Pedagógica Nacional, Historiador de la Universidad Nacional de Colombia.
👁🗨 Conozca cómo votan los senadores y representantes a la Cámara en ‘Congreso a la mano’.
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