El rifirrafe en la Cámara por una proposición en contra de Jennifer Arias
Para la oposición, su continuidad como presidenta de la corporación “envía el mensaje a la sociedad colombiana de que los poderosos pueden hacer trampa sin consecuencias”. En su defensa, Arias dijo ser víctima de matoneo y de una injusticia.
Una proposición radicada ayer en la plenaria de la Cámara de Representantes por 16 miembros de la oposición, en la que se pedía la revocatoria de la elección de Jennifer Arias como presidenta de la corporación, ante el escándalo por el presunto plagio de la tesis para obtener su título de maestría en la Universidad Externado, generó un duro choque entre las bancadas de gobierno y de oposición. Hubo acusaciones e insultos de parte y parte, y hasta el centro educativo involucrado en el asunto, que ratificó en un comunicado que Arias sí hizo plagio, se vio salpicado y acusado de mentir.
En la proposición, presentada hacia las 6:17 de la tarde, se argumentó que el cargo de presidenta de la Cámara “merece la dignidad de quien lo ocupa, además de unas altas cualidades éticas”, advirtiendo que, de desestimarse, “el mensaje que se envía a la sociedad colombiana es que los poderosos pueden hacer ´trampa’ sin consecuencias, mientras que los ciudadanos de a pie son los únicos que deben cumplir las leyes”.
Así, en las intervenciones de una sesión liderada por Carlos Ardila, vicepresidente de la Cámara, congresistas como María José Pizarro, Ángela María Robledo, David Racero, Katherine Miranda, León Freddy Muñoz e Inti Asprilla, entre otros, insistieron en la necesidad de la salida de Arias de la presidencia, pues el plagio, además de ser un delito por el cual la Corte Suprema de Justicia ya abrió investigación, “implica una conducta fraudulenta de quien desconoce intencionalmente la labor intelectual previa y denota falta de transparencia en su quehacer”.
“Aquí estamos hablando de la ética, de la transparencia, de cumplir el mandato que nos entregó la ciudadanía (…) lo que está pasando con Jennifer Arias es lamentable. La Cámara merece respeto”, enfatizó, por ejemplo, Pizarro. “No es posible que este Congreso pase de agache frente a estas acusaciones graves, no por parte de la oposición, por parte de una universidad tan prestigiosa como lo es la Externado y teniendo en cuenta que hoy se abre investigación en la Corte Suprema de Justicia por este caso”, dijo por su parte Miranda. “La decisión de la Universidad Externado sobre el plagio es prístina e irrefutable, la mácula sobre la presidenta Jennifer Arias es incontrovertible, la única opción es la renuncia”, recalcó Asprilla.
Tras los cuestionamientos y las posturas de uno y otro sector sobre la supuesta ilegalidad de la proposición y el derecho al debido proceso y a la presunción de inocencia, Arias enfrentó a sus acusadores para declararse víctima de matoneo y de una injusticia, alegando que la Universidad Externado está mintiendo al decir que hubo plagio y que nunca le permitió ser escuchada. En su discurso, arremetió contra Ángela María Robledo, por haber sido destituida por el Consejo de Estado, y contra León Freddy Muñoz, quien afronta un proceso por narcotráfico. “¿Se atreven de hablar de ética y de pedirme la renuncia?”, reclamó.
“Mi nombre fue mancillado. Yo sé que no me quieren por ser del Centro Democrático (…) No es justo, ni ético, ni legal, que se diga que hay un dictamen, sin siquiera oír a la persona que se está acusando (…) yo jamás entregué una tesis digital, ¿sobre cuál documento digital hicieron la investigación y el peritaje?”, manifestó Arias, indicando que tiene las pruebas de que el documento que uso la Universidad Externado para determinar el supuesto plagio no fue el que entregó en físico, y nunca lo hizo con una copia digital.
“Me he sentido afectada y le hablo a mis electores, a los que me quieren y confían en mí. Gracias por la solidaridad que me han expresado (…) no tengo miedo y se ha cometido una injusticia conmigo (…) han dicho que los poderosos nos queremos atornillar en el poder y el mensaje es que nosotros también vivimos injusticias. Me siento orgullosa de dirigir la Cámara. Soy joven, provinciana y campesina, aunque no lo crean. A las mujeres les digo que a pesar de lo que me está pasando, no dejen de creer en la política, no se dejen atemorizar, necesitamos más mujeres. Para la verdad está el tiempo y para la justicia Dios”, remató Arias.
En las réplicas, Katherine Miranda le respondió que el asunto no es de género, ni de hacerse la víctima: “Es cinismo suyo y una vergüenza (…) la Universidad más prestigiosa del país dijo que hizo plagio. Usted es una vergüenza al género manteniendo su presidencia”. Y David Racero señaló: “O usted miente de la manera más cínica o lo hace la Universidad, y no creo que la Universidad más prestigiosa del país se preste para mentirle a los colombianos”. “No es la Cámara la que tiene que responder por las actuaciones de quien hoy la preside. Es la señora Jennifer Arias la que debería dar un paso al costado y evitar hacer más daño al Congreso”, insistió Germán Navas.
La plenaria de convirtió entonces en un ir y venir de réplicas y mociones de orden. Unos defendiendo a Arias, con el argumento de la presunción de inocencia, de que la proposición en discusión viola la misma Constitución y el Estatuto del Congresista, y no faltó quien pidiera la renuncia de los que viven en las redes sociales denigrando del Congreso y diciendo que es un nido de corruptos. También hubo advertencias de que quien votase la proposición estaría incurriendo en prevaricato. “Pues aquí vamos a seguir, gústeles o no”, ripostó María José Pizarro.
Sorpresivamente, hacia las 9:49 de la noche, liderados por el representante César Lorduy, fue radicada ante la mesa directiva de la Cámara una proposición sustitutiva en la que se solicitó no dar trámite a la proposición inicial “por improcedente”. Y se abrió una nueva discusión con tintes jurídicos, pues para algunos se trataba de un “salvavidas”, una intención de “escapar al debate vía leguleyada”, una “jugadita”, según dijeron congresistas de la oposición, para evitar que se diera la votación a la solicitud de que Jennifer Arias se apartara de la presidencia de la corporación.
Hubo argumentos de lado y lado. Incluso, el representante José Daniel López anunció una tercera proposición, en la que no se hablaba de “revocatoria” sino de “pedir la renuncia” de Arias, buscando con ella sacar la discusión de lo jurídico para pasarla al plano de lo político. La mesa directiva, liderada por Ardila, argumentó, ley en mano, que sí era procedente votar la proposición de Lorduy. Entonces, los miembros de la oposición, de algunos de los partidos independientes e incluso de la bancada gobiernista, incluyendo el Centro Democrático, anunciaron su retiro de la sesión para no votar la proposición sustitutiva, algo que finalmente se intentó hacer, pero no hubo quorum, ni decisorio ni deliberatorio, en un triste espectáculo más del honorable Congreso de la República.
Una proposición radicada ayer en la plenaria de la Cámara de Representantes por 16 miembros de la oposición, en la que se pedía la revocatoria de la elección de Jennifer Arias como presidenta de la corporación, ante el escándalo por el presunto plagio de la tesis para obtener su título de maestría en la Universidad Externado, generó un duro choque entre las bancadas de gobierno y de oposición. Hubo acusaciones e insultos de parte y parte, y hasta el centro educativo involucrado en el asunto, que ratificó en un comunicado que Arias sí hizo plagio, se vio salpicado y acusado de mentir.
En la proposición, presentada hacia las 6:17 de la tarde, se argumentó que el cargo de presidenta de la Cámara “merece la dignidad de quien lo ocupa, además de unas altas cualidades éticas”, advirtiendo que, de desestimarse, “el mensaje que se envía a la sociedad colombiana es que los poderosos pueden hacer ´trampa’ sin consecuencias, mientras que los ciudadanos de a pie son los únicos que deben cumplir las leyes”.
Así, en las intervenciones de una sesión liderada por Carlos Ardila, vicepresidente de la Cámara, congresistas como María José Pizarro, Ángela María Robledo, David Racero, Katherine Miranda, León Freddy Muñoz e Inti Asprilla, entre otros, insistieron en la necesidad de la salida de Arias de la presidencia, pues el plagio, además de ser un delito por el cual la Corte Suprema de Justicia ya abrió investigación, “implica una conducta fraudulenta de quien desconoce intencionalmente la labor intelectual previa y denota falta de transparencia en su quehacer”.
“Aquí estamos hablando de la ética, de la transparencia, de cumplir el mandato que nos entregó la ciudadanía (…) lo que está pasando con Jennifer Arias es lamentable. La Cámara merece respeto”, enfatizó, por ejemplo, Pizarro. “No es posible que este Congreso pase de agache frente a estas acusaciones graves, no por parte de la oposición, por parte de una universidad tan prestigiosa como lo es la Externado y teniendo en cuenta que hoy se abre investigación en la Corte Suprema de Justicia por este caso”, dijo por su parte Miranda. “La decisión de la Universidad Externado sobre el plagio es prístina e irrefutable, la mácula sobre la presidenta Jennifer Arias es incontrovertible, la única opción es la renuncia”, recalcó Asprilla.
Tras los cuestionamientos y las posturas de uno y otro sector sobre la supuesta ilegalidad de la proposición y el derecho al debido proceso y a la presunción de inocencia, Arias enfrentó a sus acusadores para declararse víctima de matoneo y de una injusticia, alegando que la Universidad Externado está mintiendo al decir que hubo plagio y que nunca le permitió ser escuchada. En su discurso, arremetió contra Ángela María Robledo, por haber sido destituida por el Consejo de Estado, y contra León Freddy Muñoz, quien afronta un proceso por narcotráfico. “¿Se atreven de hablar de ética y de pedirme la renuncia?”, reclamó.
“Mi nombre fue mancillado. Yo sé que no me quieren por ser del Centro Democrático (…) No es justo, ni ético, ni legal, que se diga que hay un dictamen, sin siquiera oír a la persona que se está acusando (…) yo jamás entregué una tesis digital, ¿sobre cuál documento digital hicieron la investigación y el peritaje?”, manifestó Arias, indicando que tiene las pruebas de que el documento que uso la Universidad Externado para determinar el supuesto plagio no fue el que entregó en físico, y nunca lo hizo con una copia digital.
“Me he sentido afectada y le hablo a mis electores, a los que me quieren y confían en mí. Gracias por la solidaridad que me han expresado (…) no tengo miedo y se ha cometido una injusticia conmigo (…) han dicho que los poderosos nos queremos atornillar en el poder y el mensaje es que nosotros también vivimos injusticias. Me siento orgullosa de dirigir la Cámara. Soy joven, provinciana y campesina, aunque no lo crean. A las mujeres les digo que a pesar de lo que me está pasando, no dejen de creer en la política, no se dejen atemorizar, necesitamos más mujeres. Para la verdad está el tiempo y para la justicia Dios”, remató Arias.
En las réplicas, Katherine Miranda le respondió que el asunto no es de género, ni de hacerse la víctima: “Es cinismo suyo y una vergüenza (…) la Universidad más prestigiosa del país dijo que hizo plagio. Usted es una vergüenza al género manteniendo su presidencia”. Y David Racero señaló: “O usted miente de la manera más cínica o lo hace la Universidad, y no creo que la Universidad más prestigiosa del país se preste para mentirle a los colombianos”. “No es la Cámara la que tiene que responder por las actuaciones de quien hoy la preside. Es la señora Jennifer Arias la que debería dar un paso al costado y evitar hacer más daño al Congreso”, insistió Germán Navas.
La plenaria de convirtió entonces en un ir y venir de réplicas y mociones de orden. Unos defendiendo a Arias, con el argumento de la presunción de inocencia, de que la proposición en discusión viola la misma Constitución y el Estatuto del Congresista, y no faltó quien pidiera la renuncia de los que viven en las redes sociales denigrando del Congreso y diciendo que es un nido de corruptos. También hubo advertencias de que quien votase la proposición estaría incurriendo en prevaricato. “Pues aquí vamos a seguir, gústeles o no”, ripostó María José Pizarro.
Sorpresivamente, hacia las 9:49 de la noche, liderados por el representante César Lorduy, fue radicada ante la mesa directiva de la Cámara una proposición sustitutiva en la que se solicitó no dar trámite a la proposición inicial “por improcedente”. Y se abrió una nueva discusión con tintes jurídicos, pues para algunos se trataba de un “salvavidas”, una intención de “escapar al debate vía leguleyada”, una “jugadita”, según dijeron congresistas de la oposición, para evitar que se diera la votación a la solicitud de que Jennifer Arias se apartara de la presidencia de la corporación.
Hubo argumentos de lado y lado. Incluso, el representante José Daniel López anunció una tercera proposición, en la que no se hablaba de “revocatoria” sino de “pedir la renuncia” de Arias, buscando con ella sacar la discusión de lo jurídico para pasarla al plano de lo político. La mesa directiva, liderada por Ardila, argumentó, ley en mano, que sí era procedente votar la proposición de Lorduy. Entonces, los miembros de la oposición, de algunos de los partidos independientes e incluso de la bancada gobiernista, incluyendo el Centro Democrático, anunciaron su retiro de la sesión para no votar la proposición sustitutiva, algo que finalmente se intentó hacer, pero no hubo quorum, ni decisorio ni deliberatorio, en un triste espectáculo más del honorable Congreso de la República.