Cámara votó sí, pero no hubo mayorías para moción de censura contra Karen Abudinen
A pesar de que se impuso el sí en contra de la ahora exministra, no se logró el mínimo de votos positivos para que se aplicara la censura en contra de la hasta ayer responsable de la cartera de las TIC.
Por no reunir mayorías, se hundió la moción de censura en contra de Karen Abudinen. La situación llevó a la oposición a levantar la voz, pues desde la bancada oficialista y cercanos se abstuvieron de participar en la votación para que esta no pudiera realizarse. De esta forma, se embolató la moción de censura en la que los números daban para que el gobierno Duque se convirtiera en el primero al que le aplicaran una moción de censura.
La jornada comenzó sin mayores contratiempos. A pesar de que la sesión fue convocada en viernes, día en el que normalmente los congresistas viajan para sus regiones, se tuvo el quorum para comenzar la sesión sin contratiempos -aunque vale reseñar que una gran mayoría asistían a través de Zoom-. Sin embargo, los problemas vinieron al momento de llevar a cabo la votación.
A pesar de que los representantes de oposición presentes en el capitolio pidieron que se hiciera votación nominal, para que se llevara un control de los que votaban y el sentido de su decisión, la presidenta Jennifer Arias, que hace parte del Centro Democrático, decidió que la votación tenía que llevarse a cabo a través de la plataforma. Esta fue la herramienta aprovechada por los cercanos al oficialismo para garantizar que no prosperara la votación de la moción de censura contra Karen Abudinen.
La mayoría de representantes respondieron al primer llamado a lista pero no emitieron su voto para que no hubiera la cantidad de votos mínimos para que la decisión tuviera validez. De esta forma, los afines al Gobierno lograron que fracasara la acción en contra de Abudinen, que, a pesar de haber renunciado, antes de la sesión de este viernes tenía los votos en contra suficientes para que pasara a la historia como la primera ministra censurada por el Congreso desde que se instauró la figura en la Constitución de 1991.
Por una cuestión de no alcanzar la mayoría absoluta, no se le pudo aplicar la moción de censura a Karen Abudinen. No importó que la votación quedó 56 votos a favor y solo 30 en contra. Esto debido a que se necesitaban 85 votos afirmativos para que la acción contra Abudinen surtiera efecto. Se contaba con los votos de toda la bancada del Partido Liberal, del Partido de la U y varios de los conservadores, que anunciaron que no apoyarían a la ministra. Sin embargo, minutos antes decidieron no dar su voto y de esta forma fracasó la medida contra la exministra de las TIC y el gobierno. Aunque 140 representantes estaban conectados, solo 86 emitieron un voto.
Tras la fallida votación en contra de Abudinen, un vocero de la U, Jorge Eliecer Salazar, explicó que asistieron a la sesión pero no participaron de la votación debido a que no tenía razón la moción, puesto que la ministra había renunciado en la noche del jueves. Incluso, a nombre de todo el Partido de la U, expresó que estarían dispuestos a enfrentar las acciones jurídicas que se dieran tras su decisión.
“Una vez citada la Cámara para la votación donde se decidirá la suerte del funcionario, los miembros de la corporación decidirán acudir a ella de acuerdo con la normal. Finalmente, si es obligatorio acudir a la sesión y cumplir con los registros de asistencia para lo cual fueron citados los congresistas, ello por sí solo o a través de su bancada, podrán abstenerse de votar cuando no hay causas ante renuncia de la ministra para seguir adelante”, fue la razón dada por Salazar para justificar la acción de los compañeros de su partido. Sin embargo, este no tuvo en cuenta que en la Constitución se consagró que la moción de censura se puede llevar a cabo a pesar de que renuncie el funcionario.
Al parecer, esta postura fue compartida por otros miembros de las bancadas liberales y de otros partidos, que también dijeron sí al llamado a lista pero no emitieron su voto. Además de esta peculiaridad, la sesión pasó a los anales del Congreso como una en la que reinaron los gritos, el desorden y la confrontación desde que comenzó hasta su fin.
El minuto a minuto de una compleja jornada
La sesión comenzó pasada las tres de la tarde. Se temía que no se fuera a lograr el quórum y esta fuera la forma en la que se lograra que el gobierno Duque no pasara la vergüenza de ser el primero en sufrir una censura de sus ministros. Sin embargo, tanto en el capitolio como en la plataforma virtual estaba el número mínimo de representantes necesarios para que se llevara a cabo la votación que definiría el futuro político de la ya renunciada Karen Abudinen.
Desde el principio, algunos congresistas intentaron tomar la palabra antes de la votación. No obstante, la presidenta Jennifer Arias no dejó y procedió a que se llevara a cabo de inmediato. Mientras que se buscó que se votara por plataforma, los miembros de la oposición hicieron su voto de forma manual para dejar constancia de su sí. Luego de esta algarabía, Inti Asprilla, Katherine Miranda y más advirtieron que varios de los presentes estaban aprovechando la poca visibilidad pública de la plataforma para no votar.
Estos comenzaron a gritar y a llamar la atención de la presidenta de la Cámara, sin mayores resultados. Es más, los micrófonos fueron cerrados para que no se escuchara lo que estos decían. Este hecho es problemático y cuestionable debido a que, por cuestiones del COVID-19, el acceso a periodistas está limitado y no se pudo hacer el cubrimiento completo de lo que estaba ocurriendo.
Sin embargo, varios de los contrarios al gobierno utilizaron las redes sociales para evidenciar lo que consideraban una irregularidad. En estas transmisiones dieron cuenta de que los miembros del partido de Gobierno no asistieron al espacio físico del Congreso, al igual que varios que se aprovecharon del anonimato que da la plataforma para marcar asistencia y no más.
Los representantes de oposición tomaron fotos y publicaron videos en los que se demuestra la poca votación que hubo. Además, reclamaron a la mesa directiva y exigieron que se volviera a hacer la votación de una manera en la que se exigiera que todos emitieran su voto. Al final, los reclamos de la oposición lo único que lograron fue que se extendiera por unos cuantos minutos la votación.
A pesar de que le sumaron alrededor de cinco minutos al tiempo para emitir una decisión, el resultado que temía la oposición no se pudo evitar. El secretario de la Cámara, Jorge Humberto Mantilla, informó que había ganado el sí a favor de la moción de censura, pero que su resultado no era vinculante debido a que no se consiguió la mayoría absoluta.
Tras los anuncios, comenzaron los reclamos por parte de la oposición, que señalaron las que consideraban las varias irregularidades del proceso. Ante la avalancha de reclamos, en un primer momento, la presidenta Arias trató de dar paso a la lectura de proyectos para debatirlos en la próxima sesión y así acabar de inmediato, pero los representantes presentes lo impidieron.
Katherine Miranda fue una de las que expresó su total rechazo a lo que ocurrió durante el debate y la posición asumida por las directivas. “Había 96 congresistas en la plataforma. Durante la votación, ¿quiénes estaban en la plataforma y no votaron?, cuestionó Miranda directamente al secretario de la Cámara. “Esto es a todas luces una burla con los colombianos, que el Congreso le haya servido al Gobierno para encubrir a la ministra. Le pido a la mesa directiva que haya repercusiones para los congresistas que estando en plataforma no votaron porque les dio vergüenza apoyar a la ministra porque sabían que tenía un costo electoral altísimo”, concluyó la representante de los verdes.
Varios miembros de este partido esgrimieron que la votación no tenía validez alguna puesto que se había incumplido la Ley quinta, que establece el reglamento del Congreso. Algunos de estos señalaron que este apartado exige que en todo procedimiento se tengan los mismo votos que quórum. “Si el resultado no coincide la elección se anula por el presidente y se anula su repetición si vuelve a no coincidir el número de votos con los que están presentes, así sea en virtualidad o semipresencial”, dio León Freddy Múñoz. Sin embargo, el secretario justificó la naturaleza correcta de la votación que acababa de ocurrir señalando que dicha porción de la Ley Quinta solo tenía aplicación en las elecciones de cargos por el Congreso.
Otros dos representantes de los Verdes, Inti Asprilla y Mauricio Toro, también pusieron en duda la legalidad de la votación. Sin embargo, sus argumentos fueron distintos. Por el lado de Asprilla, este referenció al fallo de la Corte Constitucional que tumbó el decreto que habilitaba las sesiones virtuales. Además señaló que dicha decisión reconocía que el Congreso podía operar de forma remota por la pandemia, pero primaba la presencialidad, sobre todo en temas tan importantes como una moción de censura.
“Acá se ejerce un derecho fundamental que es elegir y ser elegido. La sentencia C242 de 2020 de la Corte Constitucional, que el secretario de la Cámara y la presidenta deben conocer, habló de la presencialidad. Dice textualmente “la importante función de control político del Congreso, especialmente la moción de censura, debe realizarse de manera presencial”. En ese orden de ideas, consideramos que la votación que se ha hecho es absolutamente irregular y tanto lo es que tenemos personas que se conectaron y ni siquiera votaron”, dijo el representante bogotano.
De manera similar, el representante Toro argumentó que la votación no era válida debido a que en un primer momento la presidenta Jeniffer Arias había dicho que la votación era nominal, pero al final la realizó por plataforma: “Acudiendo al artículo 44 de la Ley Quinta, nos permitimos presentar apelación a la decisión de la presidenta de hacer votación por plataforma en lugar de hacerla nominalmente por llamado a lista, como lo solicitamos antes de abrir la votación. Cuando lo solicitamos no atendieron nuestra palabra y se abrió la votación de una sola vez. No hubo espacio para hacer esa apelación, a pesar de que levantamos la voz”.
Sin embargo, la representante del Centro Democrático no tuvo en cuenta el reclamo, bajo el argumento de que se había cumplido con la votación nominal. “Ustedes (oposición) pidieron votación nominal y se dio votación nominal. Esa votación no es llamar a lista, sino que uno asume y se mete a la plataforma o en el sistema cuando se está presencial. Eso es votación nominal, lo demás es llamado a lista”, concluyó la congresista por el Meta.
Al final, cuando se venía una nueva oleada de recriminaciones, Arias simplemente levantó la sesión, esta vez sin siquiera tratar de anunciar los proyectos a debatir en las próximas sesiones. De esta forma, la oposición se quedó con la palabra en la boca, aunque se alcanzaron a escuchar algunos reclamos de este sector mientras se finalizaba la transmisión de la sesión.
Con una batalla campal de la Cámara incluida, Karen Abudinen se salvó de pasar a la historia como la primera ministra censurada por el Congreso. Los que han sido cercanos al Congreso, y han salvado a otros de los ministros amenazados por esta misma figura, se las idearon para no darle públicamente el apoyo a la exfuncionaria caída en desgracia ante buena parte de la opinión pública, pero tampoco se prestaron para apoyar a la posición en su intento por sacar a Abudinen de su cargo. Esta estrategia estaba casi que anunciada, pues ya representantes le habían advertido a este diario que muchos temían apoyar a la ministra, debido a que les podía afectar en las próximas elecciones, e iban a aprovechar el anonimato que puede dar las sesiones semipresenciales para no tomar posición.
Por no reunir mayorías, se hundió la moción de censura en contra de Karen Abudinen. La situación llevó a la oposición a levantar la voz, pues desde la bancada oficialista y cercanos se abstuvieron de participar en la votación para que esta no pudiera realizarse. De esta forma, se embolató la moción de censura en la que los números daban para que el gobierno Duque se convirtiera en el primero al que le aplicaran una moción de censura.
La jornada comenzó sin mayores contratiempos. A pesar de que la sesión fue convocada en viernes, día en el que normalmente los congresistas viajan para sus regiones, se tuvo el quorum para comenzar la sesión sin contratiempos -aunque vale reseñar que una gran mayoría asistían a través de Zoom-. Sin embargo, los problemas vinieron al momento de llevar a cabo la votación.
A pesar de que los representantes de oposición presentes en el capitolio pidieron que se hiciera votación nominal, para que se llevara un control de los que votaban y el sentido de su decisión, la presidenta Jennifer Arias, que hace parte del Centro Democrático, decidió que la votación tenía que llevarse a cabo a través de la plataforma. Esta fue la herramienta aprovechada por los cercanos al oficialismo para garantizar que no prosperara la votación de la moción de censura contra Karen Abudinen.
La mayoría de representantes respondieron al primer llamado a lista pero no emitieron su voto para que no hubiera la cantidad de votos mínimos para que la decisión tuviera validez. De esta forma, los afines al Gobierno lograron que fracasara la acción en contra de Abudinen, que, a pesar de haber renunciado, antes de la sesión de este viernes tenía los votos en contra suficientes para que pasara a la historia como la primera ministra censurada por el Congreso desde que se instauró la figura en la Constitución de 1991.
Por una cuestión de no alcanzar la mayoría absoluta, no se le pudo aplicar la moción de censura a Karen Abudinen. No importó que la votación quedó 56 votos a favor y solo 30 en contra. Esto debido a que se necesitaban 85 votos afirmativos para que la acción contra Abudinen surtiera efecto. Se contaba con los votos de toda la bancada del Partido Liberal, del Partido de la U y varios de los conservadores, que anunciaron que no apoyarían a la ministra. Sin embargo, minutos antes decidieron no dar su voto y de esta forma fracasó la medida contra la exministra de las TIC y el gobierno. Aunque 140 representantes estaban conectados, solo 86 emitieron un voto.
Tras la fallida votación en contra de Abudinen, un vocero de la U, Jorge Eliecer Salazar, explicó que asistieron a la sesión pero no participaron de la votación debido a que no tenía razón la moción, puesto que la ministra había renunciado en la noche del jueves. Incluso, a nombre de todo el Partido de la U, expresó que estarían dispuestos a enfrentar las acciones jurídicas que se dieran tras su decisión.
“Una vez citada la Cámara para la votación donde se decidirá la suerte del funcionario, los miembros de la corporación decidirán acudir a ella de acuerdo con la normal. Finalmente, si es obligatorio acudir a la sesión y cumplir con los registros de asistencia para lo cual fueron citados los congresistas, ello por sí solo o a través de su bancada, podrán abstenerse de votar cuando no hay causas ante renuncia de la ministra para seguir adelante”, fue la razón dada por Salazar para justificar la acción de los compañeros de su partido. Sin embargo, este no tuvo en cuenta que en la Constitución se consagró que la moción de censura se puede llevar a cabo a pesar de que renuncie el funcionario.
Al parecer, esta postura fue compartida por otros miembros de las bancadas liberales y de otros partidos, que también dijeron sí al llamado a lista pero no emitieron su voto. Además de esta peculiaridad, la sesión pasó a los anales del Congreso como una en la que reinaron los gritos, el desorden y la confrontación desde que comenzó hasta su fin.
El minuto a minuto de una compleja jornada
La sesión comenzó pasada las tres de la tarde. Se temía que no se fuera a lograr el quórum y esta fuera la forma en la que se lograra que el gobierno Duque no pasara la vergüenza de ser el primero en sufrir una censura de sus ministros. Sin embargo, tanto en el capitolio como en la plataforma virtual estaba el número mínimo de representantes necesarios para que se llevara a cabo la votación que definiría el futuro político de la ya renunciada Karen Abudinen.
Desde el principio, algunos congresistas intentaron tomar la palabra antes de la votación. No obstante, la presidenta Jennifer Arias no dejó y procedió a que se llevara a cabo de inmediato. Mientras que se buscó que se votara por plataforma, los miembros de la oposición hicieron su voto de forma manual para dejar constancia de su sí. Luego de esta algarabía, Inti Asprilla, Katherine Miranda y más advirtieron que varios de los presentes estaban aprovechando la poca visibilidad pública de la plataforma para no votar.
Estos comenzaron a gritar y a llamar la atención de la presidenta de la Cámara, sin mayores resultados. Es más, los micrófonos fueron cerrados para que no se escuchara lo que estos decían. Este hecho es problemático y cuestionable debido a que, por cuestiones del COVID-19, el acceso a periodistas está limitado y no se pudo hacer el cubrimiento completo de lo que estaba ocurriendo.
Sin embargo, varios de los contrarios al gobierno utilizaron las redes sociales para evidenciar lo que consideraban una irregularidad. En estas transmisiones dieron cuenta de que los miembros del partido de Gobierno no asistieron al espacio físico del Congreso, al igual que varios que se aprovecharon del anonimato que da la plataforma para marcar asistencia y no más.
Los representantes de oposición tomaron fotos y publicaron videos en los que se demuestra la poca votación que hubo. Además, reclamaron a la mesa directiva y exigieron que se volviera a hacer la votación de una manera en la que se exigiera que todos emitieran su voto. Al final, los reclamos de la oposición lo único que lograron fue que se extendiera por unos cuantos minutos la votación.
A pesar de que le sumaron alrededor de cinco minutos al tiempo para emitir una decisión, el resultado que temía la oposición no se pudo evitar. El secretario de la Cámara, Jorge Humberto Mantilla, informó que había ganado el sí a favor de la moción de censura, pero que su resultado no era vinculante debido a que no se consiguió la mayoría absoluta.
Tras los anuncios, comenzaron los reclamos por parte de la oposición, que señalaron las que consideraban las varias irregularidades del proceso. Ante la avalancha de reclamos, en un primer momento, la presidenta Arias trató de dar paso a la lectura de proyectos para debatirlos en la próxima sesión y así acabar de inmediato, pero los representantes presentes lo impidieron.
Katherine Miranda fue una de las que expresó su total rechazo a lo que ocurrió durante el debate y la posición asumida por las directivas. “Había 96 congresistas en la plataforma. Durante la votación, ¿quiénes estaban en la plataforma y no votaron?, cuestionó Miranda directamente al secretario de la Cámara. “Esto es a todas luces una burla con los colombianos, que el Congreso le haya servido al Gobierno para encubrir a la ministra. Le pido a la mesa directiva que haya repercusiones para los congresistas que estando en plataforma no votaron porque les dio vergüenza apoyar a la ministra porque sabían que tenía un costo electoral altísimo”, concluyó la representante de los verdes.
Varios miembros de este partido esgrimieron que la votación no tenía validez alguna puesto que se había incumplido la Ley quinta, que establece el reglamento del Congreso. Algunos de estos señalaron que este apartado exige que en todo procedimiento se tengan los mismo votos que quórum. “Si el resultado no coincide la elección se anula por el presidente y se anula su repetición si vuelve a no coincidir el número de votos con los que están presentes, así sea en virtualidad o semipresencial”, dio León Freddy Múñoz. Sin embargo, el secretario justificó la naturaleza correcta de la votación que acababa de ocurrir señalando que dicha porción de la Ley Quinta solo tenía aplicación en las elecciones de cargos por el Congreso.
Otros dos representantes de los Verdes, Inti Asprilla y Mauricio Toro, también pusieron en duda la legalidad de la votación. Sin embargo, sus argumentos fueron distintos. Por el lado de Asprilla, este referenció al fallo de la Corte Constitucional que tumbó el decreto que habilitaba las sesiones virtuales. Además señaló que dicha decisión reconocía que el Congreso podía operar de forma remota por la pandemia, pero primaba la presencialidad, sobre todo en temas tan importantes como una moción de censura.
“Acá se ejerce un derecho fundamental que es elegir y ser elegido. La sentencia C242 de 2020 de la Corte Constitucional, que el secretario de la Cámara y la presidenta deben conocer, habló de la presencialidad. Dice textualmente “la importante función de control político del Congreso, especialmente la moción de censura, debe realizarse de manera presencial”. En ese orden de ideas, consideramos que la votación que se ha hecho es absolutamente irregular y tanto lo es que tenemos personas que se conectaron y ni siquiera votaron”, dijo el representante bogotano.
De manera similar, el representante Toro argumentó que la votación no era válida debido a que en un primer momento la presidenta Jeniffer Arias había dicho que la votación era nominal, pero al final la realizó por plataforma: “Acudiendo al artículo 44 de la Ley Quinta, nos permitimos presentar apelación a la decisión de la presidenta de hacer votación por plataforma en lugar de hacerla nominalmente por llamado a lista, como lo solicitamos antes de abrir la votación. Cuando lo solicitamos no atendieron nuestra palabra y se abrió la votación de una sola vez. No hubo espacio para hacer esa apelación, a pesar de que levantamos la voz”.
Sin embargo, la representante del Centro Democrático no tuvo en cuenta el reclamo, bajo el argumento de que se había cumplido con la votación nominal. “Ustedes (oposición) pidieron votación nominal y se dio votación nominal. Esa votación no es llamar a lista, sino que uno asume y se mete a la plataforma o en el sistema cuando se está presencial. Eso es votación nominal, lo demás es llamado a lista”, concluyó la congresista por el Meta.
Al final, cuando se venía una nueva oleada de recriminaciones, Arias simplemente levantó la sesión, esta vez sin siquiera tratar de anunciar los proyectos a debatir en las próximas sesiones. De esta forma, la oposición se quedó con la palabra en la boca, aunque se alcanzaron a escuchar algunos reclamos de este sector mientras se finalizaba la transmisión de la sesión.
Con una batalla campal de la Cámara incluida, Karen Abudinen se salvó de pasar a la historia como la primera ministra censurada por el Congreso. Los que han sido cercanos al Congreso, y han salvado a otros de los ministros amenazados por esta misma figura, se las idearon para no darle públicamente el apoyo a la exfuncionaria caída en desgracia ante buena parte de la opinión pública, pero tampoco se prestaron para apoyar a la posición en su intento por sacar a Abudinen de su cargo. Esta estrategia estaba casi que anunciada, pues ya representantes le habían advertido a este diario que muchos temían apoyar a la ministra, debido a que les podía afectar en las próximas elecciones, e iban a aprovechar el anonimato que puede dar las sesiones semipresenciales para no tomar posición.