Cancillería llegó a Casanare para tratar de apaciguar bases que reclaman mayor presencia
El ministro de Exteriores, Luis Gilberto Murillo, tocó el departamento de la Orinoquía este viernes y reconoció que su cartera ha estado “ausente”. En medio de regaños a algunos integrantes del gabinete por no estar presentes en el territorio y seguidores del presidente Gustavo Petro que resienten los desplantes del mandatario en la región, el canciller dejó la promesa de fortalecer la presencia del Gobierno.
María José Barrios Figueroa
El canciller Luis Gilberto Murillo aterrizó pasadas las 11 de la mañana en Yopal, Casanare, como el representante del Gobierno de Gustavo Petro para concretar un encuentro que, tras seis meses de planeación, significaría la llegada de un funcionario del Ejecutivo que ha dejado a las bases petristas de la Orinoquía abandonadas, según han reclamado. El centro de la visita era su participación en el foro Conexiones que Transforman, en el marco de la Feria de Servicios de la Cancillería.
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El canciller Luis Gilberto Murillo aterrizó pasadas las 11 de la mañana en Yopal, Casanare, como el representante del Gobierno de Gustavo Petro para concretar un encuentro que, tras seis meses de planeación, significaría la llegada de un funcionario del Ejecutivo que ha dejado a las bases petristas de la Orinoquía abandonadas, según han reclamado. El centro de la visita era su participación en el foro Conexiones que Transforman, en el marco de la Feria de Servicios de la Cancillería.
“Tenemos, como Cancillería, que llegarle más a las regiones, que fue uno de los temas que discutíamos con el representante de la Orinoquía en Bogotá, porque se siente la Cancillería muy ausente”, reconoció el ministro de Exteriores.
Ese mismo sentimiento, de todas formas, se haría evidente con otras carteras del Gobierno Petro que quedaron, bajo el compromiso del mismo Murillo, de volver al territorio para escuchar a las bases que pedían más presencia en el territorio y respuestas frente a sus necesidades. Y no es poco que, tan solo hace ocho días, el presidente haya regañado desde Nazareth, en el norte de La Guajira, a su ministro de Educación, Daniel Rojas, por no visitar el territorio para “dar la cara” por la falta de avances.
Justamente, y para tratar de apaciguar a las bases que ya habían sido plantadas por el Gobierno en otras ocasiones, Murillo recibió el guiño del mandatario para faltar al consejo de ministros que se realizó en horas de la mañana en la Casa de Nariño. En este, entre otras cosas, se tocó el tema del presupuesto para el próximo año, un tema que ha suscitado choques entre el Ejecutivo y el Legislativo porque este último se ha mostrado reticente a aprobar la ley de financiamiento que terminará por completar el monto aprobado para el 2025.
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Su llegada, además de enmarcarse en una feria que busca fortalecer la presencia del Ministerio en materia de expedición de pasaportes y combatir la trata de personas, había sido pedida explícitamente por los congresistas de la bancada de esta región: la senadora Sonia Bernal (Pacto Histórico), quien organizó el evento y llegó en abril al Congreso a ocupar la curul del ahora director del Departamento Nacional de Planeación, Alexander López, en medio de cuestionamientos por presuntamente haber aceptado, cuando era directora de la campaña Petro en el Casanare, financiación ilegal para la organización. Igualmente, el llamado vino de los representantes Vladimir Olaya (Centro Democrático) y Hugo Archila (Partido Liberal).
“No fue fácil, la verdad”, afirmó la senadora sobre la visita del canciller. “Ha sido un trabajo dispendioso de insistir, poder coincidir las agendas. La agenda de un ministro como el canciller es una agenda internacional de meses y nos tocó esperar la COP16, luego otras acciones urgentes que se tuvieron que adelantar en Brasil. Tenerlo acá es maravilloso, la gente del Casanare está muy contenta y yo como senadora sencillamente lo que hago es tender puentes para que venga al nivel nacional, a los territorios y se potencie también el país, porque si no se tejen esos puentes, esas ofertas no se hacen en el territorio y difícilmente las entidades saben qué ofrecer”, agregó.
Estas ferias de servicios ya se han realizado en otras partes del país y necesitan de la articulación de los Gobiernos locales con el nacional. De acuerdo con el ministro, quien ha pisado Providencia, Buenaventura, Cali— en el marco de la COP16— y Palmira bajo estas instancias, este tipo de iniciativas han logrado llegar al 80 % de todo el territorio colombiano.
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Para Casanare, específicamente, la estrategia de la Cancillería estuvo en instar a la inscripción a la Mesa Nacional de la Sociedad Civil para Migraciones y el registro único de retorno, así como hacer pedagogía sobre la trata de personas, realizar una jornada de expedición de pasaportes— que logró sacar de a 150 pasaportes al día, de acuerdo con el canciller— y promocionar el concurso de la carrera diplomática y consular. Justamente la cuestión de la migración se ha tornado clave en el departamento, donde están aproximadamente 22.800 migrantes y refugiados venezolanos, según cifras de 2022 de Migración Colombia.
Lo cierto es que existen preocupaciones alrededor de la presencia de riesgos para la población migrante en ese departamento que, a pesar de no ser fronterizo, albergó una parte de la red de exfuncionarios de Cancillería que tramitaba documentos falsos de identidad. Incluso, en el municipio de Aguazul fue capturado, el pasado junio, alias ‘Salomón’, una de las cabecillas del Tren de Aragua, el grupo delincuencial que nació en Venezuela y que desplegó sus tentáculos por varias zonas de Colombia, entre ellas, la capital.
Aun así, el canciller no esquivó el tema de la situación por la que pasa el vecino país. Volvió a insistir, como ya lo había hecho el jefe de Estado, en que las elecciones que tomaron lugar el pasado 28 de julio “no fueron libres”, pues no hubo garantías para ninguno de los dos lados: tanto para la oposición de María Corina Machado, contra quien la Fiscalía venezolana abrió una investigación por los delitos de traición a la patria, conspiración con países extranjeros y asociación para delinquir, y el partido del Gobierno de Nicolás Maduro. En todo caso, el panorama se complica para la administración de Petro con el paso de los días, pues se acerca el 10 de enero, la fecha en la que tomará posesión, una vez más, el actual jefe de Estado venezolano.
“Bueno, nosotros no estamos obligados legalmente a reconocer este tipo de situaciones. Lo que nosotros tenemos, y lo hemos dicho, es una relación de Estado a Estado, donde hay razones diplomáticas, donde hay una frontera muy viva, donde tenemos diálogos permanentes”, aclaró el canciller cuando El Espectador le preguntó si el Gobierno Petro reconocería los resultados de las elecciones.
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Mientras eso ocurría en el oriente del país, desde la capital, el presidente estuvo en la instalación de la Comisión Nacional para Asuntos Campesinos en el Congreso. Allí también estuvieron varios integrantes clave de su gabinete, como el miniterior, Juan Fernando Cristo, además de algunos de los más cercanos ideológicamente: la minagricultura, Martha Carvajalino; el mincultura, Juan David Correa; el minenergía, Andrés Camacho; y la que será la encargada de encabezar esa instancia, la vicepresidenta y ministra de Igualdad, Francia Márquez.
Con una promesa del canciller de que se volverá al territorio casanarense con otros jefes de cartera, y después de varios desplantes del mandatario con sus bases, la población espera que se cumpla la palabra del Ejecutivo. En medio de varias discusiones internacionales en las que el presidente ha participado en las últimas semanas, y que incluyen el G20 y la COP16, Petro buscará seguir fortaleciendo ese músculo en las regiones, especialmente las que le reclaman mayor presencia.
De todas formas, con el 2026 en la mira, el Gobierno también tendrá que manejar la situación del vecino país con tacto, especialmente con los riesgos de una ola de migración que la Casa de Nariño busca evitar a toda costa, y unas negociaciones de paz que, incluso fragmentadas, todavía tienen un fuerte lazo con la administración Maduro.
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