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La popularidad de los candidatos presidenciales y, en general de figuras públicas en el país, también se mide en esta era digital por el número de seguidores en redes sociales. La cifra, según las agencias LOOR y Adalid, se ha convertido en una “verdadera guerra estratégica” para marcas, artistas y políticos. A unos les sirve como vehículo para monetizar su actividad en Internet y a otros como medio para posicionar sus nombres y generar recordación en el público.
Al ser tan buen negocio, se han diseñado incluso estrategias para crear perfiles falsos y aumentar, de forma manipulada, la cifra de seguidores. Y, según un estudio, en la campaña política para la elección presidencial de 2018 podrían estar usando estas tácticas. De acuerdo con el documento elaborado por LOOR, especializada en gestionar reputación de las marcas; y Adalid, dedicada a la seguridad informática forense, las cuentas en Twitter de Marta Lucía Ramírez, Humberto de la Calle, Germán Vargas Lleras, Sergio Fajardo e Iván Duque tienen seguidores falsos aunque en distintas proporciones.
Andrés Guzmán, CEO de Adalid, asegura que las redes sociales han ganado importancia en el mundo político pues, “incluso los grandes líderes mundiales no sólo han hecho de estos canales la manera más efectiva y rápida de comunicarse con sus electores, sino de ‘presumir’ ante sus competidores y ‘manejar’ su imagen frente a la opinión pública”.
El informe, que analizó una muestra seleccionada por las agencias y que no revisó todos los perfiles de los candidatos presidenciales, sostiene que Humberto de la Calle es el aspirante que más seguidores reales tiene en términos porcentuales. El 98 % de sus 41.049 seguidores son reales. Eso significa que 38.948 corresponden a perfiles reales, o de comportamientos no robotizados. Le siguen Iván Duque con 84% de seguidores reales (equivalente a 71.393), Marta Lucía Ramírez con 70% (equivalente a 170.171), Sergio Fajardo con 65% (equivalente a 3.249) y Germán Vargas Lleras con 62% (equivalente 3.104). De las cuentas de Fajardo y Vargas Lleras se eligió una muestra pequeña por la cantidad elevada de seguidores.
¿Cuáles serían los resultados si las dos empresas analistas incluyeran en sus reportes la variación de los seguidores de candidatos como Gustavo Petro, Claudia López, y los más de 40 aspirantes a la Presidencia? El Espectador las consultó y respondieron que los cinco candidatos seleccionados se incluyeron en el reporte bajo el criterio subjetivo de que son los que tienen más posibilidades de ganar. Y adelantaron que en los casos de Juan Carlos Pinzón y Alejandro Ordóñez sus seguidores reales en Twitter equivalen al 98% (15.829) y 87% (63.306), respectivamente.
Paola Méndez, directora general de LOOR, explica que, aunque no se tiene certeza de que estos seguidores falsos hayan sido creados con el propósito de aparentar mayor impacto en redes sociales, sí hay una probabilidad de que esto se esté dando. Para la experta, el tema de los seguidores falsos deja una mala sensación. Si bien es cierto que este comportamiento no tiene ninguna penalidad ni castigo, “las propias redes sociales no se pronuncian al respecto pues son las primeras beneficiadas porque su éxito radica en el tráfico, sin importar de dónde venga”, agrega.
Un software creado por LOOR les permitió identificar cómo se comportan las comunidades digitales de las marcas y las figuras públicas, elegidas en el laboratorio de Adalid. Algunas señales que permiten advertir cuando se está frente a un seguidor falso son, por ejemplo, los comportamientos de un robot o las interacciones que se limitan exclusivamente a dar un “me gusta”.
La red social Twitter fue la analizada en el caso de los políticos porque es la preferida por ellos. Mientras que en el mundo ha decrecido, en Colombia Twitter ha crecido en un 10% el último año, según Méndez. “Ha permitido al colombiano acceder a los políticos, algo que antes no se podía por la burocracia. Se puede interactuar hoy con un presidente o expresidente”, añadió la experta.
Los artistas tampoco escapan a esta tendencia. Según Méndez, para estos “la visualización por estos medios se ha convertido en cosa de vida o muerte, no sólo por ‘ganar importancia’ frente a la opinión pública y a su medio, sino para monetizar sus perfiles como importante fuente de ingresos, gracias al interés de las marcas por usarlos como embajadores o imagen de sus productos”.
Cifras analizadas por LOOR y Adalid en Instagram (la red social preferida por los artistas porque es más aspiracional) muestran que el 26% de los seguidores de la cantante Marbelle son falsos y el 19% están inactivos; el 23% de seguidores de Lina Tejeiro son falsos y el 20% están inactivos, es decir que apenas el 57% son reales. A Martina la Peligrosa también la siguen perfiles falsos en un 21% y a Jessica Cediel en un 25%.
Los cálculos de LOOR establecen que con más frecuencia las agencias digitales crean perfiles falsos para asegurarles a sus clientes el aumento de seguidores, y no siempre ellos son conscientes de esto. Hay paquetes que cuestan entre USD$5 (por cinco nuevos seguidores) y USD$100. Una forma de detectar que hay algo irregular, según Méndez, es cuando el número de seguidores aumenta de manera abrupta más del 5% en un mes. Esto aplica incluso en una coyuntura como una campaña presidencial.
El informe le hace un llamado a las figuras públicas para que crezcan en sus redes sociales de “manera natural”, para impactar a una comunidad de forma sana y no engañar a sus seguidores reales sobre su verdadero impacto. Los resultados de LOOR y Adalid se dieron a conocer este jueves, cuando una encuesta realizada por Cifras y Conceptos para Caracol Radio y Red Más Noticias, reveló que en los últimos siete meses ha habido candidatos más activos en redes sociales. Gustavo Petro ha crecido en 57 mil seguidores en Facebook, Claudia López en 54 mil y Jorge Robledo 45 mil, y Sergio Fajardo 41 mil. César Caballero, presidente de Cifras & Conceptos, dijo que llamó la atención que el candidato Juan Carlos Pinzón ganó en un mes 200 mil seguidores.